Un instante 
Un instante cayó como una estrella. 
Lo atrapé entre los dientes 
y cuando se partió su pepita 
me salpicó con un llanto majestuoso. 
Cada gota refleja en sí 
una intención distinta, un sueño diferente: 
he aquí un sendero alado, de mil manos; 
he aquí un puente para descifrar el sueño. 
Y he aquí a mi abuelo, con una serpiente en su cabecera, 
y he aquí a mi pequeño, destrozado contra una piedra. 
También encontré una gota libre 
y yo mismo me encerré en ella. 
Cada hora , cada dia 
Cada hora, cada día, 
ya no es más una hora, 
ya no es más un día; 
es un altar alzado en tu interior 
donde todo es devorado, 
lo que sientes, lo que ves; 
y todavía cantas 
mientras te devoras a ti mismo. 
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Escritos en Ghetto de Vilna 1943 publicadi en “Poesía”, Pardés, Buenos Aires, 1983. Trad. del yíddish, Eliahu Toker.
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