domingo, 2 de febrero de 2020

Hugo Pinter ( Esperanza , Santa Fe, 1946)


Al volver


Busque mis manos grandes
y  entre la carne vi guardada
una ternura casi vieja, subí al aire y espere la voz
baje al camino y espere los pasos
corte una rosa y la tire al agua
para que perfume mi vino,
entonces tuve miedo
y junte las cenizas de la tarde
recordando que hace mucho, mucho tiempo
estuve ciego.


Renacer en un instante


Tus ojos gritaron verdades
que yo no recordaba
al tiempo que tu mano
calló la angustia
y no fue posible apartarla.

El vino se volvió amigo
cuando las agujas
cambiaron de sentido,
Entonces la frontera de los infinito
se disolvió en tu pelo,
entre las paredes blancas
recuperaste mi capacidad
por la aventura

Mienten los arquitectos

Mienten los arquitectos
(esconden sus razones)
la felicidad
de quien construye una casa
consiste en colocar la última ventana
ya que solo él
tiene la enorme posibilidad
de dejarla eternamente abierta.



Al infinito

Para levantar la palabra tan gastada
necesito verte el rostro
juntar las manos sobre tu cabello
oír la música suavemente
hablar , es subir
sentirte andar el  tiempo
sobre las agujas heladas
cuando crepita el silencio
rojo, rojo de tu sangre
y nos hundimos al fin
en el torbellino vertical
de mil relojes de arena.

Del libro Los signos y los días
Editorial ediciones Ciudad del Barco 1977

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