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domingo, 23 de septiembre de 2018

Pedro Lastra (Quillota, Chile, 1932)



Mano tendida
 ¿Quién te exilió de mí, o me exilié yo mismo
como de mi tierra?
Fue un día lobo, un día tigre fue
de oscuras madrigueras,
o acaso un día halcón,
ave de presa y no de cetrería
que te diera el alcance y te trajera
a mi mano tendida.
Se borraron las líneas de esa mano
esperándote.
Hoy vuelves a grabarlas
con un poco de sangre.



Copla

Dolor de no ver juntos
lo que ves en tus sueños

Ya hablaremos de nuestra juventud

Ya hablaremos de nuestra juventud,
ya hablaremos después, muertos o vivos
con tanto tiempo encima,
con años fantasmales que no fueron los nuestros
y días que vinieron del mar y regresaron
a su profunda permanencia.

Ya hablaremos de nuestra juventud
casi olvidándola,
confundiendo las noches y sus nombres,
lo que nos fue quitado, la presencia
de una turbia batalla con los sueños.

Hablaremos sentados en los parques
como veinte años antes, como treinta años antes,
indignados del mundo,
sin recordar palabra, quiénes fuimos,
dónde creció el amor,
en qué vagas ciudades habitamos.

Paraísos

El niño que construye
en el mundo visible
su pequeño paraíso

velozmente

se adelanta a los días
e instala en su memoria
el paraíso perdido

Leve canción

Mientras espero tu llegada
las aves sobrevuelan el jardín silencioso:
ellas también te esperan,
con sus alas dibujan tu figura
y te veo venir por un claro del bosque
junto al agua real
encantada por pájaros más veloces que el sueño.




Nostradamus

El futuro no es lo que vendrá
(de eso sabemos más de lo que él mismo cree)
el futuro es la ausencia
que seremos tú y yo
la ausencia que ya somos
este vacío
que ahora mismo se empecina en nosotros.



Adagio

¿Cómo llegué hasta aquí?
Veo muertos
que alimentan la lluvia:
es su trabajo.
Solo yo ignoro el mío en este valle
de arenas corrosivas
que el agua lleva y trae
lentamente,
y destruyen la casa
en donde sigo inmóvil
escuchando
el rumor de allá afuera:
no me deja dormir,
tampoco recordar
o saber
cómo llegué hasta aquí,
cómo puedo salir.

Dibujo tomado del blog https://diazmartinez.wordpress.com/2012/08/18/pedro-lastra-poemas/

Asombros y extrañezas

I

Misterio tras misterio nos rodean,
así el viento y la nube,
el subir silencioso de la savia
por las ramas del árbol,
el oficio secreto de los cuerpos vivientes
o el cantar dialogante de los pájaros,
y sus apariciones
y desapariciones.

II

Y esto pudimos aprender de una vez:
la memoria
ni odia ni ama.
En su ir y venir todo lo ve,
los placeres fugaces
y los días crueles,
las tierras arrasadas.

III

Nadie quiera soñar con la muerte,
porque en ella no habrá ni una imagen
del sueño de los días.


miércoles, 15 de noviembre de 2017

Pablo Neruda ( 1904, Parral, Chile ;1973, Santiago de Chile )




           Farewell


                        1
Desde  el fondo de ti, y arrodillado,
un niño triste, como yo, nos mira.
Por esa vida que arderá en sus venas
tendrían que amarrarse nuestras vidas.
Por esas manos, hijas de tus manos,
tendrían que matar las manos mías.
Por sus ojos abiertos en la tierra
veré en los tuyos lágrimas un día.
  

                      2
Yo no  lo quiero, Amada.
Para que nada nos amarre
que no nos una nada.
Ni la palabra que aromó tu boca,
ni lo que no dijeron las palabras.
Ni la fiesta de amor que no tuvimos,
ni tus sollozos junto a la ventana.



                        3
(Amo el amor de los marineros
que besan y se van.
Dejan una promesa.
No vuelven nunca más.
En cada puerto una mujer espera:
los marineros besan y se van.
Una noche se acuestan con la muerte
en el lecho del mar.


                        4
Amo el amor que se reparte
en besos, lecho y pan.
Amor que puede ser eterno
y puede ser fugaz.
Amor que quiere libertarse
para volver a amar.
Amor divinizado que se acerca
Amor divinizado que se va.)

                        5
Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos,
ya no se endulzará junto a ti mi dolor.
Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada
y hacia donde camines llevarás mi dolor.
Fui tuyo, fuiste mía. Qué más? Juntos hicimos
un recodo en la ruta donde el amor pasó.
Fui tuyo, fuiste mía. Tu serás del que te ame,
del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo.
Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste.
Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy.
...Desde tu corazón me dice adiós un niño.
Y yo le digo adiós.



De " Crepusculario" 1923