Despierto frío
de un sueño pantanoso
el barro me chupa
reptiles hambrientos
mandan lenguetazos
le pido al cielo
que envíe ángeles
pero surge la tempestad
y el fango se hincha...
inedito
Toda mía tu naturaleza
como un mono perezoso
en su rama favorita
no te pido que seas mi árbol
solo que cada fruto tuyo
caiga en mi boca
y que sus hojas siempre guarden el rocio
Cabello solar
me haces dormir
bañado de luz
meciéndome
en la superficie de un oceano
Durmiendo de día
al abrir los ojos
los sueños se pierden
como una descarga eléctrica
y el humo que sale de mis pestañas
se desvanece con los fantasmas en la luz
duermo de día
espero la noche
mi cama se niega a soltarme
con sus frazadas me atrapa
tomando la forma de mi cuerpo
despertar solo
es como perderse en un desierto
el agua que crees ver
no es más que la misma arena
que te raspa la garganta
pero al lado de tu cuerpo
la naturaleza es aun más salvaje
y tengo ganas
de que cada respiración
sea como un tornado
que vuelve a enredarme los cabellos
La resignación
como miembro vitalicio
de la clase laboral
me resigno a estar en el mostrador
saludando cordialmente a los parroquianos
pero les confieso:
me gustaría ser el hijo de Al Capone
vivir de su patrimonio
apadrinando fiestas indecorosas
dándole de beber
a cualquier sediento
cansado de su condición
Aneurisma
Ellos ya me creen dormido
hablan de sondear la arteria
abriéndome la espalda a pinchazos
y el mar golpeándome el pecho
en este quirófano invernal
adormecida carne
servida en la camilla
donde la hoja del bisturí
mortaja con su ciencia
y más allá de toda esta anestesia
sé que volveré a ver mi horizonte
de pie ante el suelo que me enseño a caminar
abatidos los parpados
descienden como cascadas
de una blanca luz artificial
en áridas montañas
grises por un cielo seco
mientras un viento me tira de los pelos
abrazo una gigante piedra
y le pido que me lleve
a un pacífico océano
donde pueda sumergirme
y luego volver a la superficie
al despertar
cobijado por las frazadas
la ventana trasluce la noche
con un sosiego celeste
y siento el céfiro labial
de un beso húmedo
Regocijado en la pereza
no pretendo alterar algo
ni dejar descendencia
pero quiero seguir mirando
rascarme la barriga
mientras el sol
atraviesa mis ventanas
el viento hace flamear las cortinas
también mis hojas
y las vibraciones de los parlantes
marcándome el ritmo cardiaco
haciendo nada
mientras todo está encendido
mudo el televisor
transmitiendo la hecatombe
navego en el computador
sobre una silla giratoria
deseando un aire acondicionado
De : Céfiro Labial (Huesos de Jibia 2011)
Bio
Nací en Lima –Perú el 6 de febrero de 1983
Resido en la Argentina hace 10 años.
Llegué a este país en un bus naranja oxidado.
En los tres largos días de viaje no paramos de beber chicha
ni de entonar canciones del Zambo Cavero.
El chofer también bebía y los caminos se hacían abismales
las ruedas patinaban sobre el barro pantanoso de las rutas sin asfalto.
Y yo pensaba en ella, en ese aroma del mar pacifico
También recordaba con odio a esa vieja cristiana de su madre
que le decía que yo era un hereje bueno para nada.
Y en el milico de su viejo que me miraba con desconfianza
por saber andar con los cholos cantando huaynos.
En ese bus todos huían de algo, sus rostros lo decían
yo también, pero no determinaba cual de las dos razones
era la causante de mi partida.
Hasta que llegué a Retiro y me recibió mi padre, en su casa nos esperaba el asado y el vino.
Nos sentamos a la mesa y él masticando un trozo de carne
me dijo que en este lugar había que hacer patria con las fuerza de nuestros brazos
mientras lo escuchaba
pensaba que debía haberme quedado con mi madre
allá en las aguas del pacifico.
Hasta que la noche se hizo presente y buenos aires me atrapo.
Me vi envuelto en una tribu de desacatados que trafican gestos de amor en lo cotidiano.
Este lugar es parte de mí, como lo es el cajón vibrante de los negros de chincha.
Como la mazamorra morada y el suspiro de una Lima
que no dejo de recordar.
inedito tomado del blog " El muchacho de los helados"
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