viernes, 25 de diciembre de 2015

Milo de Angelis ( Milan 1951)




Todo estaba encaminado. Desde entonces hasta ahora. Todo
el tiempo, luminoso, rozaba los labios. Todas
las respiraciones se unían en el collar. Las sombras
de Lambrate cerraron la puerta. Toda la habitación,
absorta, se convirtió en el primer latido. El negro
de tus cabellos contra el amarillo del último rayo.
Desde entonces. Era el primer día del verano.
El silencio colmaba la frente. Todo estaba
ya en camino, desde entonces, todo estaba aquí, único
y perdido, nuestro y remoto. Todo pedía
ser esperado, volver a su verdadero nombre.

  
Tutto era già in cammino. Da allora a qui. Tutto
il tempo, luminoso, sforava le labbra. Tutti
respiri si riunivano nella collana. Le ombre
di Lambrate chiusero la porta. Tutta la stanza,
assorta, diventò il primo battito. Il nero
dei tuoi capelli contro il giallo dell’ultimo raggio.
Da allora a qui. Era il primo giorno dell’estate.
Il silenzio ci riempiva la fronte. Tutto era
già in cammino, da allora, tutto era qui, único
e perduto, nostro e remoto. Tutto chiedeva

di essere atteso, di tornare nel suo vero nome.


No había más tiempo. La habitación había entrado en una ampolla.
No era posible ya dividir la esencia. No tenías más el collar.
No tenías más tiempo. El tiempo era una luz
marina entre las persianas, una fiesta de religiosas,
la herida, el agua en la garganta, Villa Litta. No había
más día. La sombra de la tierra llenaba los ojos
con el miedo de los colores perdidos. Cada molécula
estaba en la espera. Hemos mirado el remiendo
de las manos. No había más luz. Una vez más
nos están llamando, juzgados por una estrella fija.


Non c’era più tempo. La camera era entrata in una fala.
Non era più dato spartire l’essenza. Non avevi
più la collana. Non avevi più tempo. Il tempo era una luce
marina tra le persiane, una festa di sorelle,
la ferita, l’acqua alla gola, Villa Litta. Non c’era
più giorno. L’ombra della terra riempiva gli occhi
con la paura dei colori scomparsi. Ogni molecola
era in attesa. Abbismo guardato il rammendo
delle mani. Non c’era più luce. Ancora una volta
ci stanno chiamando, giudicati da una stella fissa

traducido por  Elena Tardonato Faliere

seleccionado del libro Esplendor en las sombras Tres voces italianas contemporáneas Edición bilingüe Selección, traducción y notas de Elena Tardonato Faliere y María Cecilia Micetich

Huesos de Jibia 2015

jueves, 24 de diciembre de 2015

El asesino de Papá Noel , un cuento de Spencer Holst


Hubo una vez una persona que terminó con las guerras para siempre, al asesinar a 42 Papás Noel.
Todo empezó unos diez días antes de Navidad, cuando un Papá Noel del Ejército de Salvación fue asesinado en un barrio.
Un diario de la mañana traía la noticia, pero al día siguiente otros cinco Papás Noel fueron asesinados y el hecho apareció en la primera plana de todos los diarios del país.
Cuatro de ellos fueron asesinados mientras recolectaban fondos para el Ejército de Salvación, y el quinto fue apuñalado en la sección Juguetería de Gimbel’s.
¡La gente se sintió ultrajada! ¡Cómo se indignaron! Pensaban qué monstruo, qué engendro debía ser ese tipo, quiero decir, arruinarles la Navidad a los chicos asesinando a Papá Noel.
No se preocupaban por las vidas verdaderas de los hombres asesinados, tan sólo era el efecto que causaría a los chicos lo que molestaba a todos.
esta el cuento en este libro maravilloso
De manera que al día siguiente la ciudad estaba llena de policía metropolitana y estadual, agentes del FBI y hasta algunos funcionarios de Inteligencia de la Marina, agentes del Tesoro y funcionarios del Departamento de Justicia, todos los cuales encontraron pretextos para intervenir en el caso: y otros diez Papás Noel fueron muertos y no se atrapó al esquivo asesino.
Así que aquella noche todos los Papás Noel que estaban trabajando convocaron a una reunión secreta para decidir qué hacer.
Se daban cuenta de sus responsabilidades para con los chicos pero, por el otro lado, les parecía una especie de locura salir a la calle y ser atacados por este maníaco.
De modo que un hombre, que era valiente y no tenía a nadie que dependiera de él, se ofreció para salir al otro día, disfrazado y con una fuerte guardia armada.
Pero le cortaron la garganta en su cama, aquella noche.
Así que al otro día no había Papás Noel en la ciudad.
Y la gente estaba algo así como irritable y nerviosa, y los chicos lloraban, y no parecía Navidad sin los Papás Noel.
Pero al día siguiente, una volátil mujercita de Hollywood, una actriz que buscaba publicidad, salió vestida de Mamá Noel.
Y la gente y sus chicos se agolparon en torno de ella, ya que era lo más aproximado a Papá Noel que andaba por la calle, y consiguió un montón de publicidad, y no la mataron.
De modo que al día siguiente varias otras mujeres prominentes salieron todas vestidas de Mamá Noel, con el pelo empolvado de blanco y polleras coloradas y almohadones en sus vientres y sombreros de Papá Noel, y tampoco a ellas las mataron.
Decidieron que a lo mejor el maníaco había dejado de actuar, así que mandaron a la calle a un Papá Noel como globo de ensayo, pero una hora después su cuerpo era conducido en una ambulancia al Bellevue Hospital, con tres balas alojadas en él.
Así que la Navidad de ese año transcurrió con Mamás Noel.
Y el año siguiente empezó a ocurrir otra vez lo mismo, de modo que de inmediato mandaron a las mujeres otra vez a la calle.
Al año siguiente pasó la misma cosa; y el siguiente, y el siguiente; y año tras año, este paciente y esquivo maníaco mataba a cualquier varón vestido de Papá Noel, hasta que finalmente en los diarios, en la publicidad y en las mentes humanas, Papá Noel retrocedió hacia el fondo y Mamá Noel se convirtió en la figura principal.
Quiero decir que Papá Noel todavía estaba allí. Hacía los juguetes en el Polo Norte y se ocupaba de los elfos, pero era Mamá Noel la que viajaba en el trineo tirado por los renos y se deslizaba por la chimenea y repartía los regalos y encabezaba el desfile de Navidad cada año.
Y lo divertido era que a las mujeres parecía gustarles realmente ser Mamá Noel. Nadie tuvo que pagarles y se convirtió en una moda tal que las calles, en época de Navidad, estaban colmadas de Mamás Noel. Y a medida que el tiempo pasó, ellas empezaron a hacer pequeñas alteraciones en el traje tradicional, cambiando primero el matiz de rojo, y experimentando después con colores completamente distintos, hasta que al fin cada traje fue único y fantástico, hermosamente coloreado, bellísimo.
Se convirtió en un verdadero honor el encabezar el desfile de Navidad.
¡Y a los chicos les encantó!
¡La Navidad nunca había sido así antes, con todas estas Mamás Noel y toda la excitación!
Pero estos chicos, esta nueva generación de chicos que creció creyendo en Mamá Noel, eran algo así como distintos.
Porque, fíjense, para los chicos muy pequeños Papá Noel es un dios.
Y para la época en que dejan de creer en Papá Noel, empiezan a ir a la Escuela Dominical y aprenden acerca de un nuevo Dios. Y este nuevo Dios no les hace regalos. Es un poco rudo.
Pero toda la vida anhelan a su antiguo dios de la infancia, a su dios Papá Noel.
Observen sus oraciones, lo que dicen: dame lo que deseo. Pero esta nueva generación de chicos que crecieron creyendo en Mamá Noel parecía tener una actitud distinta hacia las mujeres.
Empezaron a elegir mujeres para el Congreso y eligieron a una mujer presidente y mujeres alcaldes, hasta que muy pronto el país entero estuvo gobernado por mujeres.
A ellas les preocupaba sobre todo cosas como la comida, y hubo mucha discusión en el Congreso acerca de varios regímenes, y bien pronto hasta los más pobres tuvieron mucho que comer; y estaban interesadas en las casas, y pronto ya no hubo escasez de viviendas.
Pero había una cosa que no apoyarían.
No pensaban hacerlo.
Quiero decir, ¿qué posible razón política haría que estas mujeres mandaran a sus hombres a ser matados? ¡Era ridículo!
De modo que con su poder político y su poder financiero y el prestigio de los Estados Unidos, obligaron y animaron a otros países a permitir que mandaran las mujeres.
Así la guerra terminó para siempre.
Los hombres siguieron haciendo lo que siempre habían hecho. Trabajaban en fábricas, y estudiaban matemática superior, y apostaban a caballos, y repartían el hielo, y discutían de filosofía.
Pero estas discusiones sobre filosofía no ocasionaban que la gente se muriera de hambre y se matara entre sí.
Y muy pronto, en todo el mundo, nadie estaba hambriento, todos tenían lindas casas, ya no había guerra, la gente empezó a ser feliz.
Saben, cuando uno se detiene a pensar en ello, había ocurrido una revolución mundial.
Y 42 Papás Noel no es mucha gente muerta para una revolución mundial.
Pero el asesino o, en realidad, el santo a quien la humanidad tanto le debía, el que planeó y ejecutó esta revolución casi incruenta, nunca fue atrapado y crucificado.
Siguió viviendo.
No, nadie descubrió nunca la identidad de este santo: es decir ah–, salvo yo.
Yo sé quién es el santo.
Oh, no tengo ninguna prueba, pero es precisamente por eso que estoy tan seguro de que lo sé.
Porque hay una sola persona capaz de esto, hay una sola persona con el genio, la osadía, la imaginación, el valor, el amor a la gente, la avidez por la sangre y la paciencia requeridos para llevar a cabo ésta, la mayor de todas las acciones.
Esa persona es mi hermanita.



Cuento traducido por Ernesto  Show

domingo, 20 de diciembre de 2015

Hugo Zonáglez (1985 Buenos Aires )





Zombie

Esta mañana
otra vez
hace frío
pero no es el mismo frío
que hay en el ambiente
es otro
como si todo terminara
como si en mi corazón
cayera por un precipicio
esperando que se despierte
una chispa de todo aquello
que alguna vez fui
hoy
estoy muerto
como un zombie
rengueando por las calles
deambulando por un living
acercándome a la estufa
con la esperanza de matar
este frío
que no es el mismo
que hay en el ambiente
es otro frío
me lleva lejos
a lugares que nunca vi
ese tañido incierto
vía sin horizonte
de una mañana de frío
sin fin.

Nudo 

Las noches frías
parecían un nudo
que no sabíamos desatar
el abrigo de los cuerpos
no emanaba el mismo calor
tratábamos de ver
con las manos sobre las caras
si éramos nosotros
dentro de una marea
propia de la mudez
sentíamos que algo se quebraba
pero el nudo seguía creciendo
acomodándose a nuestros cuellos
durante el día
intentábamos distraer el silencio
mirando la tele
escuchando música
hablando del tiempo
seguimos así
hasta el límite
de usarlo como un collar
pero un simple tropezón
de cualquiera de los dos
sería suficiente
 para ponerle fin.

Poemas del libro "Días perfectos" (2015)  de la colección " "La verdad se mueve", coordinada por Griselda García.
publicado por Ediciones del Dock

sábado, 19 de diciembre de 2015

Diego Roel ( Temperley,1980 )








El que Es Sin defecto y Grande, ha tocado justo ahora una pequeña morada para que se vea un milagro y pueda formar letras desconocidas, y pronunciar una lengua ignota y también que pueda tocar por sí misma multiformes y armoniosas melodías.

 Hildegard von Bingen, Carta al Papa Anastasio IV


Vía Lucis 

El que Es Sin defecto y Grande
me habló a mí, que soy pequeña y triste,
para que pueda formar en mi mente letras desconocidas,
para que de mi boca salga un verbo nuevo,
una expresión más leve, una palabra que atraviese
los mares y las islas,
que resuene en los últimos términos de la tierra.

Sí, yo siempre estuve callada y guardé silencio.

Pero ahora Tu Voz en mí se expande y multiplica
como voces de mujer que está de parto,
como voces de mujer que está muriendo.

Ahora Tu Voz en mí se expande.

Cuando pase a través de las aguas del gran Río
no me anegarán sus corrientes.
Cuando salte en medio de las llamas
no me quemaré.

El que Es Sin defecto y Grande
me habló a mí, que soy pequeña y triste.





Svicias 

Yo no soy instruida:
sólo escribo lo que oigo y veo.

Hablo de un camino que se abre en el desierto,
de manantiales de agua en un país extranjero,
de un hombre con ojos de barro.

Hablo de Aquél que extendió los cielos y
fundó la tierra,
del que cumple siempre sus oráculos.

Sólo escribo lo que oigo y veo.


Nacimiento 

Mi alma estaba muerta
y resucitó. Estaba perdida
y fue encontrada.

El calor del Verbo fecundó
la carne estéril de mis padres.




Poemas del libro " Via Lucis" de la Colección "La verdad se mueve"
coordinada por Griselda García.

 Publicado por Ediciones del Dock

Yves Bonnefoy: “La sociedad sucumbirá si la poesía se extingue”




Extractos de la nota del diario El País
“Los poemas no tienen significado. Cuando se lee uno hay que preguntar a la propia experiencia, a la memoria. Y a partir de ahí buscarle la interpretación”.

“En una conversación cotidiana, las palabras sirven para que nos entendamos, pero desaparecen. En cambio, en la poesía esas mismas palabras reaparecen en su verdadera realidad y son nombres propios que señalan o designan las cosas como son para mostrarnos la realidad”.

“La palabra, las palabras, están en el centro de todo. Son el embrión que no solo describe y señala y nombra el mundo sino que lo ordena y puede salvarlo, reordenarlo. La palabra es nuestra principal conexión con la realidad y la poesía su mejor vía. Por eso es necesario que las liberemos de ese yugo en el cual las hemos metido”.

“Yo no he elegido la literatura, sino la poesía. No son la misma cosa. La literatura es una posibilidad de la lengua, la poesía es una manera de despertar la palabra. Y debemos hacer una distinción fundamental entre la lengua y la palabra. La lengua es un conjunto de nociones que nos permiten encontrar diferentes aspectos de la realidad, la literatura es la construcción que hacemos de ella por medio del lenguaje. Todas las experiencias están aquí permitidas, todas las distracciones e irresponsabilidades. La poesía es la respuesta que se lanza en dirección a la lengua, cuando nos preguntamos acerca de nuestras necesidades fundamentales. No es un lugar para divertimentos, ni de la experimentación existencial: es el lugar de la exigencia de la responsabilidad”.

“Recuerdo que fui golpeado profundamente por la relación que aparecía entre la palabra y la cosa. Tenía la sensación de que la palabra era la embajadora de la cosa, su representante entre nosotros. Es mi primer recuerdo sobre la experiencia del lenguaje. En ese momento comprendí que la poesía ejercía esta relación con la palabra. Después encontré, en los poemas que nos hacían leer, que existía un ritmo, una música dentro de los poemas, que no era inherente a las conversaciones, sino que existía solo en la poesía. Así consideré que mi destino era practicar ese ritmo que hacía que las palabras entraran en contacto con el mundo”.
Convencido y emocionado, Bonnefoy dice que la palabra tiene vida; es un mundo, y crea un universo. Y su encadenamiento con otras palabras, su combinación para crear frases transforma y altera su esencia, su significado. Para él las palabras cotidianas se usan sin darles el valor que merecen.
“La poesía está para recordarnos que todas las palabras, incluidas las que usamos automáticamente, o tanto que parecen gastadas y poco relevantes, son las responsables de la realidad. Para nosotros es importante la existencia de una tierra, suficiente, benéfica, que nos permita dar un sentido a nuestra existencia, que nos permita estar unidos en un lugar donde exista la vida, aunque por momentos resulte surreal. Diría que la poesía habla solo acerca de eso, en esencia. Fundamentalmente la poesía debe decir: ‘Existe una Realidad’, debemos ser parte del mundo, no debemos dejarnos llevar por esa distracción que nos hace aceptar nuestras existencias como algo abstracto, o resignado a la irrealidad. ¡La poesía es aquello que exige la existencia del mundo!”.
“El medio ambiente de la Tierra vive amenazado. La lectura de poesía nos regresa a la capacidad fundamental, una apertura si se puede llamar así, de recentrar nuestra atención sobre el lugar terrestre como tal. Ahora en que muchas de las especies desaparecen, en que el aire está contaminado, en que la población es tan numerosa que no hay suficientes recursos, es necesario tomar conciencia de nuestro papel, y el papel de la poesía es facilitar esta toma de conciencias. Necesitamos una voz profética que anuncie los desastres y despierte la conciencia”.
Lo dice con una sombra de tristeza y esperanza. Como cuando habla de la falta de motivación de las instituciones para que la gente lea poesía. Algunas personas que pasan por ahí se detienen a escucharlo.

“Lo que ha ocurrido es que el sistema educativo ha tenido una preocupación sociológica, científica y psicológica que ha desviado la atención de esta relación que la palabra poética establece con el mundo. Se ha cambiado la experiencia poética directa por la explicación del poema y esa reflexión académica ha dado paso a una situación en la cual la poesía no puede respirar. He ahí el problema con la recepción de la poesía”.
Sentir. Sin temor. Expresar, sin miedo. Dar rienda suelta a la memoria para poder interpretar los versos que cobran nueva vida en cada lector. Algunas personas siguen ahí, asomadas en silencio a lo que dice él, ahora entre lo finito y lo infinito. Pastorea el Tiempo donde está inmerso el ser humano y con el que debe aprender a relacionarse.
“La poesía hace acercamientos más profundos a la condición humana, a lo que sabemos y está detrás. Las grandes obras de la poesía se han arriesgado mucho antes por los laberintos de la conciencia nuestra. En las dudas de Hamlet es donde la modernidad encontró su suelo más fértil”.
La realidad con sus encrucijadas está presente en El territorio interior:“Existir, pero de otra forma, y no en la superficie de las cosas, en el meandro de los caminos, en el azar: como un nadador que se sumergiese en el porvenir para emerger luego cubierto de algas, y más ancho de frente, y de espaldas”. Ir más allá de las quimeras es su invitación, dar a cada cosa su lugar y función. “Es la relación con el otro la esencia del pensamiento moral”. Considera que la poesía es el origen de la preocupación ética o filosófica. No duda en soplarnos que “la sociedad sucumbirá si la poesía se extingue”.
Palabras e ideas embajadoras en poemas como La rapidez de las nubes:
En mi sueño de ayer
El grano de otros años ardía a fuego lento,
Sin calor, en el suelo embaldosado.
Descalzos, lo apartaban nuestros pies como un agua límpida.
¡Oh amiga mía,
Qué distancia tan débil separaba nuestros cuerpos!
La hoja de la espada del tiempo que merodea
Hubiese allí buscado en vano lugar para vencer!

Y ADEMÁS...

lunes, 7 de diciembre de 2015

Oscar Gorbacho ( Carmelo Uruguay 1922, Buenos Aires 2015)






Perplejidades antes de dormir

Me moriré sin entender la vida.
Ya nada parece tener vuelo.
Ni una baranda al mar,
ni un pobre genio,
ni el miedo disfrazado de indolencia.

Nadie quiere nacer para ser nada,
vivir para ser sombra
o avejentada luz de la mañana
en la cama desierta.

Me moriré sin entender la muerte.

Casi un curriculum

Soy prisionero de esta ciudad.
Cambio admiraciones y amores por espejitos.
Creo en la gente como otros creen
en el perdón de los pecados,
en la justicia de los jueces,
en los gatos.
Vivo sin entender la conversación
de los mayores,
creo que, algún día, aparecerá Dios
para decirme que tenga paciencia
que, al fin de cuentas, Job fue recompensado
a su manera, a la de Dios.
Creo que a tanta edad
debería tener una casa pegada al mar océano
y que el viejo dolor adolescente
tendría que haber cedido al tratamiento de los años.
Pero sigo aquí, en esta ciudad,
desaparecido,
ignorante,
sin talento cósmico,
dueño sólo del arte de ser pobre.
El subterráneo

Esta mañana, el tren subterráneo
se detuvo sin razón.
(Íbamos a alguna parte y ya no íbamos)

Estupefactos,
nos miramos preguntándonos por la oscuridad,
el silencio, la traspiración.

El aire era un pescado viscoso y lento
en un mar de pelos sucios.

Un desperfecto o un perfecto complot
nos dejaba solos, lejos del aire minado,
lejos del cielo gris,
lejos de nuestros padres,
con un golpe en la nuca y sin la rosa.
Solos bajo la tierra, mudos,
como un ensayo de morir.


Ya sé

Ya sé que esto no es serio ni maduro,
que sigo carcomido por episodios personales,
asediado por mi cédula de identidad,
que no puedo salir de mi pequeña historia.

Ya sé que debería ser trascendente,
hablar de cosmogonías,
aconsejar al hombre,
ayudarle a ver el mundo
y a usar la poesía como una fórmula
de conocimiento
o una ciencia posible
o una estrategia para llegar a Dios.

Ya sé que debería inventar un mundo predilecto,
una especie redentora
o un estandarte de sabiduría.

Pero temo salir de mí
y, al regresar, no encontrarme.



Mi madre


Está muerta hace tiempo,
pero cumple años como siempre
y reaparece en las fotografías,
mitad escondida, mitad velada por la vergüenza.

Tengo la misma edad de su muerte
y es como si cruzara un bosque
lleno de humo
o enarbolara una bandera de parlamento
o descubriera un feto
en el fondo de una piscina.

Estaba sentenciada por el embuste.
Cuando la vi, era tarde:
los años la habían arrasado en pocos meses,
tenía el rostro de las brujas infantiles
y, sin embargo, era ella,
la misma que me acunaba en su pollera
con olor a cocina,
la misma que convocaba el té de tilo nocturno,
la que me enseñó a rezar para mi padre,
muerto por esos cielos,
la que estiraba las frazadas hasta las orejas,
la de las manos rugosas de tiempo y jabón.

Era la misma. Pero ocupada en su muerte,
no le alegraba mi regreso
y seguía acostada sin preguntarme nada,
sin fuerzas, sin ganas, sin amor.
No le importaba el hijo que regresaba enfermo.

Estoy cruzando su muerte en mitad de la lluvia,
estoy echando un puñado de tierra
y me falta su amparo, su falda, su silencio.
Será posible, Dios, que nunca acabe,
que nadie acabe de morir
hasta su propia muerte,
que todo sea un atentado de ambigüedad,
que me dé miedo escribir
por no tropezar con ella
detrás de cada metáfora,
detrás de cada impericia.

Camino por su muerte como si sólo ahora
muriera de repente.

Ya no existen sus cartas, sus peinetas,
su cama de la muerte.
Sólo existe este llanto tardío,
esta sobresaltada pesadilla,
este miedo a vivir que dan los años.




domingo, 6 de diciembre de 2015

Anna Ajmátova(Bolshoi Fontán, Ucrania, 1889-Domodedovo, Rusia, 1966)






 No sabemos cómo decirnos adiós

 No sabemos cómo decirnos adiós:

erramos por ahí, hombro con hombro.

Ya el sol está bajando,

vas taciturno, soy tu sombra.

 

Entremos en una iglesia a ver

bautizos, matrimonios, misas de difuntos.

¿Por qué somos diferentes del resto?

Afuera otra vez, cada quien vuelve la cabeza.

 

O sentémonos en el cementerio,

sobre la nieve pisoteada, suspirando el uno por el otro.

Esa vara en tu mano está dibujando mansiones

donde estaremos siempre juntos.

 

1917

 

I 

Tres cosas en el mundo él amaba:
El canto vespertino, los pavos reales blancos
Y de América, los mapas desvaídos.
No amaba el llanto de los niños,
La frambuesa con el té, no amaba
Ni la histeria femenina.
…Y yo fui su mujer.
 
(1911)

II

No estoy con aquellos que abandonaron su tierra
Para que el enemigo la desgarrara.
No atiendo sus burdas lisonjas,
Mis canciones no serán para ellos. 
Pero me da lástima el proscrito,
Como un prisionero o un enfermo.
Oscuro es tu camino, peregrino,
Huele a ajenjo el pan ajeno. 
Y aquí, en el acre olor del fuego,
El resto de juventud perdido,
Nosotros de ningún golpe
Nos hemos protegido. 
Y sabemos que en la apreciación tardía
Cada hora será justificada…
Pero en el mundo no hay gente sin lágrimas
Más altiva que nosotros ni más llana. 
(1922)

III
El último brindis
Bebo por la casa derruida,
Por la soledad, juntos,
Por esta maldita vida mía
Y por ti, bebo, 
Por la mentira de la boca que me traicionó,
Por el frío de muerte en la mirada,
Porque es cruel y torpe el mundo,
Por aquello que Dios no salvara. 
(1934)

Versiones de Inés Aráoz tomadas de Hablar de Poesia Numero 3


La mujer de Lot.



Pero la esposa de Lot, miró hacia atrás
y se convirtió en un pilar de sal.
(Libro del Génesis.)

Y el hombre justo acompañó al luminoso agente de Dios
 por una montaña negra, siguiendo su huella,
 mientras una voz incansable acosaba a la mujer:
—No es demasiado tarde, aun puedes mirar hacia atrás.

Hacia las torres rojas de tu Sodoma nativa,
al patio donde una vez cantaste, al pabellón para hilar,
a las ventanas de la enorme casa
donde la descendencia santificó tu lecho conyugal.

Una sola mirada: súbita punzada de dolor en sus ojos,
antes de poder emitir cualquier sonido.
 Su cuerpo se derritió en sal transparente
 y sus ligeras piernas claváronse en la tierra.

 ¿Quién penará por esta mujer?
¿No le resulta de sobra insignificante a nuestra incumbencia?
 Incluso así, nunca la negaré en mi corazón,
 ella que murió porque eligió volverse.

 Versión  de Kira Galván

Unos van por un sendero recto..

1
Unos van por un sendero recto,
 Otros caminan en círculo,
añoran el regreso a la casa paterna
 y esperan a la amiga de otros tiempos.
 Mi camino, en cambio, no es ni recto, ni curvo,
 Llevo conmigo el infortunio,
voy hacia nunca, hacia ninguna parte,
 Como un tren sobre el abismo.

 2
En las profundidades de la música
 no hallé respuesta alguna:
 sólo la mudez y el sosiego
 junto al fantasma del verano. 

3 Yo voy hacia donde ya nada es cierto. 
Allá donde el más querido compañero es apenas una sobra:
 El viento irrumpe desde el jardín perdido
 y bajo los pies sólo siento el frío del camino.

 
Cuando una persona muere
Cambian también sus retratos.
Sus ojos miran de otra forma, y sus labios
Sonríen con otra sonrisa.
Yo me di cuenta de esto al regresar
Del entierro de un poeta.
Desde entonces, con frecuencia, he comprobado
Que mi conjetura era cierta.

Versiónes  de Jorge Bustamante García.