Diálogo con el primer niño del
mundo
El día primaveral
movía las ramas, un niño las miraba
–el mundo recién
se había inventado–
y me preguntó:
¿crees que lo que se mueve son las ramas o el viento ?
Me detuve a pensar
la respuesta
cuando llegó a mi
mente luego de atravesar mis ojos
me di cuenta de que lo que se movía no era el
viento
ni las ramas
sino su corazón.
Codicia
No tuve en esa
época, otra salida a la crisis
que vender mis
textos a Codicia
él traía su
balanza y los depositaba en uno de los platillos
en el otro, las
monedas
la relación era muy mala para mí
y muy ventajosa para él
entonces comencé a escribirlos más largos
pero aun así era
insuficiente
Un día la casa de Codicia se incendió
y mis poemas junto
con ella
Codicia corrió a
salvar su bien más preciado
abrazado a la balanza, tropezó al intentar
salir
y quedó encerrado con ella.
El
pintor de sueños
Mientras intentaba
pescar en el río
observé a un tipo que instalaba su caballete
miraba el paisaje y pintaba
caminé silenciosamente y pude observar el
cuadro
no se correspondía
en absoluto
con la realidad frente a sus ojos
pinto sueños, me dijo
Asé el pescado y
lo comimos juntos
cuando me dormí, el tipo se metió en el cuadro
Por la mañana, mis ojos no vieron el río
ni el caballete
el paisaje tampoco
era el mismo
comí el resto de pescado y partí.
Los perros del
mal
a los que escapan de
los perros de Lutero
Desde
aquella mañana, en que escuché al pastor de mi credo
subido
a los hombros de mi tío Artemio
quien
solo concurría por la comida y bebida
servida
después de la misa, no pude olvidar jamás
la
cita a los perros que poseía Lutero.
“Tengo
tres perros peligrosos:
la
ingratitud, la soberbia y la envidia
cuando
muerden dejan una herida profunda”.
Los perros de
Lutero se soltaron, se atacaron entre sí
transformados
en monstruos mordieron a mi tío
a
algunos otros que no pudieron huir
y
todos terminaron convertidos en lobos con piel de cordero.
Cinco
décadas después sigo escapando y me escondo
antes
que uno de ellos me de alcance.
Poesía en el lado oscuro de la
luna
Cuando llegué a
la luna, abrí mi valija y saqué las pocas cosas
que necesitaba para pasar esos días
creyendo que podían convertirse
en una buena
oportunidad para hacer cosas postergadas:
el libro de
Chéjov sin terminar
el álbum de fotos que no miraba hace tiempo
el avioncito para armar que mi padre me había traído
de uno de sus
viajes y yo dejé sin tocar desde mi niñez, el cubo de Rubik
para intentar resolverlo y un cuaderno para escribir
poesía.
Ahora que volví a la tierra veo a todos estos objetos
junto a mí, en
el banco de siempre en la plaza
el libro de Chéjov, el álbum de fotos, el avioncito
armado
y el cubo de Rubik sin resolver.
Estaban todos,
salvo el cuaderno que olvidé
en su única página escrita hay un poema
que ahora gravita sobre un cráter
en el lado
oscuro de la luna.
Fotos viejas en el mercado de
pulgas
a mi padre Luis
Mientras reviso la
caja con fotos viejas
en el mercado de pulgas
haciendo tiempo, perdiendo el tiempo
asoma desde el fondo una foto
que recuerdo haber visto hace muchos años
mis padres de la mano, en un lugar que no
reconozco
jóvenes y sonrientes y muy lejanos en mi mente
no en mi corazón.
Decido comprarla y consulto el precio
la señora que atiende tiene un parecido a mi
madre
el tipo que asoma desde atrás un aire a mi
padre
pero la foto no
está en venta
es una caja de fotos familiares
que alguien mezcló
por error.
El falso genio
Sale de la vieja
lámpara y dice concederme tres deseos
miro hacia todos
lados para que no piensen que estoy loco
y terminar
nuevamente en el psiquiátrico
o declarando en la
comisaría de madrugada.
Pero el tipo era
un simple estafador.
Cuando vuelvo a mi
cuarto
no encuentro a mis padres
ni retorné a mi
infancia
y tampoco esta
noche logré escribir el poema perfecto.
La cajita de música
Tirada entre cosas
sin uso, en una bolsa arrojada por azar
en un tacho de basura de la plaza
encuentro una vieja cajita musical.
La tomo, le doy cuerda con la pequeña llave
que cuelga de ella
debo haberme
excedido o tal vez haya roto algo.
Sale la bailarina
de su interior
pero su cuerpo no
es porcelana sino humano
pequeña como las
hadas de los cuentos
me agradece haberle puesto fin al sufrimiento
y encierro de
tantos años.
Del libro : " Medianoche en la plaza de los sueños" Editorial Leviatán 2021
IX
Pusimos pedazos
de carne y verduras
en una olla de latón
Zun me dice
que cuando alcancemos el Nirvana
se apagarán los fuegos
de la codicia
y el odio
hasta alcanzar la iluminación
comemos en silencio
el exquisito guiso del mago
que me pide que retire esos restos de rencor
que hay
en mi plato.
XVII
Un minúsculo trozo
de paisaje
llama mi atención
me acerco a la pintura
montañas
bosques
arroyos
rocas
hombres
flores
eternamente inmóviles
me dicen que entre en el
cuando las cosas se ponen difíciles
vengo hasta el museo
y entro al cuadro
elijo ser una piedra
cercana al río.
Una historia sencilla
Atendí la puerta, era Cristo pidiendo algo
le dije que entrara
a mí no me gustaría estar solo hoy
estaba muy callado, más que otras veces
luego, supongo que el vino lo animó
y cuando ya era tarde
dijo algo acerca de los pobres
los que abren
la puerta
algo que recuerdo muy confuso de una aguja
un ojo un camello y un reino.
Yo había bebido demasiado
lo saludé y me fui a dormir.
El
alma de los perdedores
Me pregunto de qué está hecha el alma
de los
perdedores, la más bella de las almas
tengo preguntas
extrañas últimamente
esas que supongo hacen los desesperados
ahora voy en
busca de las respuestas
que habitan en
el fondo de los sueños abandonados
los míos y los tuyos
pero no me
importan los misterios milenarios
ni las
naturalezas muertas ni los dados que arroja Dios
no me interesan
las mentiras
me interesás
vos y de qué estás hecho
he cerrado los ojos mucho tiempo
para ver mejor,
para entender muy tarde
que hay preguntas que no tienen respuesta.
La fuente de los deseos
La tarde que
inauguraron la fuente en mi barrio
observaba de lejos
a las personas
que una a una arrojaba sus monedas
mientras cerraban
los ojos, en una extraña ceremonia
donde cada una de
ellas equivalía a la concreción de un deseo
sin importar la magnitud del mismo
los rostros hacían
difícil entender sus deseos
pero mi amigo
Pedro, el ciego-vidente
me dictaba los de
cada uno de mis vecinos
y así fui dándome
cuenta que casi todos anhelaban algo parecido
todos y cada uno
de los deseos
estaban
atravesados por el sueño de la posesión
no había en
ninguno de ellos, el menor rastro
de algo que no se
pudiese comprar, atesorar o acumular
la representación
perfecta de un sistema auto-inmune
bienes y objetos
saturaban el campo del deseo
no figuraban
sueños de amor ni de revoluciones
nadie anhelaba recuperar el tiempo perdido
de una manera u
otra, el dinero aparecía en todos los deseos
a veces de manera
directa y otras no tanto
pero allí estaba su presencia, intacta y
permanente
y absolutamente
despreciable para un tipo como yo
que piensa en el
dinero como causa de todos los males
me harté de todo esto, el plan surgió
espontáneamente
decidido a irme
del barrio
robé todo el
dinero que contenía y la dinamité.
Todos poemas de Margot , la prostituta que leyó a Bakunin
del libro
Ceguera
debía empujar a Harry, el ciego,
y cumplir de una vez y para siempre
con su pedido.
Él estaba harto de la indiferencia del mundo
de la burla de la gente
de vivir como un mendigo.
Lo abracé, le dije que entendía perfectamente;
lo miré a los ojos
le puse este poema en el bolsillo
y me arrojé.
Mi madre estaba allí,en la noche interminable
en la mas fría y azul de todas
y yo, no sé por qué le toqué la frente helada
y sentí que somos una piedra, disfrazada unos años
entonces le hablé como nunca lo había hecho
y le conté de ese río de lava roja
que aparece en mis sueños
y de esa tarde flotando en el mar con ella
cuando descubrí sus ojos llenos de olvido
en los que vi un barco ardiendo
y mi cuerpo de niño flotando en el río, boca arriba
debajo de un cielo oscuro
creo que antes de morir algo la había aniquilado
algo que no puedo pronunciar
pero siento que me acecha como a ella
y espera pacientemente devorarme
una sospecha me hizo abrirle un párpado
y vi el barco ardiendo nuevamente
la abracé fuerte
como nunca lo había hecho
mientras el río de lava me tragaba.
/ playa
/ padres
Iván, peluquero y anarquista ruso
fue asesinado por la policía en los años 40
en un bolsillo de su pantalón encontraron tres monedas
panfletos llamando al alzamiento contra el poder de turno
y un librito acerca de cómo construir un mundo
donde nadie es amo ni esclavo
y del devenir inexorable de la felicidad a causa de esto
un pequeño peine completaba el cuadro en el otro bolsillo
el hijo del peluquero se hace policía para ganarse la vida
reprimiendo a los que alteran el orden en la vía pública
en una refriega, muere asesinado por un ladrón que le dispara a la cabeza
Rebeca, la hija del policía reabre la peluquería familiar
sin saberlo, le corta el cabello al ladrón que asesinó a su padre
y al comisario que mató a su abuelo
por las noches escribe poemas breves impregnados de amor
ignora el mundo casi por completo y es feliz
eso me dice, casi sin mirarme
al bajarme del sillón de la peluquería.
ResponderEliminarQue poemas impregnados de belleza y dolor. Una genialidad la combinación
de ambas sensaciones.
Inés Pedernera
Ciudad de Bs As
Queridisimo Andy... mis respeto, admiracion y... principalmente.... cariño
ResponderEliminarHola Andrés te he descubierto por aqui que bello lo que escribis, somos parientes ...
ResponderEliminarAndy, mi nuevo compañero y amigo, te admiro como poeta y también como gran especialista en lo tuyo, felicitaciones x este excelente arte que derramas en tinta (en este caso virtual)
ResponderEliminarNo dejes de hacerlo. Te mando un gran abrazo y muchas gracias por compartir tu arte.
Tremendos poemas. Desgarrador escritor-poeta.
ResponderEliminarTeresa, Barracas
Andy querido, tu romance con la vida cada vez mas perfumado.
ResponderEliminarAbrazo fuerte.
Fede.
ResponderEliminarMe encanta su prosa poética. Sin aditamentos, directo al corazón.
Paula, de Congreso
Hola. Soy judía, mi abuelo era un cuentenik y mi padre también lo fue, hasta que murió.
ResponderEliminarLeí las palabras y me emocioné.
Raquel
Hubiese quemado el geriátrico donde estaba mi abuela. La narración de Los ojos de Sasha, le dan la razón a este terrible escritor.
ResponderEliminarMis respetos y mi admiración absolutos.
Carlos Portela. Rosario
Los perros del mal, un poema impregnado de reflexión y humanismo.
ResponderEliminarGracias por difundir un autor ignorado por el establishment literario.
Marta
Chapeau por Codicia!
ResponderEliminarMónica,La Plata
ResponderEliminarGran poesía del pensamiento filosófico y existencial.
Federico
CABA