Recuerdo ahora cierta extraña aventura que leí en un manuscrito de la biblioteca del señor obispo de Sáez. Era, me parece verlo todavía, una colección infolio, en hermosa letra del siglo pasado. He aquí el suceso al que aludo: “Un caballero normando y su esposa tomaron parte en una fiesta pública, disfrazados él de sátiro y ella de ninfa. Sábese por Ovidio con cuánto ardor eran poseídas las ninfas por los sátiros; y aquel caballero, lector de las Metamorfosis, de tal modo se amoldó a su disfraz que a los nueve meses dio a luz su esposa un hijo con dos cuernos al frente y los pies de macho cabrío. Sólo se sabe del caballero, que, por una fatalidad común a toda criatura, murió al llegarle su hora, y dejó además de su pequeño cabrípedo otro hijo menor, cristiano y de forma humana, el cual solicitó de la justicia que el mayor fuera desposeído de la herencia paterna por no pertenecer a la especie redimida por la sangre de Jesucristo. El Parlamento de Normandía, residente en Rouen, accedió a la petición solicitada. Pregunté a mi excelente maestro si era creíble que un disfraz pudiera tener tal efecto sobre la naturaleza, y que el engendro de un hijo fuese consecuencia de un disfraz. El abate Coignard me indujo a no creerlo.
Jacobo Dalevuelta, hijo mío —me dijo—: tened presente que una inteligencia cultivada siempre ha de rechazar cuanto es contrario a la razón, excepto en asuntos de fe, que deben admitirse ciegamente”.Contribuciones del autor
Libros y poemas del autor
domingo, 26 de junio de 2022
jueves, 23 de junio de 2022
Zbigniew Herbert ( 1924 , Lviv , Ucrania, 1998 Varsovia)
La
piedra
La piedra es la criatura
perfecta
igual a sí misma
vigilante de sus fronteras
exactamente repleta
de pétreo sentido
con un aroma que a nada recuerda
a nadie espanta no despierta codicia
su ardor y frío
son justos y están llenos de dignidad
siento su duro reproche
cuando la apreso en mi mano
y su noble cuerpo
absorbe el falso calor
-Las piedras no se dejan domesticar
hasta el final nos mirarán
con su mirada tranquila clarísima
1961
De "Informe sobre la ciudad sitiada".
Traducción de Xaverio Ballester
miércoles, 22 de junio de 2022
-Valeria Pariso (Muñiz, Provincia de Buenos Aires, 1970).
Como si estuvieras
con los pies descalzos sobre el borde
de cara al precipicio
y el viento te moviera los tobillos.
Estás vos ante el polvo,
vos ante lo hermoso del abismo
con el grito pegado a la garganta,
tu grito que subió
desde tus pies descalzos,
tus pies descalzos de punta al precipicio
y con el viento que sigue dando vueltas
metido en tu cabeza.
A esta altura el viento está metido
en tu cabeza, en tu coraje, en tus tobillos
y el grito crece ahí
llenando tu garganta.
El grito ahí.
Ahí.
El grito entero ahí
cerrado en la garganta.
Un alarido atado y luminoso
hace una cruz adentro de tu boca.
Vas a soltarlo cuando te das cuenta
de que entre tus brazos
hay un bebé
que duerme.
Y no gritás.
No gritás, dios mío, no gritás.
Eso es un nudo.