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miércoles, 25 de julio de 2018

Paul-Jean Toulet (Pau, 1867 - Guéthary, 1920)

   




La vida , la muerte

La vida es algo menos que la imagen

     De una sombra en el muro.
Sin embargo, el emblema oscuro
      Que tu paso bosqueja,

Me encanta.  También tu risa,
       Que es disparo de un arma.
Amo hasta esas falsas lagrimas
       Donde el sol espejea.

Morir tampoco es sombra apenas.
       De noche, cuando temes,
Tu sangre se detiene:
       Tal la extraña condena.

traducción de Ricardo Herrera del libro "A la busca de la poesía perdida "




Vita , morte

La vie est plus vaine une image
    Que l’ombre sur le mur.
Pourtant l’hiéroglyphe obscur
    Qu’y trace ton passage

M’enchante, et ton rire pareil
    Au vif éclat des armes ;
Et jusqu’à ces menteuses larmes
    Qui miraient le soleil.

Mourir non plus n’est ombre vaine.
    La nuit, quand tu as peur,
N’écoute pas battre ton cœur :
    C’est une étrange peine.

Les Contrerimes (1921).


domingo, 28 de agosto de 2016

Pierre Jean Jouve (Arras, 1887 - París, 1976)










Interior Exterior

Oímos en el fondo de nosotros
Generarse lo extenso los llanos las montañas
Lagos mares azules de suntuosos colores
Desplaza un sitio al otro en el hueco del alma;

¡Circo de circos de oro! Erramos por lugares
Tan profusos que el éter al que aspiramos huye,
Lloramos los amores dejados en las rocas
Azules o en ciudades con albergues sombríos,

Lamentamos, deseamos; hasta el día entrevisto
En que todo se abisme y dejemos la escena
La escena que persiste carnal en sus amores.

Hace tiempo que vivo y me debato
Entre aquellas dos formas unidas hasta el fin
En una lucha a muerte con la eterna belleza.


Intérieur Extérieur

 On écoute au profond du monde intérieur
Se produire les étendues, plaines montagnes
 Lacs et mers bleuités somptueuses couleurs
 Chaque lieu chassant l’autre au gouffre de notre âme ;

 Cirque des cirques d’or ! On erre sur les lieux
 Aspirant} à l’éther qui s’enfuit par le nombre,
 Regrettant des amours laissés sur les rocs bleus
 Ou des villes immenses aux pavillons d’ombre

Regrettant, désirant ; jusqu’au jour entrevu
 Abîmé brusquement,où l’on quitte la scène
 Scène continuant dans ses amours charnus

Pourtant depuis longtemps je vis et m’écartèle
 Entre deux forms engagées jusqu’au tombeau
 Dans une lutte à mort aux beauties éternelles.


Una paloma

Balanceada sobre la rama
Por el viento frío
Bajo el casto sol
Tras la muerte
Antes de la resurrección,
He allí lo que me queda de esperanza.

Une colombe

 Balancée sur la nue branche
 Par le vent froid
 Au soleil chaste
 Après la mort
 Avant la résurrection,
 Voilà ce qui me reste d’espérance.

Gargajos

Los gargajos sobre el asfalto me hacen pensar
En la cara de las santas impresas sobre el velo.



Crachats

 Les crachats sur l’asphalte m’ont toujours fait penser
 A la face imprimée au voile des saintes femmes.


Por el flujo que mana del seno de mi madre

Nos deslizamos hacia la muerte inmutable.
La muerte que redondeó ese seno tan cálido
Y lo alojó no lejos de una axila negra.

Par le fleuve écoulé du sein de notre mère

 Glissant, nous allons vers l’immuable mort,
 La mort qui le fit rond ce sein plein de chaleur
 Et l’accrocha non loin de cette aisselle noire.

 Traducción de Valeria Melchiorre y Ricardo H. Herrera

De Las bodas a Tiniebla. Antología poética 1925-1966 , Editorial Huesos de Jibia 2016

domingo, 5 de julio de 2015

Ricardo Herrera (Buenos Aires 1949)







La Piedad 1424
De verdad me alegré cuando encontré esta casa
que debe ser tan vieja como yo. Me atraía
el nombre de la calle, me incitaba
a indultar el pasado, a olvidar la crueldad.
Y me acogí con gusto al sobrio amparo
de estos desnudos muros campesinos.
Qué inspirado su nombre, a contramano
de todo lo que corre hacia la nada;
un nombre de otro tiempo, de otro mundo.
Esta casa me ha dado los poemas
de todo el libro; y, con su reciedumbre,
desenterró la infancia sepultada.

En Almuerzo en Traslasierra
Ediciones En Danza, Buenos Aires, 2021.


El mar

¿Qué es lo real, la furia o la ternura?…
No hay presencia ni ausencia en esta hora,
somos fantasmas. Cambia, desfigura
nuestra leyenda, el mar. O nos ignora,
como antes de la dicha. No murmura
el mar, no gime el mar, no clama ahora.
Vuelto resentimiento es una oscura
forma de desamor. Y mi demora
al borde de esa nada, de la playa
en donde moribunda la ola ensaya
un torpe simulacro de poesía,
se parece a esta página. Vacía,
sin vida. El mar, el mar ya no presagia.
Irse, extinguirse, ésa es su última magia. 

Mi sombra 

Me aflige haber mirado hacia el desierto
cuando en el horizonte la ola virgen
fulguraba de azul. 
Me aflige haberme vuelto hacia mi espalda
cuando tu pecho joven
se abrazaba a mi pecho sin pudor. 
No era yo, fue mi sombra
la que torció la vista hacia la nada.
Gocé del mar, gocé tu cuerpo entonces. 
Sacié mi sed de vida para siempre.
Y sin embargo, ahora,
mi sombra me persigue. 
Va deambulando sola
por la casa vacía, por la mente convulsa,
sola con sus fantasmas.

En el jardín

No se mueve una hoja en el jardín.
Un huracán de angustia
se adueña del vacío
que deja la promesa de la vida. 
No se mueve una hoja en el jardín.
Un silencio de eternidad derruida
—como el amigo que no tengo—
me acompaña mientras camino solo. 

El descenso
Entonces descendí a mi propio infierno
por tu amor; escuchándote,
oyéndome, intentando
que tuviese sentido la palabra. 
En lo insondable de mi vieja herida,
enmudecí; vi cómo se apagaba
en un silencio amorfo y nauseabundo
el resplandor dorado del verano, 
nuestro verano, tras el cual nacía
—sin derroche ni asombro—
oscuramente, otoño:
la exigua aurora de la media muerte.