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domingo, 14 de marzo de 2010

Umberto Saba (Trieste, 1883 - Gorizia, 1957)





 

Tarde de febrero

 

Asoma la luna.
                           En la avenida es aún
de día, una tarde que rápida cae.
Indiferente juventud se abraza;
se desbanda a pobres metas.
                                                   Y es el pensamiento 
de la muerte el que, al fin, ayuda a vivir.




Sera di febbraio

 

Spunta la luna.
                            Nel viale è ancora
giorno, una sera che rapida cala.
Indifferente gioventú s'allaccia;
sbanda a povere mète.
                                         Ed è il pensiero
della morte che, in fine, aiuta a vivere.

 

  

Después de la tristeza

 

Este pan tiene el sabor de un recuerdo,
comido en esta pobre fonda,
donde está más abandonado y atestado el puerto.


Y disfruto de la amargura de la cerveza,
sentado a medio camino del retorno,
frente a los montes nublados y al faro.


Mi alma, que ha vencido su pena,
con ojos nuevos en el antiguo atardecer
mira a un piloto con su esposa encinta;


y un barco, cuya vieja madera
brilla al sol, y con la chimenea
tan larga como los dos mástiles, es un dibujo


infantil, que he hecho hace veinte años.
¡Y quién me iba a decir que mi vida
sería tan bella, con tantos dulces afanes,

y tanta apartada dicha!

 

 

Dopo la tristezza

 

Questo pane ha il sapore d’un ricordo,
mangiato in questa povera osteria,
dov’è più abbandonato e ingombro il porto.

E della birra mi godo l’amaro,
seduto del ritorno a mezza via,
in faccia ai monti annuvolati e al faro.

L’anima mia che una sua pena ha vinta,
con occhi nuovi nell’antica sera
guarda una pilota con la moglie incinta;

e un bastimento, di che il vecchio legno
luccica al sole, e con la ciminiera
lunga quanto i due alberi, è un disegno

fanciullesco, che ho fatto or son vent’anni.
E chi mi avrebbe detto la mia vita
così bella, con tanti dolci affanni,

e tanta beatitudine romita!

 traduccion de Carlos Vitale







Autobiografia

3

Mi padre fue para mí siempre "el asesino";
hasta que a mis veinte años lo encontré.
Entonces comprendí que él era un niño,
y que el don que poseo de él provenía.

Tenía en su rostro mi mirada azul,
una sonrisa,en la indigencia, dulce y astuta.
Siempre anduvo errante por el mundo;
más de una mujer lo amó y lo alimentó.

Era alegre y ligero; mi madre
sentía todo el peso de la vida.
Se le escapó de las manos, como una pelota.

"No te parezcas - me decía - a tu padre":
Y yo en mí mismo lo comprendí más tarde:
Eran dos razas en antigua contienda.

traducido por Ana Maria del Re


Autobiografia


3

Mio padre è stato per me "l'assassino";
fino ai vent'anni che l'ho conosciuto.
Allora ho visto ch'egli era un bambino,
e che il dono ch'io ho da lui l'ho avuto.

Aveva in volto il mio sguardo azzurrino,
un sorriso, in miseria, dolce e astuto.
Andò sempre pel mondo pellegrino;
più d'una donna che l'ha amato e pasciuto.

Egli era gaio e leggero; mia madre
tutti sentiva della vita i pesi.
Di mano ei gli sfuggì come un pallone.

"Non somigliare - ammoniva - a tuo padre":
ed io più tardi in me stesso lo intesi:
Eran due razze in antica tenzone.


Cinco poesías para el juego de Futbol

3. Juego número trece

Sobre las gradas un pequeño grupo extenuado
se calentaba con su propio calor.
Y cuando
-inmensa áurea- el sol ocultó
tras una casa su brillo, la cancha
se aclaró con el presentimiento de la noche.
Corrían por todas partes camisetas rojas,
camisetas blancas, bajo una luz
de extraña, iridiscente transparencia. El viento
desviaba la pelota, la Fortuna
se ponía otra vez una venda en los ojos.

Era agradable
estar así, tan pocos, tiritando
juntos,
como los últimos hombres sobre una montaña,
viendo desde allá el último combate.

De El cancionero
traducción: Ana María del Re

Tredicesima partita


Sui gradini un manipolo sparuto
si riscaldava di se stesso.
E quand
--smisurata raggiera– il sole spense
dietro una casa il suo barbaglio, il campo
schiarì il presentimento della notte.
Correvano sue e giù le maglie rosse,
le maglie bianche, in una luce d’una
strana iridata trasparenza. Il vento
deviava il pallone, la Fortuna
si rimetteva agli occhi la benda.

Piaceva
essere così pochi intirizziti
uniti,
come ultimi uomini su un monte,
a guardare di là l’ultima gara.



La Gata

Tu gatita ha adelgazado.
No tiene otro mal que el amor:
mal que a tus cuidados la consagra.

¿No sientes una atribulada ternura?
¿No la sientes vibrar como un corazón
con tus caricias?
A mis ojos es tan perfecta
como tú, tu salvaje gata,
pero como tú muchacha
y enamorada, que siempre buscabas,
que sin paz aquí y allá merodeabas,
de la que todos decían: “Está loca”.

Es como tú muchacha.

Traducido por Carlos Vitale , de Casa y campo/Trieste y una mujer, La Poesía, señor hidalgo, Barcelona, 2003.

La gatta

La tua gattina è diventata magra.
Altro male non è il suo che d’amore:
male che alle tue cure la consacra.

Non provi un’accorata tenerezza?
Non la senti vibrare come un cuore
sotto alla tua carezza?
Ai miei occhi è perfetta
come te questa tua selvaggia gatta,
ma come te ragazza
e innamorata, che sempre cercavi,
che senza pace qua e là t’aggiravi,
che tutti dicevano: “È pazza”.

È come te ragazza.

De Casa e campagna, Trieste e una donna


La cabra


Hablé con una cabra.
Estaba sola en el campo, estaba atada.
Saciada de pasto, empapada
por la lluvia, balaba.

El balido constante era fraterno
de mi dolor. Y respondí, al principio
en broma, luego, porque el dolor es eterno:
tiene una misma voz, no cambia.
Y esa voz es lo que oía
en esa cabra sola que gemía.

En una cabra de cara semita
escuchaba implorar todas las penas,
toda las vidas.

Version de Ricardo Herrera



La capra



Ho parlato ad una capra.
Era sola sul prato, era legata.
Sazia d'erba, bagnata
dalla pioggia, belava.
Quell'uguale belato era fraterno
al mio dolore. Ed io risposi, prima
per celia, poi perché il dolore é eterno,
ha una voce e non varia.
Questa voce sentiva
gemere in una capra solitaria.

In una capra dal viso semita
sentiva querelarsi ogni altro male,
ogni altra vita

El poeta

El poeta tiene sus días
contados,
como todos los hombres,
pero que variados se le hacen!

Las horas del día y las cuatro estaciones,
algo menos de sol o mas de viento,
son el ocio y la compañía,
siempre diversa para sus pasiones,
siempre las mismas , y el tiempo que hace,
cuando se levanta, es el gran suceso
del día , su goce apenas se despierta.
Sobre todas las cosas, lo alegran
las cambiantes luces, los bellos días
agitados
como la muchedumbre de una larga historia,
donde azul y tempestad poco duran,
y se alternan mensajeros de infortunio
y de victoria.
Regresa con una noche roja,
y con las nubes cambia de color
su felicidad,
si su corazón no cambia.

El poeta tiene sus días
contados,
como todos los hombres:
¡Pero que felices se le hacen!


Il poeta


Il poeta ha le sue giornate contate,
come tutti gli uomini;ma quanto,
quanto variate!
L'ore del giorno e le quattro stagioni,
un pò meno di sole o più di vento,
sono lo svago e l'accompagnamento
sempre diverso per le sue passioni,
sempre le stesse;ed il tempo che fa
quando si leva,è il grande avvenimento
del giorno,la sua gioia appena desto.
Sovra ogni aspetto lo rallegra questo
d'avverse luci,le belle giornate movimentate
come la folla in una lunga istoria,
dove azzurro e tempesta poco dura
e si alternano messi di sventura e di vittoria.
Con un rosso di sera fa ritorno
e con le nubi cangia colore la sua felicità,
se non cangia il suo cuore.
Il poeta ha le sue giornate contate,
come tutti gli uomini; ma quanto,
quanto beate!