En el
asombro
No era aún la
estación de la sangre
Nosotros
no debimos
saberlo
en el asombro
del recreo
pero ellas
tomadas de la mano
dibujaban
dolorosos
rubíes por sus piernas
un camino de
joyas
desprendido
del fruto
lastimado
No debimos
saberlo en el recreo
Todavía no es
la estación de la sangre
y ya estamos
perdidas en un bosque
Mamá
cómo decirte
que este
animal que nos descorazona
es el mismo
que enreda
tu corazón a
un yugo
cada noche
y que en
nosotras un día y otro
día y otro día
horada un
desfiladero que nos duele
para ocultar
su filo
Aunque no sea
la estación de la sangre
él la hace
restallar
en las paredes
de los muslos
Mamá
cómo decirte
tu amor nos
amordaza
La trampa está
en sus besos
que bajan de
la frente
desde el
ombligo bajan
y enhebran una
hilera
de cristalitos
rojos
ahogados en
veneno
detrás de su
saliva
Mamá
un padre
cazador
nos acorrala
y somos
animalitos
ciegos
sangrando en
el recreo