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martes, 25 de octubre de 2022

Marta Kornblith (Lima, 1959 – Caracas, 1997)

 






Los libros de los muertos

Por eso dedicamos nuestros libros
a los muertos.
Porque tenemos la vana convicción
de que nos escuchan.
Nosotros, cómplices de oficios
menos inocentes,
creemos que seremos dioses
en otros mundos
porque pensamos que la felicidad
es la distancia del milagro
cuando soñamos con una palabra,
cuando vemos alzarse los aviones.

............. 

Tus padres te miran.
Ellos habitan en tus delirios.
Te recuerdan las fechas,
el cumpleaños, el aniversario.
Te corrompen tus sueños.
Conspiran en las viejas fotos.
Te anuncian tu próxima liberación.
Tus padres te dicen:
Todo tiene solución
menos la muerte.
Pero yo sé que nunca más
callarán mis nervios
y me hundiré en mi muerte simbólica.
Sin más definiciones.

 

 ................................

En el día del entierro
uno anda como un ciego.
En la casa,
nos esperan ansiosos
los espejos.


........................

Sería fatal decir
que el tiempo lo dirá,
el tiempo es mudo
como tus cosas
que no me hablan.

 

 ...................................

A veces
la vida viene
como un haz de reyes
y habitamos palacios
e imperios.
A veces
la vida viene
como la carta más baja
rozamos con otros transeúntes
la suciedad en las aceras
habitamos los árboles, los pájaros
pedimos el pan como los pobres.
A veces
la vida viene como la vileza.
Entonces nos aferramos a la suerte
frenéticamente.

 












viernes, 1 de enero de 2021

María Auxiliadora Álvarez (Caracas, Venezuela, 1956)

 




para no morir 


 se va uno 

para no ver

 que la mirada que ama 

se ha cerrado

 para no volverse a abrir jamás 


se va uno

 para que nunca más 

le digan a uno “adiós”


 se va uno 

con su amor a cuestas

 para un lugar imaginario 

donde el pájaro sin alas

 es útil a pesar 

de la privación de cielo


 se va uno 

a conciencia de que todo

 lo ha imaginado 

todo menos 

la intimidad de la luz


 se va uno 

con la certeza 

de que nunca 

podrá tocar lo intocable

 de que nunca verá lo invisible

 (perseguido como ha estado

 por fragores tan apremiantes 

y tan menos sutiles)


 se va uno reciamente 

con su agradecimiento cercado 

por una fila de piedras pequeñas 

alrededor de la lengua 


se va uno 

sin preguntas 

sin movimientos bruscos 

como un mar pacífico


 se va uno 

silencioso 

como quien cumple un deber 

como quien olvida 


se va uno

 dominando 

el tiempo del llanto 

el tiempo que siempre 

es el mismo 


se va uno

 como quien dice “se acabó” 

como quien no estuvo 


se va uno

 y deja en el dejar

 lo que fue uno 

lo que aún es uno: 

una corta exhalación 

de la brisa una brisa 

que se mueve para no morir 



 Publicado en El amor de los enfermos (Compendio de Ca(z)a, Páramo solo y Las regiones del frío) México: Mantis/UANL, 2018.

domingo, 14 de mayo de 2017

Juan Sánchez Peláez (Altagracia de Orituco, 1922-2003)








XVIII

Mi animal de costumbre me observa y me vigila.
Mueve su larga cola. Viene hasta mí
A una hora imprecisa.

Me devora todos los días, a cada segundo.

Cuando voy a la oficina, me pregunta:
    “¿Por qué trabajas
    Justamente
    Aquí?”

Y yo le respondo, muy bajo, casi al oído:
    Por nada, por nada.
Y como soy supersticioso, toco madera
De repente,
Para que desaparezca.

Estoy ilógicamente desamparado:
De las rodillas para arriba
A lo largo de esta primavera que se inicia
Mi animal de costumbre me roba el sol
Y la claridad fugaz de los transeúntes.

Yo nunca he sido fiel a la luna ni a la lluvia ni a los
    guijarros de la playa.

Mi animal de costumbre me toma por las muñecas, me
    seca las lágrimas.

A una hora imprecisa
Baja del cielo.





A una hora imprecisa
Sorbe el humo de mi pobre sopa.
A una hora imprecisa
En que expío mi sed
Pasa con jarras de vino.

A una hora imprecisa
Me matará, recogerá mis huesos
Y ya mis huesos metidos en un gran saco, hará de mí
Un pequeño barco,
Una diminuta burbuja sobre la playa.

Entonces sí
Seré fiel
A la luna
La lluvia
El sol
Y los guijarros de la playa.

Entonces,
Persistirá un extraño rumor
En torno al árbol y la víctima;

Persistirá...

Barriendo para siempre
Las rosas,
Las hojas dúctiles
Y el viento.

https://www.youtube.com/watch?v=lU1mHGs8CUQ