sábado, 27 de septiembre de 2025

Extracto °De repente en lo profundo del bosque" Libro de Amos Oz





 Era un pez pequeño, un pececillo, como de medio dedo de largo, y tenía escamas de plata, delicadas aletas de encaje y branquias transparentes y temblorosas. Un ojo de pez redondo y abierto de par en par los miró a los dos un momento como si estuviese insinuando a Maya y a Mati que todos nosotros, todos los seres vivos de este planeta, personas y animales, aves, reptiles y peces, somos en realidad muy parecidos, a pesar de las muchas diferencias que hay entre nosotros: casi todos tenemos ojos para ver formas, movimientos y colores, y casi todos oímos sonidos y ecos, o al menos sentimos los cambios de luz y oscuridad a través de nuestra piel. Y todos percibimos y clasificamos sin cesar olores, sabores y sensaciones. 

Y no sólo eso: todos nosotros sin excepción nos asustamos en algún momento, e incluso nos embarga el pánico, y a veces todos estamos cansados, o hambrientos, y hay cosas que a todos y cada uno de nosotros nos atraen y cosas que nos repelen y nos provocan inquietud y repugnancia. Además, todos nosotros sin excepción somos muy vulnerables. Y todos, personas, reptiles, insectos y peces, dormimos, nos despertamos y volvemos a dormirnos y a despertarnos, todos nos esforzamos por estar a gusto, ni con mucho calor ni con mucho frío, todos sin excepción intentamos casi siempre cuidarnos y protegernos de todo aquello que corta, muerde o pica. Para todos nosotros es muy fácil aplastar. Y todos, pájaros y gusanos, gatos, niños y lobos, intentamos estar lo más precavidos posible ante el dolor y el peligro, y a pesar de todo nos arriesgamos muchas veces al salir una y otra vez a buscar comida, diversión y también aventuras, sensaciones, poder y placer.


- Hasta el punto -dijo Maya después de pensar un rato sobre eso-, hasta el punto de que puede decirse que todos sin excepción estamos en el mismo barco: no sólo todos los niños, no sólo todo el pueblo, no sólo todos los seres humanos, sino también todos los seres vivos. Todos nosotros. Y aún no estoy segura de cuál es la respuesta correcta a la pregunta ¿las plantas son también parientes lejanos nuestros?

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