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domingo, 27 de diciembre de 2020

Amina Saïd (Túnez 1953)

 








Siempre en el poema 


Yo escucharé el silencio 

antes que la palabra, 

abrevaré en su propia boca, 

entonces nacen las cosas,

 las palabras el mundo. 


Digo: siempre en el poema 

escucharé el silencio antes que las palabras


 y tú respondes: si existe un dios

 es allí donde habita. 


Yo descubro la exacta vertiente

 de la sombra y de la luz,

 donde termina, donde comienza,

  y el silencio palpita como el mar

 en su vientre de sal,

 palpita como el ala de un pájaro 

domesticando lentamente el cielo,

 como el viento la tierra la vida 

y si existe un dios

 es allí donde habita 


Traducción de Rafael Patiño

Dadie Bernard (Assini, Costa de Marfil 1916, Abiyán ,Costa de Marfil 2019)

 


Te agradezco, Señor 


Te agradezco, Señor, que me hayas creado Negro, 

que hayas hecho de mí

 la suma de todos los dolores,

 y puesto sobre mi cabeza el Mundo.


 Visto la librea del Centauro 

y llevo el Mundo desde la primera aurora.

 El blanco es un color de circunstancias,

 el negro, el color de todos los días,

 y llevo el Mundo desde el primer crepúsculo


 Estoy contento

 con la forma de mi cabeza 

hecha para llevar el Mundo.

 Satisfecho 

de la forma de mi nariz 

que debe aspirar todo el viento del Mundo, 

Feliz Con la forma de mis piernas. 


 Te agradezco, Señor, que me hayas creado Negro, 

que hayas hecho de mí, 

la suma de todos los dolores.


 Treinta y seis espadas han traspasado mi corazón. 

Treinta y seis braseros han quemado mi cuerpo. 

Y mi sangre sobre todos los calvarios ha enrojecido la nieve. 

Y mi sangre en todos los nacientes ha enrojecido el horizonte.


 Pero lo mismo estoy contento con llevar el Mundo,

 contento con mis brazos cortos,

 con mis brazos largos 

con el espesor de mis labios.


 Te agradezco, Señor, que me hayas creado Negro, 

blanco es un color de circunstancias, 

el negro, el color de todos los días,

 y yo llevo el Mundo desde el alba de los tiempos. 


Y mi risa sobre el Mundo, en la noche, crea el Día. 

Te agradezco, Señor, que me hayas creado Negro.