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martes, 24 de abril de 2012

Edgar Bayley (Buenos Aires 1919 ,1990)




La violencia

I

la violencia al sofocar el día
al arrojarte fuera del camino
te hace crecer por dentro un cliente helado
violencia reina de una madrugada oscura
olvido entre palabras calcinadas

estoy aquí debo comprender
decir correctamente organizar
no ceder posiciones al tumulto

debo salir cruzar no detenerme
compartir otra vez una alegría
venida del más alto corazón
entre los hombres

debo seguir cavar un nuevo surco
buscar buscar la voz del otro
escuchar extender
la morada y el aire

II

entretanto el horror
la confusión el miedo y la codicia
extendidos de costa a costa
socavan el ademán más puro
de la tierra al cielo

no sé nada
sólo veo las vías de la violencia
la fe el odio sordo del rechazo
y alguna esperanza no bien fundamentada

pero llegará un día en que las grandes floraciones del sueño
el amor resurrecto la cabellera distante del ave multicolor
el pífano del dios enmarañado y próximo
den otro rumbo a nuestra andanza
un día un día no contaminado

y el entretanto cae gota a gota
en la pulida oscuridad

Celebraciones (1968-1976)


Una voz solamente

Este juego tuyo
esta ventana

Puedes mirar más lejos
conversar

Otros miran por ti
aprenden
conversan con los dioses

He aprendido
he vivido
hago mi propio juego
es todo lo tengo

Humilde es el camino
del corazón del hombre
te es dado un solo juego
una voz solamente

He jugado
he mirado
es todo lo que tengo.


Alguien será

es muy deficil decirlo
no es asunto de una playa desierta
o del presente o del pasado
es cosa del viento
de la voz que pasa y viene
y del rocío y del acuerdo
y la pregunta
alguien es
alguien será

Es infinita esta riqueza abandonada



Es infinita esta riqueza abandonada
esta mano no es la mano ni la piel de tu alegría
al fondo de las calles encuentras siempre otro cielo
tras el cielo hay siempre otra hierba playas distintas
nunca terminará es infinita esta riqueza abandonada
nunca supongas que la espuma del alba se ha extinguido
después del rostro hay otro rostro
tras la marcha de tu amante hay otra marcha
tras el canto un nuevo roce se prolonga
y las madrugadas esconden abecedarios inauditos islas remotas
siempre será así
algunas veces tu sueño cree haberlo dicho todo
pero otro sueño se levanta y no es el mismo
entonces tú vuelves a las manos al corazón de todos
de cualquiera
no eres el mismo no son los mismos
otros saben la palabra tu la ignoras
otros saben olvidar los hechos innecesarios
y levantan su pulgar han olvidado
tú has de volver no importa tu fracaso
nunca terminará es infinita esta riqueza abandonada
y cada gesto cada forma de amor o de reproche
entre las últimas risas el dolor y los comienzos
encontrará el agrio viento y las estrellas vencidas
una máscara de abedul presagia la visión
has querido ver
en el fondo del día lo has conseguido algunas veces
el río llega a los dioses
suben murmullos lejanos a la claridad del sol
amenazas
resplandor en frío



no esperas nada
sino la ruta del sol y de la pena
nunca terminará es infinita esta riqueza abandonada



De La vigilia y el viaje , 1961