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viernes, 24 de noviembre de 2023

Yevgueni Yevtushenko ( Nizhneúdinsk, provincia de Irkutsk, 1932​-Tulsa, Oklahoma; 2017)

                                  




                                Intentando Maldecir


Acercándome una vez a la búsqueda de lo eterno
una noche en que mi alma era oscura y confusa
susurré el único rezo que sabía:
“Oh Dios, ten compasión de mí, arrúllame por favor”.

Y Dios nos perdona y nos arrulla
sin embargo un poco desamparado se encoge de hombros
de tanta misericordia que él ha otorgado
a la inmensa ingratitud del ser humano.

Es claro que sus propias criaturas asustan a Dios.
Le ponen cualquier nombre que deseen
Jehová, Buda, Alá.
Él es solo uno y está muy cansado de ser Dios.

Si él pudiera hacerse inmaterial
o estrecharse hasta el tamaño de un ídolo de bolsillo
él tranquilamente se arrancaría y se escondería
en un lugar aislado para no saber de nuestras bocas babeantes.

Pero esconderse no tiene sentido para él
ni menos ser sumiso como un esclavo africano.
Dios siempre necesita creer en Dios
pero en el mundo no hay dioses para Dios.

Y cuando descuidemos nuestras propias obligaciones,
volviendo otra vez a molestarlo con pequeñitas
y podridas peticiones ¿a quién entonces él dirigirá su propio rezo:
“Oh Dios, ten compasión de mí, arrúllame por favor”?

domingo, 6 de diciembre de 2015

Anna Ajmátova(Bolshoi Fontán, Ucrania, 1889-Domodedovo, Rusia, 1966)






 No sabemos cómo decirnos adiós

 No sabemos cómo decirnos adiós:

erramos por ahí, hombro con hombro.

Ya el sol está bajando,

vas taciturno, soy tu sombra.

 

Entremos en una iglesia a ver

bautizos, matrimonios, misas de difuntos.

¿Por qué somos diferentes del resto?

Afuera otra vez, cada quien vuelve la cabeza.

 

O sentémonos en el cementerio,

sobre la nieve pisoteada, suspirando el uno por el otro.

Esa vara en tu mano está dibujando mansiones

donde estaremos siempre juntos.

 

1917

 

I 

Tres cosas en el mundo él amaba:
El canto vespertino, los pavos reales blancos
Y de América, los mapas desvaídos.
No amaba el llanto de los niños,
La frambuesa con el té, no amaba
Ni la histeria femenina.
…Y yo fui su mujer.
 
(1911)

II

No estoy con aquellos que abandonaron su tierra
Para que el enemigo la desgarrara.
No atiendo sus burdas lisonjas,
Mis canciones no serán para ellos. 
Pero me da lástima el proscrito,
Como un prisionero o un enfermo.
Oscuro es tu camino, peregrino,
Huele a ajenjo el pan ajeno. 
Y aquí, en el acre olor del fuego,
El resto de juventud perdido,
Nosotros de ningún golpe
Nos hemos protegido. 
Y sabemos que en la apreciación tardía
Cada hora será justificada…
Pero en el mundo no hay gente sin lágrimas
Más altiva que nosotros ni más llana. 
(1922)

III
El último brindis
Bebo por la casa derruida,
Por la soledad, juntos,
Por esta maldita vida mía
Y por ti, bebo, 
Por la mentira de la boca que me traicionó,
Por el frío de muerte en la mirada,
Porque es cruel y torpe el mundo,
Por aquello que Dios no salvara. 
(1934)

Versiones de Inés Aráoz tomadas de Hablar de Poesia Numero 3


La mujer de Lot.



Pero la esposa de Lot, miró hacia atrás
y se convirtió en un pilar de sal.
(Libro del Génesis.)

Y el hombre justo acompañó al luminoso agente de Dios
 por una montaña negra, siguiendo su huella,
 mientras una voz incansable acosaba a la mujer:
—No es demasiado tarde, aun puedes mirar hacia atrás.

Hacia las torres rojas de tu Sodoma nativa,
al patio donde una vez cantaste, al pabellón para hilar,
a las ventanas de la enorme casa
donde la descendencia santificó tu lecho conyugal.

Una sola mirada: súbita punzada de dolor en sus ojos,
antes de poder emitir cualquier sonido.
 Su cuerpo se derritió en sal transparente
 y sus ligeras piernas claváronse en la tierra.

 ¿Quién penará por esta mujer?
¿No le resulta de sobra insignificante a nuestra incumbencia?
 Incluso así, nunca la negaré en mi corazón,
 ella que murió porque eligió volverse.

 Versión  de Kira Galván

Unos van por un sendero recto..

1
Unos van por un sendero recto,
 Otros caminan en círculo,
añoran el regreso a la casa paterna
 y esperan a la amiga de otros tiempos.
 Mi camino, en cambio, no es ni recto, ni curvo,
 Llevo conmigo el infortunio,
voy hacia nunca, hacia ninguna parte,
 Como un tren sobre el abismo.

 2
En las profundidades de la música
 no hallé respuesta alguna:
 sólo la mudez y el sosiego
 junto al fantasma del verano. 

3 Yo voy hacia donde ya nada es cierto. 
Allá donde el más querido compañero es apenas una sobra:
 El viento irrumpe desde el jardín perdido
 y bajo los pies sólo siento el frío del camino.

 
Cuando una persona muere
Cambian también sus retratos.
Sus ojos miran de otra forma, y sus labios
Sonríen con otra sonrisa.
Yo me di cuenta de esto al regresar
Del entierro de un poeta.
Desde entonces, con frecuencia, he comprobado
Que mi conjetura era cierta.

Versiónes  de Jorge Bustamante García. 



sábado, 11 de enero de 2014

Joseph Brodsky ( San Petersburgo 1940, New York 1996)






Marca de agua

Recuerdo un día: el día en que tuve que partir, al cabo de un mes
de soledad aquí. Acababa de almorzar en una pequeña
trattoria de la parte más remota de las Fondamente Nuove,
pescado asado y media botella de vino. Con ello dentro, me dirigí
al sitio en que me alojaba, para hacerme con mis maletas y coger
un vaporetto. Anduve medio kilómetro a lo largo de las
Fondamente Nuove, un punto en movimiento en aquella
gigantesca acuarela, y giré a la derecha hacia el hospital de
Giovanni e Paolo. El día era cálido, soleado, el cielo azul, todo
maravilloso.Y, dando la espalda a las Fondamente y a San
Michele, sin apartarme del muro del hospital, casi rozándolo con
el hombro izquierdo y entornando los ojos por el sol, sentí de
pronto: soy un gato. Un gato que acaba de comer pescado. De
haberme hablado alguien en aquel momento, hubiese maullado.
Era absoluta, bestialmente feliz. Doce horas más tarde,
por supuesto, tras aterrizar en Nueva York, me metí en el peor lío
posible de toda mi vida -o lo que parecía tal en aquel tiempo-.
Pero el gato seguía en mi interior; de no haber sido
por ese gato, ahora estaría subiéndome por las paredes de
alguna clínica costosa.
                                    
                                                Marca de agua




Trasatlántico


Los últimos veinte años fueron buenos casi para todos
salvo para los muertos. Aunque quizá también para ellos.
Quizás el mismo Todopoderoso se haya aburguesado un poco
y use tarjeta de crédito. De lo contrario, qué disparate
sería el paso del tiempo. Así, los recuerdos, las remembranzas,
los valores, las deportaciones. Espero no haber agotado por completo
a mi padre, a mi madre o a mis pocos amigos,
dado que ya no frecuentan mis sueños. Al envejecer,
a diferencia de lo que pasa en las ciudades, en mis sueños
cada vez hay menos gente. Por eso, el descanso eterno
cancela el análisis. Los últimos veinte años fueron buenos
casi para todos y se transformaron
en el más allá de los muertos. Podrá cuestionarse su calidad,
pero nunca su duración. A los muertos, supongo, no les importa
dormir a la intemperie ni quedarse mirando
el regreso de grandes submarinos a su redil originario
después de un paseo por el mundo
sin haber erradicado la vida del planeta,
y sin una bandera digna de ser izada.

1992




Transatlantic

The last twenty years were good for practically everybody
save the dead. But maybe for them as well.
Maybe the Almighty Himself has turned a bit bourgeois
and uses a credit card. For otherwise time's passage
makes no sense. Hence memories, recollections,
values, deportment. One hopes one hasn't
spent one's mother or father or both, or a handful of friends entirely
as they cease to hound one's dreams. One's dreams,
unlike the city, become less populous
the older one gets. That's why the eternal rest
cancels analysis. The last twenty years were good
for practically everybody and constituted
the afterlife for the dead. Its quality could be questioned
but not its duration. The dead, one assumes, would not
mind attaining a homeless status, and sleep in archways
or watch pregnant submarines returning
to their native pen after a worldwide journey
without destroying life on earth, without
even a proper flag to hoist.

1992


En una conferencia

Como los errores son inevitables, alguien podría creer
que soy un hombre al frente de esta sala
llena de todos ustedes. Pero en una hora, digamos,
eso se habrá corregido, por mi gracia y por la de ustedes,
y el lugar quedará de nuevo en poder de las partículas elementales,
libres de la rigidez de una forma humana concreta
o de alguna otra clase de concurrencia.
Algunas partículas todavía son libres. No todo es polvo.

Así las cosas, mi falta de predisposición para reconocer
que soy yo quien está ahora aquí frente a ustedes, o exactamente
lo contrario, tiene menos que ver con mi modestia o solipsismo
que con mi respeto por el futuro inmediato de la sala,
por esas partículas que flotan libres como antes dijera,
posándose sobre la superficie lustrosa de mi cerebro.
Inaccesibles al trapo húmedo y ansioso por limpiarlas.

Lo más interesante del vacío
es que se encuentra precedido por lo lleno.
Los primeros que así lo entendieron fueron, creo,
los dioses griegos, cuyo fuerte era justamente su ausencia.
Piensen, entonces, que ensayamos para un bis eterno
y que mi actuación se ofrece, claro está, pour la gallerie.
Todos nuestros actos muestran vanidad. Pero estoy apurado.

Una vez conocido el futuro, es posible adelantarlo.
Así lo hacen las esculturas y los muebles de mi casa.
El anonimato no es una virtud sino una necesidad
que se reconoce sobre todo cuando cae la noche.
Si bien es cierto que, desde el punto de vista numérico,
es más fácil no ser yo que no ser ustedes. Como le confesó
el cisne al lago: no me gusto. Bienvenidos a mi reflejo.

1994


At a lecture


Since mistakes are inevitable, I can easily be taken
for a man standing before you in this room filled
with yourselves. Yet in about an hour
this will be corrected, at your and at my expense,
and the place will be reclaimed by elemental particles
free from the rigidity of a particular human shape
or type of assembly. Some particles are still free. It's not all dust.

So my unwillingness to admit it's I
facing you now, or the other way around,
has less to do with my modesty or solipsism
than with my respect for the premises' instant future,
for those afore-mentioned free-floating particles
settling upon the shining surface
of my brain. Inaccessible to a wet cloth eager to wipe them off.

The most interesting thing about emptiness
is that it is preceded by fullness.
The first to understand this were, I believe, the Greek
gods, whose forte indeed was absence.
Regard, then, yourselves as rehearsing perhaps for the divine encore,
with me playing obviously to the gallery.
We all act out of vanity. But I am in a hurry.

Once you know the future, you can make it come
earlier. The way it's done by statues or by one's furniture.
Self-effacement is not a virtue
but a necessity, recognized most often
toward evening. Though numerically it is easier
not to be me than not to be you. As the swan confessed
to the lake: I don't like myself. But you are welcome to my reflection.

1994

En el basurero de la ciudad de Nantucket

a Stephen White

Lo perecedero se consume en lo perecedero, a plena luz
de un día que, a su vez, agoniza en un noviembre casi terminal:
removiendo la basura, las gaviotas intentan superar
en número a la nieve, o al menos demorarla un poco.

El bárbaro alfabeto primordial, saqueando con ferocidad,
por todas partes, la barrera de oxígeno, es un prefacio
a la anarquía de los desperdicios:
en el principio, fue el graznido.

En sus tartamudas doblevés se puede leer
no tanto el hambre sino las garras de la lujuria,
en forma de afiladas comas que señalan lo imperecedero,
o quizás el vuelo de la página arrancada de un grueso volumen,

mientras un anemómetro rabioso hace girar sus tazas
estúpidamente, como en una desquiciada ceremonia de té,
y el Atlántico soporta con pena, en su atlético oleaje,
los pronósticos de oscuridad.


At the City Dump in Nantucket

To Stephen White

The perishable devours the perishable in broad daylight,
moribund in its turn in late November:
the seagulls, trashing the dump, are trying to outnumber
the snow, or have it least delayed.

The reckless primordial alphabet, savaging every which
way the oxygen wall, constitutes a preface
to the anarchy of the refuse:
in the beginning there was a screech.

In their stammering Ws one reads not hunger but
the prurience of comma-sharp talons toward
what outlasts them, or else a torn-out
page’s flight from the volume's fat,

while some mad anemometer giddily spins its cup
like a haywire tea ceremony, and the Atlantic
is breasting grimly with its athletic
swells the darkening overcast.

Poemas traducidos por Daniela Camozzi y Walter Cassara,
"Cancion de cuna y otros poemas"de editorial Huesos de Jibia, Buenos Aires, 2009

domingo, 30 de junio de 2013

Boris Pasternak (Moscu 1890, Peredélkino, cerca de Moscú, 1960 )









 El viento


No existo yo, y tú estás viva. 
Y el viento con gemidos y con llanto
Sacude el bosque y la casita.
Y no por cuenta propia cada pino,
Sino todos los árboles a un tiempo
Dentro de su extensión ilimitada
Como si cascos de veleros fueran
Sobre la superficie lisa de la rada.
Y eso no es por osadía
Ni por furor inútil, sino para encontrar
En la angustia las palabras
Que tu canción de cuna necesita.

traduccion tomada de http://lineassobrearte.com/2015/03/21/el-doctor-zhivago-de-boris-pasternak-1957/


Noche

Sin descanso la noche
Avanza y se difunde
Sobre el mundo que duerme,
Mientras un aviador asciende entre las nubes;

Se adentra en el oleaje
Fluctuante de la niebla,
Se vuelve una inicial sobre una sábana,
Una pequeña cruz bordada en tela.

Allá abajo los bares
Nocturnos, los cuarteles,
Ciudades extranjeras y estaciones,
Maquinistas y trenes.

Una sombra de ala se recorta
En toda su extensión contra una nube.
Los astros por lo negro, silenciosos,
Vagan en muchedumbre.

Y quién sabe hacia cuáles
Desconocidos universos,
Con terrible, terrible inclinación,
La Vía Láctea extiende su sendero.

En espacios sin fin los continentes
Incesantes llamean.
En las calderas, en los sótanos,
Los fogoneros velan.

En París, bajo el filo de los techos
Venus o Marte
Se asoman para ver qué nueva farsa
Proclama el manifiesto.

Y allá, en un resplandor de lejanías,
Hay quien no puede conciliar el sueño
En la antigua buhardilla
Recubierta de tejas.

Él contempla el planeta
Como si el firmamento
Fuese el único objeto
Del afán de sus noches.

No te adormezcas, no duermas, trabaja,
No hagas un alto en tu tarea,
No duermas, lucha contra el sueño,
Lo mismo que el piloto, o que la estrella.

No duermas, artista, no duermas,
No te entregues al sueño.
Que de lo eterno tú eres el rehén
En la prisión del tiempo.



Transformación

Era amigo en un tiempo de los pobres,
No por nobleza alguna de ánimo,
Sino porque la vida sólo entre ellos
Transcurría sin falsedad, sin fastos.

Frecuentaba las casas de los nobles
Y los ambientes refinados;
No obstante, aborrecía a los parásitos
Y amaba la miseria más odiosa.

Y me esforzaba por hacerme amigo
De los que trabajaban como obreros,
De modo que me hacían un honor
Al acogerme entre los harapientos.

Tangible, sin palabras, sustancial,
Firme y robusta era la vida
En la desolación de aquellos sótanos
Y en aquellos altillos sin cortinas.

Y también yo me corrompí
Al tocarme la ruina de la época;
Se hicieron optimistas, bien pensantes,
Y el dolor transformaron en vergüenza.

Para todos aquellos en los cuales confiaba
Desde hace tiempo soy un sospechoso,
Y al hombre lo he perdido desde cuando
Fue perdido por todos.


Traducciones del ruso de Pablo Anadón
http://hablardepoesia.com.ar/numero-23/boris-pasternak-siete-poemas/