Contribuciones del autor

Libros y poemas del autor

domingo, 11 de abril de 2010

Mirella Muia (Calabria ,1947)



La Madre

Cuando nací
ya existía ese sordo rumor;
alguien tejía,
no supe nunca quién
( ¿tal vez una vecina,
una mujer de negro
olvidada?)
No importaba-era siempre
ese sordo sonido
que iba y venia
en un cuarto lejano.
Cuando nació mi hija
todas estaban
a mi alrededor:
yo buscaba
que era lo que faltaba
-era ese sordo ruido.
Alejé entonces con mis propias manos
el paño fresco de la frente
y dije a la mujeres que una de ellas
fuera al cuarto lejano
y se sentara al telar.
Fue así como volví a oírlo,
y hubo de nuevo aquel
escandido silencio.
Mi hija nació en ese silencio.

(La Tela,1986)

Traduccion de Pablo Anadon

La Madre (I)


quando nacqui
c’era già quel tonfo sordo:
qualcuno tesseva
non seppi mai chi
(una vicina forse
o una donna in nero
dimenticata?)
Ma non importava —
era sempre lo stesso sordo rumore
che andava e veniva
in una stanza lontana
Per anni l’ho udito
Quando nacque mia figlia
erano tutte attorno a me
Ma cercavo
che cosa mancasse:
era quel rumore sordo
Allora respinsi con le mani
il panno fresco sulla fronte
e dissi alle donne
che una andasse in una stanza lontana
e si mettesse al telaio
Così l’udii ancora
e fu di nuovo quel silenzio scandito
Mia figlia nacque
in quel silenzio


(La Tela,1986)

sábado, 10 de abril de 2010

Amelia Biagioni (Gálvez, 1916-Buenos Aires, 2000)



La llave

Silencio mío, mídete en la llave,
intensidad que vive cuando gira,
toca su sí, su no, su dura clave,
su diminuta omnipotencia mira.

Hay, en el frío de su espera grave,
llama que en el aire intemporal delira,
y hay la verdad, porque la llave sabe
amar, que es entregarse sin mentira.

Dice que el mundo es flor honda y oscura,
y su contacto, densa mordedura,
en danza del encuentro y del adiós.

Dice que el tiempo es sólo la aventura
de andar y andar por una cerradura
y en remolino descifrar a Dios.

De la serie Habitacion 114 del libro " La llave" Editado en 1957


Decir

3.

Cuando recibo una palabra inesperada
la retengo y vigilo sus diferentes porvenires
hasta que alguno e ellos
de pronto se recuerda se incorpora
y no hay palabra ya
sino un gran viento que me empuña.

5.

Persiguiéndome por los ríos
espero alcanzarme en el mar
y encontrar en mi infancia
un dios irresistible
un sonido que abra y cierre a los otros
como un nocturno barco surcando un arpa.


del capitulo Cazador en trance del libro "Las cacerías " 1976


Manifiesto

Yo me resisto,
en la calle de los ahorcados,
a acatar la orden
de ser tibia y cautelosa,
de asirme a la seguridad,
de acomodarme en la costumbre,
de usar reloj y placidez,
aventura a cuerda,
palabra pálida y mortal
y ojos con límites.

Yo me resisto,
entre las muelas del fracaso,
a cumplir la ley de cansarme,
de resignarme,
de sentarme en lo fofo del mundo
mortecina de una espada lánguida,
esperando el marasmo.

Yo me resisto,
acosada por silbatos atroces,
a la fatalidad
de encerrarme y perder la llave
o de arrojarme al pozo.

Con toda la médula
levanto, llevo, soy el miedo enorme,
y avanzo,
sin causa,
cantando entre ausentes.

del capitulo Vértices del libro El Humo 1967

de la serie "Escrituras de rana",


De boca cerrada no salen moscas.

A marido regalado
no se le mira el príncipe.

pertenece al libro Las cacerías 1976


Cavante , Andante


A veces
soy la sedentaria.

Arqueóloga en mí hundiéndome,
excavo mi porción de ayer
busco en mi fosa descubriendo
lo que ya fue o no fue
soy predadora de mis restos.

Mientras me desentierro y me descifro
Y recuento mi antigüedad,
pasa arriba mi presente y lo pierdo.

Otras veces
me desencorvo con olvido
pierdo el pasado y soy la nómada.

Exploradora del momento que me invade,
remo sobre mi canto suyo
rumbo al naufragio en rocas del callar,
o atravieso su repentino bosque mío
hacia el claro de muerte.

Y a extremas veces
mientras sobrecavándome
descubro al fondo mi
fulgor inmóvil ojo
de cerradura inmemorial,

soy ave llave en el cenit
ejerciendo
mi remolino.

De Región de fugas (1995)