Él está tranquilo
Él está tranquilo, yo también
Él sorbe un té con limón
Yo bebo un café,
es lo único que nos distingue.
Él lleva, como yo, una camisa amplia a rayas
yo hojeo, como él, los periódicos de la tarde.
Él no me ve cuando miro de reojo,
yo no le veo cuando mira de reojo,
él está tranquilo, yo también.
Pregunta algo al camarero,
pregunto algo al camarero…
Una gata negra pasa entre nosotros,
acaricio su noche
acaricia su noche…
Yo no le digo: está despejado,
el cielo está muy azul.
Él no me dice: está despejado.
Él es el observado y el observador
yo soy el observado y el observador.
Muevo la pierna izquierda
mueve la pierna derecha.
Tarareo una canción,
tararea una canción parecida.
Pienso: ¿es el espejo en el que me veo?
Luego le miro a los ojos,
pero no le veo…
Abandono el café de prisa.
Pienso: quizá sea un asesino, o quizá
uno que habrá pensado que yo soy un asesino.
Él tiene miedo, ¡y yo también!
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