miércoles, 8 de diciembre de 2021

Rei Berroa ( (Dominicana, 1949)

 


Oiconologia

Tratar de hablar siempre menos.

Querer decir más cada vez.

Colocar los trofeos en el fuego

y asegurarse de que nadie los rescate

para ponerlos de nuevo en la vitrina

con su nula e impertinente vaciedad.

Guardar menos objetos, menos sombras,

pero alumbrar el día todo el día

y limpiar la oreja un poco más.

Dejar ya de rezar en alta voz

en nombre del Altísimo

y ordenar lápices, papeles, obsesiones en el nido,

de forma que reflejen su interior cacofonía

con el hoy, su aquí, nuestro mañana por hacer.

Ingerir cada vez menos,

digerir cada día más.

No poner tanto énfasis en los ayeres, lo vivido

y subrayar lo que se pueda resolver

hablando del enigma del minuto

en este constante matar o morir

con que agredimos a las horas cada ahora.

Dormir cada vez menos,

soñar cada día más.

Buscar cuanta se pueda soledad

y al entrar la noche, apagar

las luces del balcón para poder

alcanzar el astro con el ojo.

Envejece en la bodega el vino

para hacerse de crianza o de reserva;

que vino mal envejecido es vinagrio

que al paladar golpea e incomoda.

Ni levantado ni caído,

a ningún ángel rendirle culto, pero ser

indivisiblemente hombre en esta

misteriosa y angustiada humanidad.

Ignorar la razón de los achaques de la vida

y vivir sin pensar para nada

en el alivio de la muerte.

Tratar de hablar cada vez menos,

esperar pacientemente mi turno

para poder decir, quizás, cada día un poco más.

 

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