domingo, 27 de diciembre de 2015

Padeletti: “Escribir poesía es la alegría”

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Extracto de la nota del diario Perfil del sabado 26 de diciembre por Osvaldo Aguirre

Padeletti dice que nunca se preocupó por el prestigio ni por el éxito, y una carta natal le auguró fama póstuma: “Yo era feliz escribiendo, porque es un placer tremendo encontrar las palabras para lo que uno siente; me preguntaban cuándo iba a publicar y yo decía que más adelante iba a ir a Buenos Aires; pero siempre era más adelante. Mi poesía no había trascendido”.
Escribir, asegura, “no depende de la edad, sino de los estados por los que uno pasa: de grande, ahora inclusive, tengo más audacia y más fuerza que de jovencito, cuando era más tímido”. La atención como punto de contacto con el mundo, el instante como continuidad de la vida y la muerte, entre otros de sus temas, tienen “variantes de intensidad, por enriquecimiento de la experiencia con los años”. Y su concepción del tiempo: “Hablar del pasado y del futuro es estar soñando. La realidad es ahora. Las cosas hay que hacerlas cuando se tiene energía, no dejarlas para después. Ahora es ahora”.
El punto de partida es imprevisible. “Ver una hoja temblar en un árbol, una palabra, pueden ser el detonante –explica Padeletti–. También algo que leo en el diario, una imagen. O un verso de un poema anterior. Dejo salir todo lo que aparece y después podo; cuanto más sintético, el poema tiene más poder evocativo. Si sobran palabras el poema pierde fuerza y capacidad de sugestión. La poesía no es una prosa donde uno da informaciones”.
En ese proceso, “los recursos propiamente poéticos son el ritmo, la rima, las aliteraciones, los juegos de palabras, los elementos que hacen que la cabeza se vaya del orden lógico a otro lado. La poesía es eso en todas las lenguas y a través de la historia, no las ideas: las ideas se escriben en los ensayos o en otro tipo de textos”.

Isabella Leardini ( Rímini Italia ,1978 )







Y dicen que cuando tú estás
parezco menos nerviosa…
Es que me quitas los nervios y te vas…
Solo sé que la curva de tu cuello
es el lugar más perfecto que existe
para esta frente
y si me abrazas es como entrar en casa
sabiendo que no puede una quedarse.




E dicono che se ci sei anche tu
sembro meno nervosa...
 E che mi togli
i nervi e te ne vai..
So solo che la curva del tuo collo
è il posto più
perfetto che ci sia
per questa fronte
e se mi abbracci è come entrare in casa
sapendo che non ci si può restare.




De niña daba portazos...
¿Cuando me convertí en una que se queda
sentada, que vacía los veranos
mirando el cuarto desde el balcón
para ver si al volver a entrar
ni siquiera el último fantasma se ha ido?
Tengo un perro nuevo que duerme a mi lado,
pero vuelven las mismas largas noches
las puertas que se caen encima
sin la sacudida encendida del fragor...
Hay que tener el carácter de quien se queda
para saber sostener los ojos en los adioses
que duran más si es una sola la que lo hace.

Da piccola sbattevo le porte…
Quando sono diventata una che resta
seduta, che svuota le estati
a guardare la stanza dal balcone
per vedere se rientrando
neanche l’ultimo fantasma se n’è andato?
Ho un nuovo cane che dorme di fanco,
ma tornano le stesse sere lunghe
le porte che sbattono addosso
senza la scossa accesa del fragore…
Bisogna avere la natura di chi resta
per saper tenere gli occhi sugli addii
che durano di più a farli da soli.


Quien pierde el tiempo de ser feliz
primero pierde las carcajadas
que quitan la respiración, luego alguien
desciende dentro de la mirada y la vuelve negra
como plata guardada en los cajones.
Siempre la misma edad el mismo día…
Quien pierde el tiempo de ser feliz
tiene el aspecto de una casa estacional
que se prepara para ser habitada,
toda la frente cerrada dentro de un relámpago
que no se cumple jamás en el temporal.

Chi perde il tempo di essere felice
 per prima cosa perde le risate
 che tolgono il respiro, poi qualcuno
 scende dentro lo sguardo lo fa nero
 come l’argento chiuso nei cassetti.
 Sempre la stessa età lo stesso giorno...
 Chi perde il tempo di essere felice
 ha l’aria di una casa stagionale
 che si prepara a vivere e riempirsi,
 tutta la fronte chiusa dentro un lampo
 che non si compie mai nel temporale.



Traducción  de María Cecilia Micetich.
seleccionado del libro Esplendor en las sombras Tres voces italianas contemporáneas Edición bilingüe Selección, traducción y notas de Elena Tardonato Faliere y María Cecilia Micetich

Editorial Huesos de Jibia 2015

viernes, 25 de diciembre de 2015

Francesca Serragnoli ( Bolonia 1972)




Cierras mal la puerta
entra la luz, voces
y mientras espío, llueve.

Entra para mí en el labio
como hacen los peces
silenciosos lentamente
soy puente de campo
avanzo entre las gotas
río, resbalo.

Tus brazos
son una gruta
donde reposo.

Tengo miedo de que el agua se lleve
la luz que se desplaza mirándote.


Chiudi male la porta
entrano luce, voci
e mentre spio, piove.

Entra per me nel labbro
come fanno i pesci
silenziosi adagio
sono ponte di campagna
avanzo fra le gocce
rido, scivolo.

Le tue braccia
sono una grotta
dove riposo.

Ho paura che l’acqua porti via
la luce che transita guardandoti.


Date cuenta
parece doloroso empujar
esparcir el espacio de gestos.

El aire está atestado de columnas
no te veo
el pasado es el puño que abro
develo, tú te acercas
cada giro es un temor que desnudo
llegará el corte.
Sentirás mi pulso donde he castigado
el nacimiento a golpe de brazos.

Me caigo y pido que gires
sobre las escaleras de cristal
me he deslizado con la fe en andas.

Ya no sé dónde me encuentro
luz de quirófano cielo doloroso…
este es el lugar
donde arrojo mis miedos como aves
o  ya no tendré un hijo


 Accorditi
 sembra doloroso spingere
 spargere lo spazio di gesti.

L’aria è ftta di colonne
non ti vedo
il passato è il pugno che apro
sbendo, ti avvicini
ogni fro è una paura che svesto
arriverà il taglio.
Sentirai pulsare dove ho punito
le nascite a colpi di braccia.

 Cado e chiedo di girarti
 sulle scale di cristallo
 sono scivolata con la fede in braccio.

 Non so più dove mi trovo
 luce operatoria cielo doloroso...
 questo è il luogo
 dove lancio le mie paure come uccelli
 o non avrò più un fglio.


Traducción  de María Cecilia Micetich.

seleccionado del libro Esplendor en las sombras Tres voces italianas contemporáneas Edición bilingüe Selección, traducción y notas de Elena Tardonato Faliere y María Cecilia Micetich

Editorial Huesos de Jibia 2015

Milo de Angelis ( Milan 1951)




Todo estaba encaminado. Desde entonces hasta ahora. Todo
el tiempo, luminoso, rozaba los labios. Todas
las respiraciones se unían en el collar. Las sombras
de Lambrate cerraron la puerta. Toda la habitación,
absorta, se convirtió en el primer latido. El negro
de tus cabellos contra el amarillo del último rayo.
Desde entonces. Era el primer día del verano.
El silencio colmaba la frente. Todo estaba
ya en camino, desde entonces, todo estaba aquí, único
y perdido, nuestro y remoto. Todo pedía
ser esperado, volver a su verdadero nombre.

  
Tutto era già in cammino. Da allora a qui. Tutto
il tempo, luminoso, sforava le labbra. Tutti
respiri si riunivano nella collana. Le ombre
di Lambrate chiusero la porta. Tutta la stanza,
assorta, diventò il primo battito. Il nero
dei tuoi capelli contro il giallo dell’ultimo raggio.
Da allora a qui. Era il primo giorno dell’estate.
Il silenzio ci riempiva la fronte. Tutto era
già in cammino, da allora, tutto era qui, único
e perduto, nostro e remoto. Tutto chiedeva

di essere atteso, di tornare nel suo vero nome.


No había más tiempo. La habitación había entrado en una ampolla.
No era posible ya dividir la esencia. No tenías más el collar.
No tenías más tiempo. El tiempo era una luz
marina entre las persianas, una fiesta de religiosas,
la herida, el agua en la garganta, Villa Litta. No había
más día. La sombra de la tierra llenaba los ojos
con el miedo de los colores perdidos. Cada molécula
estaba en la espera. Hemos mirado el remiendo
de las manos. No había más luz. Una vez más
nos están llamando, juzgados por una estrella fija.


Non c’era più tempo. La camera era entrata in una fala.
Non era più dato spartire l’essenza. Non avevi
più la collana. Non avevi più tempo. Il tempo era una luce
marina tra le persiane, una festa di sorelle,
la ferita, l’acqua alla gola, Villa Litta. Non c’era
più giorno. L’ombra della terra riempiva gli occhi
con la paura dei colori scomparsi. Ogni molecola
era in attesa. Abbismo guardato il rammendo
delle mani. Non c’era più luce. Ancora una volta
ci stanno chiamando, giudicati da una stella fissa

traducido por  Elena Tardonato Faliere

seleccionado del libro Esplendor en las sombras Tres voces italianas contemporáneas Edición bilingüe Selección, traducción y notas de Elena Tardonato Faliere y María Cecilia Micetich

Huesos de Jibia 2015

jueves, 24 de diciembre de 2015

El asesino de Papá Noel , un cuento de Spencer Holst


Hubo una vez una persona que terminó con las guerras para siempre, al asesinar a 42 Papás Noel.
Todo empezó unos diez días antes de Navidad, cuando un Papá Noel del Ejército de Salvación fue asesinado en un barrio.
Un diario de la mañana traía la noticia, pero al día siguiente otros cinco Papás Noel fueron asesinados y el hecho apareció en la primera plana de todos los diarios del país.
Cuatro de ellos fueron asesinados mientras recolectaban fondos para el Ejército de Salvación, y el quinto fue apuñalado en la sección Juguetería de Gimbel’s.
¡La gente se sintió ultrajada! ¡Cómo se indignaron! Pensaban qué monstruo, qué engendro debía ser ese tipo, quiero decir, arruinarles la Navidad a los chicos asesinando a Papá Noel.
No se preocupaban por las vidas verdaderas de los hombres asesinados, tan sólo era el efecto que causaría a los chicos lo que molestaba a todos.
esta el cuento en este libro maravilloso
De manera que al día siguiente la ciudad estaba llena de policía metropolitana y estadual, agentes del FBI y hasta algunos funcionarios de Inteligencia de la Marina, agentes del Tesoro y funcionarios del Departamento de Justicia, todos los cuales encontraron pretextos para intervenir en el caso: y otros diez Papás Noel fueron muertos y no se atrapó al esquivo asesino.
Así que aquella noche todos los Papás Noel que estaban trabajando convocaron a una reunión secreta para decidir qué hacer.
Se daban cuenta de sus responsabilidades para con los chicos pero, por el otro lado, les parecía una especie de locura salir a la calle y ser atacados por este maníaco.
De modo que un hombre, que era valiente y no tenía a nadie que dependiera de él, se ofreció para salir al otro día, disfrazado y con una fuerte guardia armada.
Pero le cortaron la garganta en su cama, aquella noche.
Así que al otro día no había Papás Noel en la ciudad.
Y la gente estaba algo así como irritable y nerviosa, y los chicos lloraban, y no parecía Navidad sin los Papás Noel.
Pero al día siguiente, una volátil mujercita de Hollywood, una actriz que buscaba publicidad, salió vestida de Mamá Noel.
Y la gente y sus chicos se agolparon en torno de ella, ya que era lo más aproximado a Papá Noel que andaba por la calle, y consiguió un montón de publicidad, y no la mataron.
De modo que al día siguiente varias otras mujeres prominentes salieron todas vestidas de Mamá Noel, con el pelo empolvado de blanco y polleras coloradas y almohadones en sus vientres y sombreros de Papá Noel, y tampoco a ellas las mataron.
Decidieron que a lo mejor el maníaco había dejado de actuar, así que mandaron a la calle a un Papá Noel como globo de ensayo, pero una hora después su cuerpo era conducido en una ambulancia al Bellevue Hospital, con tres balas alojadas en él.
Así que la Navidad de ese año transcurrió con Mamás Noel.
Y el año siguiente empezó a ocurrir otra vez lo mismo, de modo que de inmediato mandaron a las mujeres otra vez a la calle.
Al año siguiente pasó la misma cosa; y el siguiente, y el siguiente; y año tras año, este paciente y esquivo maníaco mataba a cualquier varón vestido de Papá Noel, hasta que finalmente en los diarios, en la publicidad y en las mentes humanas, Papá Noel retrocedió hacia el fondo y Mamá Noel se convirtió en la figura principal.
Quiero decir que Papá Noel todavía estaba allí. Hacía los juguetes en el Polo Norte y se ocupaba de los elfos, pero era Mamá Noel la que viajaba en el trineo tirado por los renos y se deslizaba por la chimenea y repartía los regalos y encabezaba el desfile de Navidad cada año.
Y lo divertido era que a las mujeres parecía gustarles realmente ser Mamá Noel. Nadie tuvo que pagarles y se convirtió en una moda tal que las calles, en época de Navidad, estaban colmadas de Mamás Noel. Y a medida que el tiempo pasó, ellas empezaron a hacer pequeñas alteraciones en el traje tradicional, cambiando primero el matiz de rojo, y experimentando después con colores completamente distintos, hasta que al fin cada traje fue único y fantástico, hermosamente coloreado, bellísimo.
Se convirtió en un verdadero honor el encabezar el desfile de Navidad.
¡Y a los chicos les encantó!
¡La Navidad nunca había sido así antes, con todas estas Mamás Noel y toda la excitación!
Pero estos chicos, esta nueva generación de chicos que creció creyendo en Mamá Noel, eran algo así como distintos.
Porque, fíjense, para los chicos muy pequeños Papá Noel es un dios.
Y para la época en que dejan de creer en Papá Noel, empiezan a ir a la Escuela Dominical y aprenden acerca de un nuevo Dios. Y este nuevo Dios no les hace regalos. Es un poco rudo.
Pero toda la vida anhelan a su antiguo dios de la infancia, a su dios Papá Noel.
Observen sus oraciones, lo que dicen: dame lo que deseo. Pero esta nueva generación de chicos que crecieron creyendo en Mamá Noel parecía tener una actitud distinta hacia las mujeres.
Empezaron a elegir mujeres para el Congreso y eligieron a una mujer presidente y mujeres alcaldes, hasta que muy pronto el país entero estuvo gobernado por mujeres.
A ellas les preocupaba sobre todo cosas como la comida, y hubo mucha discusión en el Congreso acerca de varios regímenes, y bien pronto hasta los más pobres tuvieron mucho que comer; y estaban interesadas en las casas, y pronto ya no hubo escasez de viviendas.
Pero había una cosa que no apoyarían.
No pensaban hacerlo.
Quiero decir, ¿qué posible razón política haría que estas mujeres mandaran a sus hombres a ser matados? ¡Era ridículo!
De modo que con su poder político y su poder financiero y el prestigio de los Estados Unidos, obligaron y animaron a otros países a permitir que mandaran las mujeres.
Así la guerra terminó para siempre.
Los hombres siguieron haciendo lo que siempre habían hecho. Trabajaban en fábricas, y estudiaban matemática superior, y apostaban a caballos, y repartían el hielo, y discutían de filosofía.
Pero estas discusiones sobre filosofía no ocasionaban que la gente se muriera de hambre y se matara entre sí.
Y muy pronto, en todo el mundo, nadie estaba hambriento, todos tenían lindas casas, ya no había guerra, la gente empezó a ser feliz.
Saben, cuando uno se detiene a pensar en ello, había ocurrido una revolución mundial.
Y 42 Papás Noel no es mucha gente muerta para una revolución mundial.
Pero el asesino o, en realidad, el santo a quien la humanidad tanto le debía, el que planeó y ejecutó esta revolución casi incruenta, nunca fue atrapado y crucificado.
Siguió viviendo.
No, nadie descubrió nunca la identidad de este santo: es decir ah–, salvo yo.
Yo sé quién es el santo.
Oh, no tengo ninguna prueba, pero es precisamente por eso que estoy tan seguro de que lo sé.
Porque hay una sola persona capaz de esto, hay una sola persona con el genio, la osadía, la imaginación, el valor, el amor a la gente, la avidez por la sangre y la paciencia requeridos para llevar a cabo ésta, la mayor de todas las acciones.
Esa persona es mi hermanita.



Cuento traducido por Ernesto  Show

domingo, 20 de diciembre de 2015

Hugo Zonáglez (1985 Buenos Aires )





Zombie

Esta mañana
otra vez
hace frío
pero no es el mismo frío
que hay en el ambiente
es otro
como si todo terminara
como si en mi corazón
cayera por un precipicio
esperando que se despierte
una chispa de todo aquello
que alguna vez fui
hoy
estoy muerto
como un zombie
rengueando por las calles
deambulando por un living
acercándome a la estufa
con la esperanza de matar
este frío
que no es el mismo
que hay en el ambiente
es otro frío
me lleva lejos
a lugares que nunca vi
ese tañido incierto
vía sin horizonte
de una mañana de frío
sin fin.

Nudo 

Las noches frías
parecían un nudo
que no sabíamos desatar
el abrigo de los cuerpos
no emanaba el mismo calor
tratábamos de ver
con las manos sobre las caras
si éramos nosotros
dentro de una marea
propia de la mudez
sentíamos que algo se quebraba
pero el nudo seguía creciendo
acomodándose a nuestros cuellos
durante el día
intentábamos distraer el silencio
mirando la tele
escuchando música
hablando del tiempo
seguimos así
hasta el límite
de usarlo como un collar
pero un simple tropezón
de cualquiera de los dos
sería suficiente
 para ponerle fin.

Poemas del libro "Días perfectos" (2015)  de la colección " "La verdad se mueve", coordinada por Griselda García.
publicado por Ediciones del Dock

sábado, 19 de diciembre de 2015

Diego Roel ( Temperley,1980 )








El que Es Sin defecto y Grande, ha tocado justo ahora una pequeña morada para que se vea un milagro y pueda formar letras desconocidas, y pronunciar una lengua ignota y también que pueda tocar por sí misma multiformes y armoniosas melodías.

 Hildegard von Bingen, Carta al Papa Anastasio IV


Vía Lucis 

El que Es Sin defecto y Grande
me habló a mí, que soy pequeña y triste,
para que pueda formar en mi mente letras desconocidas,
para que de mi boca salga un verbo nuevo,
una expresión más leve, una palabra que atraviese
los mares y las islas,
que resuene en los últimos términos de la tierra.

Sí, yo siempre estuve callada y guardé silencio.

Pero ahora Tu Voz en mí se expande y multiplica
como voces de mujer que está de parto,
como voces de mujer que está muriendo.

Ahora Tu Voz en mí se expande.

Cuando pase a través de las aguas del gran Río
no me anegarán sus corrientes.
Cuando salte en medio de las llamas
no me quemaré.

El que Es Sin defecto y Grande
me habló a mí, que soy pequeña y triste.





Svicias 

Yo no soy instruida:
sólo escribo lo que oigo y veo.

Hablo de un camino que se abre en el desierto,
de manantiales de agua en un país extranjero,
de un hombre con ojos de barro.

Hablo de Aquél que extendió los cielos y
fundó la tierra,
del que cumple siempre sus oráculos.

Sólo escribo lo que oigo y veo.


Nacimiento 

Mi alma estaba muerta
y resucitó. Estaba perdida
y fue encontrada.

El calor del Verbo fecundó
la carne estéril de mis padres.




Poemas del libro " Via Lucis" de la Colección "La verdad se mueve"
coordinada por Griselda García.

 Publicado por Ediciones del Dock