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Libros y poemas del autor

domingo, 21 de agosto de 2016

Stephen Spender (Londres, 1909-1995)





A mi hija

Luminosa,  mi hija rodea mi dedo
con toda su mano mientras caminamos juntos
siempre sentiré ese anillo invisible, brillando
alrededor de ese hueso , aun cuando vaya creciendo
lejos del ahora como el lejos que ya se avizora en  sus ojos.



To my daughter 

Bright clasp of her whole hand around my finger
My daughter, as we walk together now.
All my life I’ll feel a ring invisibly
Circle this bone with shining: when she is grown
far from today as her eyes are far already.

El dios de la guerra


¿Porqué no puede la buena
Benevolente, posible
Paloma finalmente descender?

¿Y ser el trigo compartido?
¿Y los soldados enviados a casa?
¿Y derribar las barreras?
¿Y perdonar a los enemigos?
¿Y dejar atrás las ofensas?

Porque el conquistador
Es victima de su propio poder
Y su voluntad está forjada
En el miedo de otros miedos:
Recordando el ayer
Cuando los que ahora vence
Destruyeron a su padre-heroe
Y arrullaron su cuna
Con angustiosas fábulas.

Hoy su sol de victoria
Esconde la ansiedad de la noche
Para que los niños de la matanza
Pongan a prueba los dientes de dragón sembrados
En el ocaso del sol
Para levantarse mañana
En un cielo y un mar ensangrentados
Y vengar a sus padres de nuevo.

Aquellos que se rinden
En el desamparado campo
Pueden soñar con razones piadosas
De perdón, pero ellos saben lo que hicieron
En el alto sol de su estación.

Porque el mundo es el mundo
Y no la gran matanza
Que no absuelve al asesino
Ni escribe historias
Con finales de amor.

Porque  bajo las olas
Y la fricción de las cadenas de la desesperación
La necesidad de amor no cesa



The War God

Why cannot the one good
Benevolent feasible
Final dove, descend?

And the wheat be divide?
And the soldiers sent home?
And the barriers torn down?
And the enemies forgiven?
And there be no retribution?

Because the conqueror
Is victim of his own power
That hammers his heart
From fear of former fear--
When those he now vanquishes
Destroyed his hero-father
And surrounded his cradle
With fabled anguishes.

Today his day of victory
Weeps scalding lead anxiety
Lest children of these slain
Prove dragon teeth (sown
Now their sun goes down)
To rise up one morning
Stain the sky with blood
And avenge their fathers again.

The defeated, filled with lead,
On the helpless field,
May dream the pious reasons
Of mercy, but alas
They know what they did
In their own high seasons.

The world is the world
And not the slain
Nor the slayer, forgive.
There's no heaven above
To make passionate histories
End with endless love.
Yet under wild seas
Of chafing despairs
Love's need does not cease.


Tomado del blog www.lamajadesnuda.com traductor desconocido

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