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domingo, 9 de abril de 2023

Cesar Cantoni ( La Plata , 1951)

 




  



Un pequeños insecto


 

Un pequeño insecto con alas
se posa sobre el freezer.
Cuando me acerco a él,
ni siquiera intenta moverse.
Es evidente que no cree en el mal.
Iba a aplastarlo con el diario
que enrollé al efecto,
pero su fe en el mundo
me hace desistir de la acción.




Percepcion de viejo


El tiempo –diría un poeta
de vena metafórica–
es como un tren que no se detiene
en ninguna estación:

corre tan velozmente 
que, apenas abrimos la ventanilla
para ver el paisaje,
ya estamos arribando a destino.




sábado, 7 de enero de 2023

Raul Tamargo (Buenos Aires ,1958 )

 




Las cosas

nos sentamos a mirar los cuerpos de los pájaros

sus trajines

sus volares

con un libro de aves en la mano

aún no podemos estar

sin conocer los nombres de las cosas


Algarrobos

dicen que tiene unos doscientos años

tal vez más

tal vez menos

(nadie ve decrepitud en la vejez de un árbol)

quisiéramos envejecer igual que él

ser sombra en el verano

sobre la casa de los amigos

cobijo de sus juegos

mojón de los perdidos

con los brazos en alto

indiferentes a los cálculos humanos



entre los desperdicios de la obra

un algarrobo guacho

una ofrenda

una señal contra corriente

la vida de los montes da batalla

enseña al que tiene deseos de aprender

da luz sobre el secreto

(pensamos)

de resistir en fiesta


algarrobito guacho

maestro mudo de la paciencia

vemos ahora tu intención

de levantar los brazos sobre el muro del sur

y saludar al algarrobo viejo

como nosotros lo hacemos

con nuestros amigos

cuando toman su sombra

mientras te riego

no pienso que ayudo a tu vitalidad o a tu salud

pienso que apuro el paso de tu compañía



sábado, 26 de noviembre de 2022

William Shand ( (Glasgow ,1902 - Buenos Aires, 1997)

 



Lo que estaba por decir


Lo que estaba por decir

no es para los jóvenes

imbuidos del despliegue

de sus recursos.

Ni para el joven

que deambula por un valle

de callados deseos.

 

No es para los hombres

que cabalgan una causa

con la mirada puesta en las conquistas

que se marchitan

antes de su consagración.

Ni para aquellos

que dan porque temen.

 

Lo que estaba por decir 

no es para valientes,

que desde hace mucho conocen

los peligros de la seguridad;

ni para los tímidos,

acorralados

tras su lujuria.

 

No es para los fuertes

obstaculizados por una carga,

donde sus recursos

de nada sirven.

No para los que engendran

distantes del amor,

inquietos por sus sueños.

 

Lo que estaba por decir

es mejor que no lo diga.


Balance final


Debieras estudiar contabilidad

te ayudaría a evaluar

ganancias y pérdidas, deudas y créditos,

con un balance final

que revelara el estado auténtico

de tu estructura

 

Es harto inútil

lamentar tus desdichas

desordenadamente

y a la vez despreciar las alegrías

que aguardan tu reconocimiento

para lo que no estás preparado.

 

Debes reordenarte;

reponer tus fragmentos

donde en verdad pertenecen;

removerles el verdín,

y luego aspirar profundamente

la belleza que no has advertido.

 


miércoles, 22 de junio de 2022

-Valeria Pariso (Muñiz, Provincia de Buenos Aires, 1970).

 






Descripcion de un nudo 

 

Como si estuvieras

con los pies descalzos sobre el borde

de cara al precipicio

y el viento te moviera los tobillos.

Estás vos ante el polvo,

vos ante lo hermoso del abismo

con el grito pegado a la garganta,

tu grito que subió

desde tus pies descalzos,

tus pies descalzos de punta al precipicio

y con el viento que sigue dando vueltas

metido en tu cabeza.

A esta altura el viento está metido

en tu cabeza, en tu coraje, en tus tobillos

y el grito crece ahí

llenando tu garganta.

El grito ahí.

Ahí.

El grito entero ahí

cerrado en la garganta.

Un alarido atado y luminoso

hace una cruz adentro de tu boca.

Vas a soltarlo cuando te das cuenta

de que entre tus brazos

hay un bebé

que duerme.

Y no gritás.

No gritás, dios mío, no gritás.

Eso es un nudo.








jueves, 2 de septiembre de 2021

Jorge Vocos Lescano ( Río Segundo 1924 , Buenos Aires 1989 )



Yo te decía


Yo te decía: no pienses.
Pero te ardían las sienes.

Ahora soy yo quien lleva
por la memoria una hoguera.

No pienses, yo te decía.
Pero tus ojos ardían.

Y soy yo quien lleva ahora
la hoguera por la memoria

del libro "Día tras día" 

viernes, 16 de julio de 2021

Eliahu Toker (Buenos Aires, 1934 - 2010)

 


Homenaje a Abraxas

Y Abraxas resultaba ser la divinidad encargada de la función simbólica de reunir en sí lo angélico y lo demoníaco.
—Herman Hesse, Demián

 

Exagero
como las pesadillas y los cuentos
para no mentir ni que me crean.

Soy la doble imagen del espejo,
judaísmo diestro: mano sonrisa y sueño;
judaísmo siniestro: ojo, cerebro y culpa.

Uno me ata a la vida, el otro a la palabra yerta;
uno me nutre, el otro me atormenta;
uno me enorgullece, el otro me avergüenza;
uno me rejuvenece, el otro me avejenta.

Soy simultáneamente la gran ciudad y la pequeña aldea;
el vuelo loco y la piedra;
la superstición, la sutileza, la aristocracia y la miseria.

Como las pesadillas y los cuentos
exagero
para no mentir ni que me crean.

miércoles, 21 de abril de 2021

Humberto Constantini ( Buenos Aires 1924 – 1987)

 



Tarea


Han de saber
que cuando en la oficina no hay trabajo,

yo trabajo,
trabajo como un negro,
sudo tinta,
ando detrás de pájaros azules,
me meto en grandes líos con los sueños,
me desangro en palabras,
salgo a cazar ballenas y crepúsculos,
domestico elefantes
(hay que ver qué furor el de la selva)
le explico al faraón cosas del tiempo,
hago el amor a veces,
lucho con los zulúes cuerpo a cuerpo,
tengo que abrirme paso en un perfume,
volver para las doce,
morirme,
andar recuerdos.
Tengo que hablar con Dios,
volverme loco,
lanzar varias proclamas de justicia,
escapar de la hoguera,
vestirme de jamás para un entierro.
No descanso ni un minuto,
me doy un gran trajín con las cigarras,
me cito con Lenin y arreglo el mundo,
llamo a larga distancia,
digo anote en mi agenda: Nazareno,
trato cosas del aire con gaviotas,
compro verdes, azules, amarillos
y los despacho por expreso al cielo.
Hago arreglo con nubes,
firmo tardes de otoño con llovizna,
corro a cambiar estrellas que andan flojas,
promuevo madreselvas,
dicto inviernos...


cuando el jefe me mira y dice ejem,
ya que usted no hace nada y tiene tiempo...


sábado, 13 de marzo de 2021

Francisco Luis Bernárdez (Buenos Aires 1900-1978)

 







Si para recobrar lo recobrado
debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado,

si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.

Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.

Porque después de todo he comprendido
por lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.

 

sábado, 19 de diciembre de 2020

Ana Emilia Lahitte ( (La Plata 1921 - 2013)

  

10

Cada cual lleva en sí

 tras de su máscara

 las huellas invisibles

 de su rostro secreto.


11
       

Dentro del marco fijo

 del espejo  

buscamos parecernos a lo que ya no somos

 y quizá nunca fuimos.



13
Fascina
              Este límite
Donde el haber vivido se desprende
              como la piel de una serpiente.

 

18
Sí,
      las heridas son el mejor manuscrito.

32
Envejecer es esto,
       recordar vagamente la piel de los amantes.

 

38
       La duda es un extraño paraíso
       donde Dios puede al fin dejar de ser eterno.



44
       Es difícil morir.
                            Más difícil aún saber si estamos vivos.

 

Los chicos de la calle


Oh, niños asesinos, oh salvajes antorchas.
Julio Cortázar

Ragazzi di vita
los llamó Pasolini
con su piedad adversa
desollada.


Y nos los deja así
sin otra identidad que la mugre
y la llaga.


Debajo
del abrigo de su costra de escaras
-cristos breves-
los chicos de la calle
no saben todavía que su sombra atrapada
crece
para la historia de la infamia.*


El dolor
nunca es niño.
Y en ellos ni siquiera es dolor.


Es una humillación
de la esperanza.

* Borges

 

Tigres


Dicen
que el territorio de las hembras
es menor.

Pero el olor a hembra atraviesa el verano
y el celo
es territorio prometido
para tigres
y albatros.


Cuerpo de mujer

Conspiración del universo
para que el horizonte
se desnude.

 

 


domingo, 8 de noviembre de 2020

Gustavo García Saraví(La Plata 1920 ; Buenos Aires 1994 )

 




Van Gogh

 

Aunque estoy a menudo en la miseria...

                                            Van Gogh

 

Tal como corresponde a su locura,

trabaja y piensa. Piensa en algo grave,

sin duda, terrorífico: en un ave

que se engulle pintores, o en la impura

 

elementalidad de la pintura,

de una silla de paja, un blanco, un suave

autorretrato, un amarillo (sabe

Dios con cuál de ellos hizo su impostura

 

de limoneros, sol, ducados de oro,

insólitos maizales, un tesoro

enterrado en la luz, un cruel taladro

 

de bondad). Traza trazos, llora. Dice

incongruencias congruentes. Se desdice.

Impreca, sufre. Nunca vendió un cuadro.

 

 

Con alguna frecuencia

 

Con alguna frecuencia me encamino

hacia mi corazón e intento darme

caza o, al menos, verme, confirmarme,

sentir que soy mi propio peregrino.

 

A veces doy conmigo, un desatino

absoluto, un bastón, un conformarme

sólo con adjetivos, un llorarme

con excesiva lástima, un camino

 

en caracol, desierto, inconducente.

Otras veces, no encuentro la manera

de encontrarme, mirarme, de repente,

 

en lo que creo ser, una persona

común, puro no ser, linfa, madera,

cal, duda, enfermedad que se amontona.

 

 

Las putas

 

Como algas lentísimas y fieles,

como ríos de pan, como pedazos

de golondrinas, suben por los brazos

de la melancolía y los paneles,

 

trepan por el murmullo con sus mieles

feroces y sus pálidos ocasos,

con sus temblores y los cielo-rasos

de la cursilería y los hoteles,

 

ascienden por los besos, se abandonan

a las monedas del amor, perdonan

nuestra insaciable sed, nuestras impuras

 

maneras de quererlas, oh! lejanas

y próximas, oh! dulces hermosuras,

oh! silenciosas, húmedas campanas.

 


Fuente: Obras completas, Gustavo García Saraví (Edición de Sara M. Parkinson de Saz), Empeño 14, Madrid, 1981.

Aurora venturini (La Plata; 1922-Buenos Aires 2015)





 Los oscuros señores ayer me visitaron

 

con sus trajes de gala para entierros de ricos.

Los oscuros señores que deparan el sueño

por pura cortesía estuvieron conmigo.

 

Aves de catedrales elegantes y finos

con el pelo lustroso de cuervos, elocuentes

como legisladores del bien y del mal, fueron

hasta mi lecho ardido y besaron mi frente.

 

Yo les temí al principio. A veces las tres parcas

absorben otras formas para apresar la vida

devanarla y cortarla cual girón de lino.

Yo les temí, pero ellos de allá, me sonreían

 

de Racconto, Buenos Aires, Corregidor, 2004
por Maria Paula Salerno

martes, 25 de febrero de 2020

Isidoro Blaisten ( 1933 Concordia, 2004 buenos aires)




La balada del Boludo

Por mirar el otoño perdía el tren del verano.
Usaba el corazón en la corbata.
Se subía a una nube, cuando todos bajaban.

Su madre le decía:
No mires las estrellas para abajo,
no mires la lluvia desde arriba.
No camines las calles con la cara,
no ensucies la camisa;
no lleves tu corazón bajo la lluvia, que se moja.
No des la espalda al llanto,
no vayas vestido de ventana,
no compres ningún tílburi en desuso.
Mirá tu primo el recto
que duerme por las noches.
Mirá tu primo el justo
que almuerza y se sonríe.
Mirá tu primo el probo
puso un banco en el cielo.
Tu cuñado el astuto
que ahora alquila la lluvia.
Tu otro primo el sagaz
que es gerente en la luna.
—Tienes razón, mamá —dijo el boludo
y se bebió una rosa.
—No seré más boludo—
y se bajó del viento.
—Seré astuto y zahorí—
y dio vuelta una estrella para abajo
y se metió en el subte
y quedaron las gaviotas.
Entonces vinieron los parientes ricos
y le dijeron:
—Eres pobre, pero ningún boludo.
Y el boludo fue ningún boludo
y quemaba en las plazas
las hojas que molestan en otoño.
Y llegó fin de mes.
Cobró su primer sueldo
y se compró cinco minutos de boludo.
Entonces vinieron las fuerzas vivas
y le dijeron:
—Has vuelto a ser boludo, boludo.
—Seguirás siendo el mismo boludo de siempre.
—Debes dejar de ser boludo, boludo.
Y medio boludo,
con esos cinco minutos de boludo,
dudaba entre ser ningún boludo
o seguir siendo boludo para siempre.
Dudaba como un boludo.
Y subió las escaleras para abajo,
hizo un hoyo en la tierra
miraba las estrellas.
La gente le pisaba la cabeza,
le gritaba boludo.
Y él seguía mirando
a través de los zapatos
como un boludo.
Entonces vino un alegre y le dijo:
—Boludo alegre.
Vino un pobre y le dijo:
—Pobre boludo.
Vino un triste y le dijo:
—Triste boludo.
Vino un pastor protestante y le dijo:
—Reverendo boludo.
Vino un cura católico y le dijo:
—Sacrosanto boludo.
Vino un rabino judío y le dijo:
—Judío boludo.
Vino su madre y le dijo:
—Hijo, no seas boludo.
Vino una mujer de ojos azules y le dijo:
—Te quiero.