Contra este mundo
Pues más allá de nuestro sueño
las palabras, que no nos pertenecen,
se asocian como nubes
que un día el viento precipita
sobre la tierra
para cambiar, no inútilmente, el mundo.
José Ángel Valente
De qué sirve un país muerto de tristeza,
un pájaro queriendo
volar en una jaula,
tener apego a algo
que mañana no tendremos.
De qué sirve la flor oscura, el poema,
la madeja deshecha,
un lugar en el mundo
cuando ya no es tu casa.
Hay días como puñales
en que los habitantes se hartan del miedo
y del fondo frío y fragmentado
de esta ciudad que nos retiene.
No sirve de nada.
En tiempos de horror y abatimiento
reclamo la alegría
como arma y sostén
contra este mundo.
Del poemario Hombres que cantan nanas al amanecer y comen cebolla (La Bella Varsovia)
Anda y sueña
¿Por qué te vas tan lejos?,
me preguntó la abuela.
Tengo que trabajar, le dije.
Nosotros también nos fuimos,
igual nuestros hermanos:
ellos no volvieron.
Te vas tan joven y sola, decía,
serás extranjera.
Y señaló el mapa.
¿Por qué te vas tan lejos?,
repetía, con lo bien que estabas
aquí – coche, hipoteca, préstamo –.
Voy a buscar una vida grande, abuela.
Y la abuela me miró a los ojos,
acariciando mi cara con sus manos:
que el viaje no sea duro,
que el país sea una casa,
que los amigos te duren para siempre.
Del poemario Hay una araña en mi clavícula (La Garúa)
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