sábado, 14 de enero de 2023

Mariana Finochietto (General Belgrano, provincia de Buenos Aires, 1971)

 



Algunos hombres

llevan

tan honda en los huesos la tristeza

que no se sabe

si alguna vez

les ha correspondido la felicidad

o están hechos

para la pena.

Conocí

a un hombre que llevaba

entre las manos

aguas tristes.

Ríos mansos

caían de sus dedos,

inundaban

la tierra.

Sobre el agua

su paso

se extendía

como el de un pequeño rey

de una patria salvaje

que ha perdido

su reino

para siempre.




 

Observo


mi cuerpo,


la sombra de mi cuerpo extendida en la tierra,


esa porción de mundo


que no es mía y me apropio


tapando el sol.

 


Mi oscuridad es otra;


lo que espera en la calma del viento,


inasible


como el polvo suspendido en el aire.

 


Lo que hace hermosa la carne,


me digo,


es la fragilidad.


Mi cuerpo,


que aún huele a fruto devorado en la tarde,


aprende a ser leve y fugaz.

 

 

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