Contribuciones del autor

Libros y poemas del autor

Poemas para vencer el miedo de quienes no leen poesia. Una seleccion arbitraria.

 Vincenzo Cardarelli  (Corneto Tarquinia, 1887–Roma, 1959)

Memento
La idea que tenemos de cada cosa
es motivo para que todo nos desilusione
Mala cosa es soñar lo verdadero,
proyectar lo ignoto.
El mal esta en nuestra fantasía
ya que , perfecto y admirable , se finge
cada acontecimiento;
está en la ansiosa espera
del día dichoso,
del afortunado encuentro
que luego nos desengaña.
Ansiaban la fiesta y ha aquí que han llegado.
Las horas pasan fugaces y melancólicas
como para un niño
que estando vestido de nuevo nadie acaricia.
Pero a veces el bien obliga,
amenaza con sofocarnos.
Pero el mal es continuo, goteante.
El es la infracción, el mal es la norma
en nuestra existencia.


Boda Judia en Bombay de Nissim Ezekiel ( 1924 , Bombay – 2004)



Su madre derramó una lágrima o dos, pero no estaba en  realidad
llorando. Era lo que tenía que hacer, así que lo hizo
disfrutando cada momento. La novia se rió de mi complicidad,
 y me dijo que no fuera tonto.

Sus hermanos tenían un zapato mío y me hicieron pagar
para recuperarlo. El juego deleitó a los niños del vecindario,
 que nunca dejaron de mirarme fijamente,
el  novio desganado del día.

No había dote porque sabían que era "moderno".
Yo lo afirmaba también. Su padre me preguntó cuantas joyas
 esperaba que le regalara  junto con su hija.
Cuando dije que no lo sabía, se rió.

No había ninguna banda de música fuera de la sinagoga
pero recuerdo un cantico o dos, algunos rituales,
montones de kipas, sombreros de fieltro, chales decorados
y  jugo de uva de un vaso común para la novia y el novio.

Recuerdo la rotura de la copa de cristal  y a la congregación
aplaudiendo, lo que significaba que estábamos casados 
de acuerdo a la ley mosaica.

Bueno, eso es todo. No creo que haya habido mucho más
que me pareciera solemne o hermoso. La mayoría de las veces,
estábamos todos entretenidos . ¿Quién sabe cuánta era nuestra fe?

Incluso los más ortodoxos decían que comían carne de vaca
porque era más barato, y algunos incluso arriesgaron sus almas 
por saborear  carne de cerdo.
El Sábado era para apostar, maldecir y beber.

Nada extravagante, créanme, todo en un bajo perfil
y muy decentemente controlado. Mi padre solía decir,
estos tipos ortodoxos ciertamente saben cómo decir basta
a su manera. Él mismo se había vuelto liberal,
pero sin mucha convicción,  llevándonos a todos con él.
Mi madre estaba muy orgullosa de ser "progresista".

Como iba diciendo, estaba aplaudiendo y luego
fuimos al estudio fotográfico de Lobo y Fernandes,
especialistas en retratos de bodas. Aún más tarde,
nos acostamos en un colchón en la cocina 
de la casa familiar de mi esposa 
y aunque era medianoche ella seguía diciendo 
"hagámoslo cariño, hagámoslo querido"
así que lo hicimos.


Pasaron más de diez años antes de que me dijera que
recordaba que estaba muy decepcionada. ¿Eso es todo lo que hay?
Estaba asombrada. De vuelta desde Londres
18 meses antes, yo estaba horriblemente fuera de estado.

Durante nuestra primera  riña  matrimonial seria, ella dijo:"¿Por qué
te has quedado con mi virginidad? Con mucho gusto  la devolvería,
 pero ninguno de los libros que he  leído me enseño  cómo hacerlo.

Venganza

A veces… deseo
poder encontrarme en un duelo
con el hombre que asesinó a mi padre
y arrasó nuestro hogar
expulsándome
hacia un estrecho país.
Si me hubiera matado
hubiera descansado al fin,
y si hubiera estado preparado
¡habría llevado a cabo mi venganza!

Pero cuando apareció mi rival
y supe que tenía madre
que estaría esperándole
o un padre que se pondría
la mano derecha
sobre el pecho, en el lugar del corazón
cada vez que su hijo llegara tarde
aunque fuera un cuarto de hora
de la cita de una reunión
ya no le mataría entonces,
aunque pudiera.

De igual manera…
tampoco le asesinaría
si me enterara enseguida
de que tenía hermano o hermanas
que le amaban y que constantemente
anhelaban verle.
O si tuviera una esposa
para darle la bienvenida
y niños que
no podrían soportar su ausencia
y a quienes sus regalos emocionarían.
O si tuviera
amigos o compañeros
o vecinos conocidos
o aliados en la prisión
o en la habitación de un hospital
o compañeros de colegio…
preguntando por él
y enviándole sus saludos.

Pero si resultara
que es una persona en soledad
desgajada de todo
como la rama de un árbol
sin hermanos ni hermanas
sin esposa ni niños
y sin familiares ni vecinos ni amigos,
ni colegas ni compañeros,
Entonces, ¿para que añadir más dolor
a esa soledad?
Ni el tormento de la muerte
ni la pena del fallecimiento.
No, me limitaría
a ignorarle cuando pasara a su lado
por la calle, como
si estuviera convencido
de que no prestarle atención
era ya en sí un tipo de venganza.


El poeta

El poeta tiene sus días
contados,
como todos los hombres,
pero que variados se le hacen!

Las horas del día y las cuatro estaciones,
algo menos de sol o mas de viento,
son el ocio y la compañía,
siempre diversa para sus pasiones,
siempre las mismas , y el tiempo que hace,
cuando se levanta, es el gran suceso
del día , su goce apenas se despierta.
Sobre todas las cosas, lo alegran
las cambiantes luces, los bellos días
agitados
como la muchedumbre de una larga historia,
donde azul y tempestad poco duran,
y se alternan mensajeros de infortunio
y de victoria.
Regresa con una noche roja,
y con las nubes cambia de color
su felicidad,
si su corazón no cambia.

El poeta tiene sus días
contados,
como todos los hombres:
¡Pero que felices se le hacen!

Ben David

Siento a veces que mis gestos

la voz, el pensamiento y aún este

cansancio,

son ya los de mi padre.

Que este cuerpo mío no lo perpetúa

sino que lo encarna;

que yo soy el hombre de más de

setenta años

que agobiado y lejos de donde vivo,

avanza al alba, insomne, lento, solo

y jadea su fatiga en un sillón en sombra

bajo el peso del dolor indeclinable,

de culpas que no han envejecido,

mientras siente con alivio que su hijo

en otros sitios, lejos de él,

ha ido más allá de su tormento,

doblegó los demonios,

no lo ha repetido.

de Santiago Kovadloff

 


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