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sábado, 6 de agosto de 2016

Alfred Edward Housman(1859 Worcestershire, 1936 Cambridge )




 

Las leyes de Dios y las leyes humanas


Las leyes de Dios y las leyes humanas
Que las respete quien quiera y pueda;
Yo, no: que Dios y el hombre establezcan
Leyes para ellos y no para mí;
Y si mis acciones no son como las de ellos,
Que se preocupen de sus propios asuntos.
A sus actos los juzgo y repruebo con fuerza,
¿Cuándo les he dictado, por mi parte, leyes?
Daos el gusto, les digo, y ellos
Sólo tienen que mirar para el otro lado.
Pero no, no es eso lo que quieren; también deben
Someter al vecino a su voluntad
Y hacerme bailar según lo desean,
En la cárcel, el patíbulo y el fuego del infierno.
¿Y cómo voy a enfrentar los azares
Del hombre y de Dios, poseídos por el demonio?
Yo, un extraño y amedrentado
En un mundo que no hice jamás.
Ellos serán los amos, con razón o sin ella;
Aunque necios los dos, los dos son fuertes.
Y como, alma mía, no podemos volar
A Saturno ni a Mercurio,
Debemos cumplir, siempre que podamos,
Estas leyes extrañas de Dios y el hombre.


The laws of Gold, the laws of man

The laws of Gold, the laws of man,
 He may keep that will and can;
 Not I: let God and man decree
 Laws for themselves and not for me;
 And if my ways are not as theirs
 Let them mind their own affairs.
 Their deeds I judge and much condemn,
 Yet when did I make laws for them?
 Please yourselves, say I, and they
 Need only look the other way.
 But no, they will not;
 they must still
 Wrest their neighbour to their will,
  And make me dance as they desire
 With jail and gallows and hell-fire.
 And how am I to face the odds
 Of man's bedevilment and God's?
 I, a stranger and afraid / In a world I never made.
 They will be master, right or wrong;
 Though both are foolish, both are strong.
 And since, my soul, we cannot fly
To Saturn nor to Mercury,
 Keep we must, if we can,
 These foreign laws of God and man.


Epitafio para un ejercito de mercenarios

El día que el cielo se estaba cayendo,
Cuando los cimientos de la tierra huían,
Ellos, siguiendo su vocación mercenaria,
Tomaron sus pagas y ahora están muertos.
Sus hombres mantuvieron suspendido el cielo;
Se sostuvieron, y los cimientos de la tierra quedaron;
Lo que Dios abandonó, ellos lo defendieron
Y salvaron la suma de las cosas por dinero.

Epitaph on an Army of Mercenaries

These, in the day when heaven was falling,
The hour when earth's foundations fled,
Followed their mercenary calling,
And took their wages, and are dead.
 Their shoulders held the sky suspended;
They stood, and earth's foundations stay;
What God abandoned, these defended,
And saved the sum of things for pay. 



Traducción de E.L. Revol