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domingo, 7 de mayo de 2017

Leizer Wolf (1910 Vilna , 1943 Uzbekistan )










 Una nave llegó...

Una nave llegó al puerto
con un niño enfermo.
Yo lo miré:
el niño no es mío,
pero ¿cómo dejarlo ir
con dientes famélicos
a alimentarse de viento?
Lo hice mi hijo.
Yo adoro un hijo.
Hasta tomaría a Dios de hijo.



 


Pensamientos de oro

Quien esta en el medio
no ha sufrido,
y quien tiene los niños
tiene las fuentes.
No hagan caso a los señores en los salones
y créele solo a uno de cada tres hombres.

Quien tiene la juventud
tiene la fuerza,
pero no malgastes tiempo en sueños huecos.
Que importa la felicidad
en sitios lejanos
fantaseada por mentes débiles.

Dios es la naturaleza y sus bienes,
no es un ser humano de gratitud y truenos.
No sueñes con la felicidad;
solo preocúpate por hacer:
la espiga no va en busca del cosechero.

Toma una mujer
más que bella, buena;
más que fea, inteligente;
más que culta, delicada.
No cierres los ojos ante el mal.
No te adornes con joyas de hipocresía.

La religión no es una cuchilla
cuando sabes que el hombre la ha creado.
Pensamientos pecaminosos tienen todos.
Solo los niños tienen ojos claros.
Cuando llegas cansado a la vejez
no creas que el premio es la muerte.
La muerte esta tan lejos de la felicidad serena
como la sala de la coronación, de los asfixiantes pasillos carcelarios.

Busca la vida en la primavera,
en el embeleso,
en el barullo de los niños
durante la lluvia.
La muerte es aquel perpetuo exilio
donde el tiempo cesa de moverse. 

Del "El resplandor de la palabra judia"

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