Contribuciones del autor

Libros y poemas del autor

sábado, 4 de febrero de 2017

Raymond Carver (Oregón, Estados Unidos 1938 , Port Angeles, Washington 1988)





La lapicera
 
La lapicera que no faltaba a la verdad,
por todas sus preocupaciones
terminó dentro del lavarropas.
Salió una hora más tarde y la tiraron
al secarropas junto con un par de ‘jeans’ viejos
y una camisa a cuadros.
Los días pasaron y ella permaneció
recostada tranquilamente sobre el escritorio
 que estaba frente a la ventana.
Ella pensaba que estaba totalmente agotada.
Sin convicciones. Sin voluntad.
Una mañana, poco antes del amanecer,
recuperó antiguas fuerzas
y escribió:
‘‘Los campos húmedos duermen
bañados por la luz de la luna’’.
Después de este esfuerzo
se quedó muy quieta,
nuevamente vacía, su utilidad
terminada.

Él la sacudió,
la golpeó sobre la tapa del escritorio.
 La dejó a un lado.
Abandonó las pretensiones de hacerla trabajar
o casi todas.
Sin embargo
ella realizó un nuevo esfuerzo,
apeló a sus últimas reservas.
 Esto es lo que escribió:
‘‘Un viento suave, y más allá del ventanal
los árboles flotan en el dorado aire de la mañana’’.

Él trató de hacerla escribir algo más,
 pero eso fue todo. La lapicera
dejó de escribir, definitivamente.
Él la puso con otras cosas inservibles
en el incinerador.
El tiempo transcurrió, días o meses,
y fue otra lapicera
una que todavía no había demostrado nada
la que con facilidad escribió:
‘‘La oscuridad se posa en las ramas.
Quedate muy quieto, no salgas de la casa,
                                                                   quedate muy quieto...’’

traducido por Esteban Moore



The Pen
The pen that told the truth
went into the washing machine
for its trouble. Came out

 an hour later, and was tossed

in the dryer with jeans
and a western shirt. Days passed
while it lay quietly on the desk
under the window. Lay there
thinking it was finished and
without a single conviction
to its name. It didn’t have
the will to go on, even if it’d wanted.
But one morning, an hour or so
before sunrise, it came to life
and wrote:
“The damp fields asleep in moonlight.”
Then it was still again.
Its usefulness in this life
clearly at an end.

He shook it and whacked it
on the desk. Then gave up
on it, or nearly.
Once more though, with the greatest
effort, it summoned its last
reserves. This is what it wrote:
“A light wind, and beyond the window
trees swimming in the golden morning air.”


He tried to write some more
 but that was all. The pen

quit working forever.
By and by it was put
into the stove along with
other junk. And much later
it was another pen,
an undistinguished pen
that hadn’t proved itself
yet, that facilely wrote:
“Darkness gathers in the branches.
Stay inside. Keep still.”

Al menos

Quiero levantarme temprano una mañana más
antes del amanecer. Antes que los pájaros, incluso.
Quiero mojar mi rostro con agua fría
y estar en mi mesa de trabajo
cuando aclara y el humo
comienza a salir des las chimeneas
de las otras casas.
Quiero ver el romper de las olas
en esta playa rocosa, y no sólo escucharlas
romper como lo hiciera toda la noche en mis sueños.
Quiero ver nuevamente los barcos
que vienen a atravesar el estrecho
desde cada país marino del mundo–
viejos y sucios cargueros que apenas lo recorren,
y los rápidos y nuevos buques de carga
pintados de todos colores bajo el sol
que cortan el agua a su paso.
Quiero seguirlos con la mirada.
También al pequeño bote que navega
entre los barcos
y a la estación de pilotos cerca del faro.
Quiero verlos bajar a un hombre del barco
y poner otro abordo.
Quiero pasar el día mirando lo que sucede
y llegar a mis propias conclusiones.
Odio parecer mezquino– tengo tanto
ya de que estar agradecido.
Pero quiero levantarme temprano una mañana más, al menos.
E ir a mi sitio con un café y esperar.
Sólo esperar, y ver qué irá a suceder.

 Traducción de Antonio Rioseco

_
_
At least
I want to get up early one more morning
before sunrise. Before the birds, even
I want to throw cold water on my face
and be at my work table
when the sky lightens and smoke
begins to rise from the chimneys
of the other houses.
I want to see the waves break
on this rocky beach, no just hear them
break as I did all night in my sleep.
I want to see again the ships
that pass through the Strait from every
seafaring country in the world–
old, dirty freighters just barely moving along,
and the swift new cargo vessels
painted every color under the sun
that cut the water as they pass.
I want to keep an eye out for them.
And for the little boat that plies
the water between the ships
and the pilot station near the lighthouse.
I want to see them take a man off the ship
and put another up on board.
I want to spend the day watching this happen
and reach my own conclusions.
I hate to seem greedy– I have so much
to be thankful for already.
But I want to get up early one more morning, at least.
And go to my place with some coffee and wait.
Just wait, to see what’s going to happen.

From Where water comes together with other water (1985)
_

No hay comentarios:

Publicar un comentario