Revelaciones (2010) Editorial Huesos de Jibia

Con un lenguaje despojado y coloquial, Revelaciones logra también mostrar la ciudad como una miniatura mental, un panorama abierto a la intimidad del lector, con sus rutinas alienantes y sus sorpresas entrañables. Y en este punto, belleza y verdad se religan en el centro de ese ideograma relampagueante que vendría a ser el instante fugitivo, donde la mera sucesión se transforma en una duración creadora, y donde “hace mucho frío y es la última oportunidad”.


Silencio


Ocurre,
que el silencio se detiene;
como la ola a lo alto
en el instante previo a la rompiente.
Ocurre,
que imprevistamente
el paisaje se detiene.
El silencio acompaña
respetuosamente.
Los pocos espectadores
ni siquiera llegan a ponerse de pie.
Silencio y paisaje se retiran.
El público queda esperando
la próxima vez.



Abismo


Ambas
gota y río,
son fronteras
linderas al abismo.
Denuncia de unos ojos
que ven sólo el fragmento.
Aquello que es todo en sí.
Aquello que es nada



Objetos



Hay dos modos de abrazar los objetos:
Un modo seco,
lejano y ausente;
otro húmedo,
calmo y penetrante.
Si el abrazo es adecuado
decaen los múltiples futuros,
comienza un calor nunca olvidado.
Si el objeto es nuestro cuerpo
es de similar comportamiento,
se evapora la distancia
y lo que es alejado deja de serlo.
Todo gira
en una danza
interminable y serena.



Éxtasis


Con un escalofrío suave
la piel se estrella,
suaves nubes la acarician.
No es el cuerpo quien se aquieta
son los ojos que ya no quieren rutina.



Devorar



La ciudad respira.
Observo con detalle
uno a uno
cada rostro.
No serán devorados,
esta vez,
vertiginosamente.
Rastrearé
huecos y claves,
horas y días.
La ciudad es una suma de rostros
no necesita de vientos ni de tempestades.
Sólo suspiros,
una mirada atenta.
Una melodía.



Inoportuno


A mi alrededor
todos actúan del modo esperado.
La vida
ocurre ahora.
Por largas temporadas
vivir resultó inoportuno.
Fueron tiempos fatuos
esclavos sin amo
instantes ausentes.
La vida me ocurre ahora.
Camino lento y pausado,
sopesando milagros.


Secreto

Los he engañado a todos.
He mantenido un secreto que me fortalece.
Estas palabras
son sólo mías.
Los que me ven caminar
no imaginan que vuelo.
Si me ven llorar
no sospechan que río.
Seguiré engañando,
año tras año
hasta que el propio peso de las palabras
doblegue mi cuello,
y haga inútil
todo engaño.


Radar


Por fuera
es el mismo día.
O la misma noche.
Sin causa aparente
retardo mi radar.
Indagando en rostros y balcones,
disfrutando como todo
se articula merecidamente.
Me propongo
atrapar este paréntesis.
Revivir lo intenso
en mi cerebro.
Hacer la necesaria pausa
y reír como sólo ríen los cuerdos.



Invisible



Todo parece en su adecuado lugar.
Los colores no se borronean.
Es el cielo de la cabeza
el más agraciado.
Una enorme actividad
invisible
un cosquilleo tenue.
En la máscara,
una completa sonrisa
casi una locura.
Una intensa presión,
incontenible
denuncia el fin y el principio.
Es el fin del espanto
es por fin, un principio.



Desnudo


Despojado de mí,
desnudo
recorro aquella opción
de la que siempre desistí.
Lugares comunes
voces familiares
y la obviedad de los gestos
me confunden.
Rápidamente desespero.
Despojado de mí,
empobrecido
recorro aquella opción
de la que por algo desistí.
Otro pasado es posible.
El pasado es hoy
sólo perspectiva.



Rostro


Durante años
el espejo ha robado mi rostro.
No lo culpo,
sin duda
yo soy responsable.
Quizás la economía del universo
necesite esos rostros cansados,
sin destino.
Quizás eche de menos al mío.
A menudo
esquivaba el espejo.
No esperaba la dicha del reencuentro.
Cerraba mis ojos robados,
me ausentaba


Sorpresa


Hoy no ha sido un buen día.
Para mi sorpresa
ha muerto el dolor
pero ha nacido la tristeza.
Extraño ya,
el impulso de lo cotidiano.
Oprime más
la brisa que vuelve siesta el día,
ya que no encuentra resistencia.
¿Qué puede oponerse a la tristeza?



Cesa




A veces el dolor cesa.
Las poderosas razones que nos golpean
nos dejan en paz.
Es el momento más difícil
tenemos que parar.
A veces,
si el dolor cesa,
otro dolor quiere hablar.
Conviene conversar con él.
De otro modo
nos perdernos los detalles. 


Sencillo



No hay odio en el instante,
tus oídos no perciben el pasado.
Tus ojos no ven las imágenes
que tanto te atormentan.
Todo es más sencillo,
el aire fresco lo prueba. 


Azar


A veces la vida se preserva.
El azar brilla en cada esquina
sólo una mirada muy clara
quizás
descubra las claves.
Es necesario haber sentido
la falta de piso
y no decaer.
Una flor se marchita, claro,
un pétalo vuela
nadie se atreve con él.
Entre todas las vidas
hay muchas que parecen nimias.
Pero hay una elegida
es esta.



Cuadras


Ya es más allá
del futuro de mis sueños.
He caminado
por el largo balcón,
donde la suerte
muda en promesas.
Perdí el miedo al espanto
y los malos presagios
no se cumplieron.
Esas cuadras ajenas
las recorrí dos veces.
Una como sonámbulo,
otra como dueño
de mi propio andar
y de mis sueños.



Ajena


A veces vivís una vida ajena,
un minuto quizás
o diez años, qué más da.
Sentís un escozor, un relámpago,
pero te sumergís igual.
Lentamente vas perdiendo peso,
de un modo tenue
te vas entregando
te vas pareciendo.
Hace falta un duro golpe,
la cercanía del abismo.
Cuando ya somos una fruta marchita
se nos da una oportunidad.
Hace mucho frío,
es la última oportunidad.



Recurrente

No puedo ignorarlo.
Mi cuerpo es mi alarma,
seria inútil e ingenuo
desobedecerlo.
A mi alrededor
se entretejen inviernos,
tropiezo
en oscuras perezas.
Me siento acotado
el torbellino me asfixia.
Es recurrente
sé que debo hacer pie
y oponerme al espanto.
Yo sólo añoro,
renacer en mi verdadero día. 


Velo




Ustedes saben
que yo no creo en este mundo.
Fue necesario recorrerlo
palmo a palmo.
Ahora que sé sobre las cosas,
puedo correr
el velo más remoto.




Muerte

Tan intensa la muerte
todo se aquieta religiosamente.
Es temprano para morir
me escucho decir.

Es el agua al cuello
estoy al borde 
corro
levanto mis brazos
es la gloria
no solo es por vivir.

Tan cerca la muerte
y me descubro seco.

Tengo sed
y tiempo para sonreír.



Mentira



Ellos me acompañan,
es mentira que estoy solo.
A menudo en calma
otras con furia,
pregunto
y me responden.
Ellos me acallan,
me elogian,
me ignoran.
Si me ves solo,
caminando
de esquina a esquina,
no estoy solo
ellos me acompañan.

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