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domingo, 27 de diciembre de 2015

Isabella Leardini ( Rímini Italia ,1978 )







Y dicen que cuando tú estás
parezco menos nerviosa…
Es que me quitas los nervios y te vas…
Solo sé que la curva de tu cuello
es el lugar más perfecto que existe
para esta frente
y si me abrazas es como entrar en casa
sabiendo que no puede una quedarse.




E dicono che se ci sei anche tu
sembro meno nervosa...
 E che mi togli
i nervi e te ne vai..
So solo che la curva del tuo collo
è il posto più
perfetto che ci sia
per questa fronte
e se mi abbracci è come entrare in casa
sapendo che non ci si può restare.




De niña daba portazos...
¿Cuando me convertí en una que se queda
sentada, que vacía los veranos
mirando el cuarto desde el balcón
para ver si al volver a entrar
ni siquiera el último fantasma se ha ido?
Tengo un perro nuevo que duerme a mi lado,
pero vuelven las mismas largas noches
las puertas que se caen encima
sin la sacudida encendida del fragor...
Hay que tener el carácter de quien se queda
para saber sostener los ojos en los adioses
que duran más si es una sola la que lo hace.

Da piccola sbattevo le porte…
Quando sono diventata una che resta
seduta, che svuota le estati
a guardare la stanza dal balcone
per vedere se rientrando
neanche l’ultimo fantasma se n’è andato?
Ho un nuovo cane che dorme di fanco,
ma tornano le stesse sere lunghe
le porte che sbattono addosso
senza la scossa accesa del fragore…
Bisogna avere la natura di chi resta
per saper tenere gli occhi sugli addii
che durano di più a farli da soli.


Quien pierde el tiempo de ser feliz
primero pierde las carcajadas
que quitan la respiración, luego alguien
desciende dentro de la mirada y la vuelve negra
como plata guardada en los cajones.
Siempre la misma edad el mismo día…
Quien pierde el tiempo de ser feliz
tiene el aspecto de una casa estacional
que se prepara para ser habitada,
toda la frente cerrada dentro de un relámpago
que no se cumple jamás en el temporal.

Chi perde il tempo di essere felice
 per prima cosa perde le risate
 che tolgono il respiro, poi qualcuno
 scende dentro lo sguardo lo fa nero
 come l’argento chiuso nei cassetti.
 Sempre la stessa età lo stesso giorno...
 Chi perde il tempo di essere felice
 ha l’aria di una casa stagionale
 che si prepara a vivere e riempirsi,
 tutta la fronte chiusa dentro un lampo
 che non si compie mai nel temporale.



Traducción  de María Cecilia Micetich.
seleccionado del libro Esplendor en las sombras Tres voces italianas contemporáneas Edición bilingüe Selección, traducción y notas de Elena Tardonato Faliere y María Cecilia Micetich

Editorial Huesos de Jibia 2015

viernes, 25 de diciembre de 2015

Francesca Serragnoli ( Bolonia 1972)




Cierras mal la puerta
entra la luz, voces
y mientras espío, llueve.

Entra para mí en el labio
como hacen los peces
silenciosos lentamente
soy puente de campo
avanzo entre las gotas
río, resbalo.

Tus brazos
son una gruta
donde reposo.

Tengo miedo de que el agua se lleve
la luz que se desplaza mirándote.


Chiudi male la porta
entrano luce, voci
e mentre spio, piove.

Entra per me nel labbro
come fanno i pesci
silenziosi adagio
sono ponte di campagna
avanzo fra le gocce
rido, scivolo.

Le tue braccia
sono una grotta
dove riposo.

Ho paura che l’acqua porti via
la luce che transita guardandoti.


Date cuenta
parece doloroso empujar
esparcir el espacio de gestos.

El aire está atestado de columnas
no te veo
el pasado es el puño que abro
develo, tú te acercas
cada giro es un temor que desnudo
llegará el corte.
Sentirás mi pulso donde he castigado
el nacimiento a golpe de brazos.

Me caigo y pido que gires
sobre las escaleras de cristal
me he deslizado con la fe en andas.

Ya no sé dónde me encuentro
luz de quirófano cielo doloroso…
este es el lugar
donde arrojo mis miedos como aves
o  ya no tendré un hijo


 Accorditi
 sembra doloroso spingere
 spargere lo spazio di gesti.

L’aria è ftta di colonne
non ti vedo
il passato è il pugno che apro
sbendo, ti avvicini
ogni fro è una paura che svesto
arriverà il taglio.
Sentirai pulsare dove ho punito
le nascite a colpi di braccia.

 Cado e chiedo di girarti
 sulle scale di cristallo
 sono scivolata con la fede in braccio.

 Non so più dove mi trovo
 luce operatoria cielo doloroso...
 questo è il luogo
 dove lancio le mie paure come uccelli
 o non avrò più un fglio.


Traducción  de María Cecilia Micetich.

seleccionado del libro Esplendor en las sombras Tres voces italianas contemporáneas Edición bilingüe Selección, traducción y notas de Elena Tardonato Faliere y María Cecilia Micetich

Editorial Huesos de Jibia 2015

Milo de Angelis ( Milan 1951)




Todo estaba encaminado. Desde entonces hasta ahora. Todo
el tiempo, luminoso, rozaba los labios. Todas
las respiraciones se unían en el collar. Las sombras
de Lambrate cerraron la puerta. Toda la habitación,
absorta, se convirtió en el primer latido. El negro
de tus cabellos contra el amarillo del último rayo.
Desde entonces. Era el primer día del verano.
El silencio colmaba la frente. Todo estaba
ya en camino, desde entonces, todo estaba aquí, único
y perdido, nuestro y remoto. Todo pedía
ser esperado, volver a su verdadero nombre.

  
Tutto era già in cammino. Da allora a qui. Tutto
il tempo, luminoso, sforava le labbra. Tutti
respiri si riunivano nella collana. Le ombre
di Lambrate chiusero la porta. Tutta la stanza,
assorta, diventò il primo battito. Il nero
dei tuoi capelli contro il giallo dell’ultimo raggio.
Da allora a qui. Era il primo giorno dell’estate.
Il silenzio ci riempiva la fronte. Tutto era
già in cammino, da allora, tutto era qui, único
e perduto, nostro e remoto. Tutto chiedeva

di essere atteso, di tornare nel suo vero nome.


No había más tiempo. La habitación había entrado en una ampolla.
No era posible ya dividir la esencia. No tenías más el collar.
No tenías más tiempo. El tiempo era una luz
marina entre las persianas, una fiesta de religiosas,
la herida, el agua en la garganta, Villa Litta. No había
más día. La sombra de la tierra llenaba los ojos
con el miedo de los colores perdidos. Cada molécula
estaba en la espera. Hemos mirado el remiendo
de las manos. No había más luz. Una vez más
nos están llamando, juzgados por una estrella fija.


Non c’era più tempo. La camera era entrata in una fala.
Non era più dato spartire l’essenza. Non avevi
più la collana. Non avevi più tempo. Il tempo era una luce
marina tra le persiane, una festa di sorelle,
la ferita, l’acqua alla gola, Villa Litta. Non c’era
più giorno. L’ombra della terra riempiva gli occhi
con la paura dei colori scomparsi. Ogni molecola
era in attesa. Abbismo guardato il rammendo
delle mani. Non c’era più luce. Ancora una volta
ci stanno chiamando, giudicati da una stella fissa

traducido por  Elena Tardonato Faliere

seleccionado del libro Esplendor en las sombras Tres voces italianas contemporáneas Edición bilingüe Selección, traducción y notas de Elena Tardonato Faliere y María Cecilia Micetich

Huesos de Jibia 2015