domingo, 23 de julio de 2017

Ted Hughes ( (West Riding of Yorkshire 1930 - Londres 1998 )




Los caballos

Subí a través del bosque en la hora oscura antes del alba.
Un aire amenazante, una quietud de hielo;
ni una hoja, ni un pájaro:
un mundo hecho de escarcha. Llegué a lo alto del bosque
donde creaba al respirar figuras retorcidas en la luz de hierro.
Pero drenaban ya la oscuridad los valles

y luego –ennegreciendo los vestigios grises– en la linde
del claro se abrió el cielo. Y vi entonces los caballos.

Enormes en la espesa niebla –diez en total–
quietos como menhires. Respiraban inmóviles,

sus crines lacias, sus precisos cascos angulados,
sin hacer ningún ruido.

Pasé a su lado. Ninguno resopló ni giró la cabeza.

Fragmentos grises, silenciosos

de un silencioso mundo gris.

Y arriba en la ladera me detuve a escuchar el vacío.
Y el lamento de un pájaro mostró su filo en el silencio.

De a poco era posible percibir detalles. Luego
brotó naranja, rojo el rojo sol

en silencio, y rompiendo desde el centro una rasgada nube,
sacudió el fondo abierto, hizo ver el azul

y los grandes planetas suspendidos.
Yo volví,

tropezando en la fiebre de mi sueño, hacia el bosque
desde las cimas encendidas,

a donde estaban los caballos. Ahí seguían,
ahora humeando y brillantes en la luz,

sus lacias crines pétreas, sus cascos delicados
conmoviéndose en el deshielo mientras todo alrededor

fulguraba en los fuegos de la escarcha. Pero seguían en silencio.

Ninguno hizo un sonido,

con sus cabezas suspendidas, sin apuro, igual que el horizonte,
muy arriba del valle, bajo los altos rayos rojos.

En las calles ruidosas, a través de los años, las personas,
ojalá pueda siempre recordar este sitio solitario

entre los rayos y las nubes rojas, donde escuché los pájaros,
donde escuché durar los horizontes.



The Horses

I climbed through woods in the hour-before-dawn dark
 Evil air, a frost-making stillness

 Not a leaf, not a bird
 A world cast in frost. I came out above the wood

Where my breath left tortuous statues in the iron light
But the valleys were draining the darkness

Till the moorline -blackening dregs of the brightening grey
Halved the sky ahead. And I saw the horses

Huge in the dense grey ten together
Megalith-still. They breathed, making no move,

With draped manes and tilted hind-hooves
Making no sound.

I passed: not one snorted or jerked its head
Grey silent fragments

Of a grey still world.

I listened in emptiness on the moor-ridge.
The curlews tear turned its edge on the silence

Slowly detail leafed from the darkness. Then the sun
Orange, red, red erupted

Silently, and splitting to its core tore and flung cloud,
Shook the gulf open, showed blue,

And the big planets hanging
I turned

Stumbling in a fever of a dream, down towards
The dark woods, from the kindling tops,

 And came the horses.
There, still they stood,

But now steaming, and glistening under the flow of light
 Their draped stone manes, their tilted hind-hooves

Stirring under a thaw while all around them
The frost showed its fires. But still they made no sound.
Not one snorted or stamped,

Their hung heads patient as the horizons
High over valleys, in the red levelling rays

In din of the crowded streets, going among the years, the faces
May I still meet my memory in so lonely a place

Between the streams and the red clouds, hearing curlews,
Hearing the horizons endure.
 

El oso

En el abierto, vasto, dormido ojo de la montaña,
el oso es un destello en la pupila,
listo para despertar
y enfocar al instante.

El oso está pegando
el principio al final
con pegamento de hueso humano
en su sueño.

El oso está cavando
en su sueño
a través del muro del universo
con el fémur de un hombre.

El oso es un pozo
demasiado profundo para brillar,
donde tu grito
está siendo digerido.

El oso es un río
donde la gente al agacharse a beber
se ve a sí misma muerta.

El oso duerme
en un reino de muros.
En una red de ríos.

Es el balsero
al mundo de los muertos.

Su precio es todo.


The Bear

 In the huge, wide-open, sleeping eye of the mountain
 The bear is the gleam in the pupil
 Ready to awake
 And instantly focus.

 The bear is glueing
 Beginning to end
 With glue from people’s bone
 In his sleep.

 The bear is digging
 In his sleep
 Through the wall of the universe
 With a man’s femur

 The bear is a wel
 Too deep to glitter
 When your shout
 Is being digested

 The bear is a river
 Where people bending to drink
 See their dead selves

 The bear sleeps
 In a kingdom of walls
 In a web of rivers

 He is the ferryman
 To dead land

 His price is everything.


De la revista Hablar de poesía: http://hablardepoesia.com.ar/numero-31/capturar-animales/

 Traducción de Diego Alfaro Palma y Alejandro Crotto

domingo, 9 de julio de 2017

Juan Wallparrimachi Mayta (Potosi 1973, 1814 durante el combate del Cerro de Las Carretas.)



 Despedida
  
Cierto es, paloma mía,
Que te has de ir
A un país muy lejano
Para no retornar?
  
¿A quién has de dejar
 En tu nidal
Y en mi tristeza a quién
He de acudir?
  
Enséñame el camino
Que has de tomar.
Partiré antes que tú
Y con mis lágrimas
He de regar la tierra
Que has de pisar.
  
Y cuando sientas
Que en el camino
Te abrasa el sol,
Se volverá nube mi aliento
Y la frescura de su sombra
Te irá a prestar.
  
Y cuando sientas
La mordedura
De la sed,
Se volverá lluvia mi llanto
Y te dará
 De beber.

Criatura hecha de piedra,
Pecho de roca,
¿Tendrás, para dejarme
 Corazón?
  
El sol se apaga
Ya para mí.
Porque se va mi amada
Y camino sin rumbo,
Ya nadie siente por mí un poco
De compasión.
  
Eras muy tierna aún,
Paloma mía,
Cuando al haberte hallado
Volvíme ciego
 Como si hubiese contemplado
De frente al sol.
  
Como estrellas caudales
Me inundaron tus ojos
De su esplandor
Y cual centellas en la noche
Me hicieron mi camino
Torcer.

Me prestaré el poder
De las alas del águila
Para irte a ver
 junto con el viento
A regalarte entre mis brazos
 Acudiré.
  
En fuerte nudo nuestras vidas
Atamos ya,
Para que ni la muerte nos pudiera
Desunir
Y creímos que formaríamos
 Por siempre un solo ser.
  
Yo he de marchar al campo
De batalla.
Los enemigos
Se rendirán
Si ven que su baluarte
Se desmorona.

 Paloma mía, que sabías
 Mi dolor ahuyentar,
 Doquiera me halle, mientras viva
 Serás tú
 La única aurora que ilumine
 Mi corazón.
  
Cuando se encienda el Misti
Acuérdate de mí, pues yo
Siempre estaré pensando en ti.
Por tu amor, hasta dónde
Ya habrá llegado mi viudo
 Corazón.

Traducido y adaptado por Jesús Lara, en: "La Literatura de los Quechuas", Librería y Editorial “Juventud”, Tercera Edición, La Paz, 1980, p. 232.

 Kacharpari
  
 Cheqachu, urpi,
 Ripusaj, ninki,
 Karu llajtaman,
 Mana kutimoj?


 Pitan saqenki
 Qanpa tupunpi
 Sinchi llakiypi
 Asuykunaypaj?
  
 Rinayki ñanta
 Qhawarichiway.
 Ñauparisuspa
 Waqaynillaywan
 Ch'ajchumusqasaj
 Sarunaykita.

 Maypachan ñanpi
 Intin ruphawan
 Ñiwajtiykiri,
 Samayniykuna
 Phuyu tukuspa
 Llanthuykusunki.
 Yakumantari
 Sinchi ch'akiwan
 Ñiwajtiykiri,
 Waqayniykuna
 Para tukuspa
 Ujyachisunki.


 Rumijpa wawan,
 Qaqajpa churin,
 ¿Imanispataj
 Saqeriwanki?
  

 Ñan ñoqapajqa
 Inti tutayan.
 Yanay chinkajtin
 Muspay purejtiy,
 Manañan pipas
 Ayau niwanchu.

 Irpallarajmi
 Urpiy karqanki
 Maypacha ñoqa
 Intiwanjina
 Ñausayarqani
 Qhawaykususpa.

 Ñawiykikuna
 Phallallaj qoyllur
Lliphipirerqa.
Rajra tutapi
Illapajina
Muspachiwarqa.


Ankaj rijranta
Mañarikuspa
Watumusqayki.
Wayrawan khuska
Wayllukunaypaj
Phawamusqayki.
  

 Kausayninchejta
 Khipuykorqanchis.
 Manan wañuypas
 Rak'iwasunchu,
 Ujllaña kasun,
 Ujlla ñerqanchis.

 Wañuyta mask'aj
 Ñoqa risqani
 Auqanchejkuna
 Jamuyanqanku
 Pukarankuna
 Jalatatajtin.

 Munasqay urpi,
 Phutiy ayqechej,
 Maypipas kasaj,
 Qanllan sonqoyta
 Paqarichinki
 Kausanaykama.


 Misti k'ajajtin
Yuyaway, ñoqan
Yayasqasqayki.
 May kamañachus
 Qanrayku chayan
 Ijma sonqoyqa.