Ultima Voluntad
Cuando me muera, amor, cuando me muera
Prohibirías los
discursos necrológicos
porque los pronunciarán aquellos mismos
que me dieron por viático veneno.
Impartirás severas instrucciones
para que a mi velatorio no concurra
ni mi cadáver, y si te interrogan
por mí, responde que no voy a fiestas.
En mi partida de defunción escribe
que me he muerto de muerte a fuego lento
porque los Inquisidores de mis culpas
usaron yesca vieja y leña verde.
Y después que me hayan enterrado
no permitas que los sepultureros
funden ninguna sociedad anónima
para explotar mi indefensa calavera.
Todos los días irás al cementerio
a vigilar mi
tumba y cuando notes
que mi carroña nutre biografías
de cuajo arrancarás esa maleza.
Lego mis huesos a los castos lirios
y mi memoria a los desmemoriados.
En cuanto a mi salvación, es suficiente
la sacra ceremonia del silencio.
Del libro Salon de lectura (1974)
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