XVIII
Lamento haber dejado pasar un río ancho entre mis
dedos
sin beber ni una gota.
Ahora me hundo en la piedra.
Un pequeño pino en la tierra roja,
no tengo otra compañía.
Lo que amé desapareció junto con las casas
que eran nuevas el verano pasado
y que se desplomaron con el viento del otoño.
sin beber ni una gota.
Ahora me hundo en la piedra.
Un pequeño pino en la tierra roja,
no tengo otra compañía.
Lo que amé desapareció junto con las casas
que eran nuevas el verano pasado
y que se desplomaron con el viento del otoño.
Y si el viento sopla no nos refresca
y la sombra permanece angosta bajo los cipreses
y alrededor sólo cuestas de montaña
y la sombra permanece angosta bajo los cipreses
y alrededor sólo cuestas de montaña
Nos pesan
loa amigos que no saben ya cómo morir.
traduccion de Horacio Castillo
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