tag:blogger.com,1999:blog-3653371351128489792024-03-13T03:04:29.488-07:00Letras elegidasEste blog nació sin muchas más pretensiones que compartir los poemas y relatos que despertaron mi curiosidad. A lo largo de los años, se convirtió en una sana costumbre, que me permite encontrar rapidamente los textos que recuerdo haber disfrutado en el momento de leerlos.
Unknownnoreply@blogger.comBlogger526125tag:blogger.com,1999:blog-365337135112848979.post-43074443035036055022024-02-17T15:27:00.000-08:002024-02-17T15:27:28.241-08:00"Con legitimo orgullo" de Julio Cortazar <p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEg9lpBG5pANIjLI8mijT6-N9ICU7ByYqqoVwkt-RwtDNnjPjhIMPhKb-ngitYtW2IxJNWt5ymFjS9TNadz2vJubJfCx7rhgSMI70UKW64tRaF_m3QR62K-fNUYGE6jEbsErAvYfEW_1cvAISCOFWCOxDH8_VmFVjq_e6Dt_HMcJ41PIiBbREMvDcxFXVto" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="740" data-original-width="1200" height="197" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEg9lpBG5pANIjLI8mijT6-N9ICU7ByYqqoVwkt-RwtDNnjPjhIMPhKb-ngitYtW2IxJNWt5ymFjS9TNadz2vJubJfCx7rhgSMI70UKW64tRaF_m3QR62K-fNUYGE6jEbsErAvYfEW_1cvAISCOFWCOxDH8_VmFVjq_e6Dt_HMcJ41PIiBbREMvDcxFXVto" width="320" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Ninguno de nosotros recuerda el texto de la ley que
obliga a recoger las hojas secas, pero estamos convencidos de que a nadie se le
ocurriría que puede dejar de recogerla; es una de esas cosas que vienen desde
muy atrás, con las primeras lecciones de la infancia, y ya no hay demasiada
diferencia entre los gestos elementales de atarse los zapatos o abrir los
paraguas y los que hacemos al recoger las hojas secas a partir del dos de
noviembre a las nueve de la mañana.<br />
Tampoco a nadie se le ocurriría discutir la oportunidad de esa fecha, es algo
que figura en las costumbres del país y que tiene su razón de ser. La víspera
nos dedicamos a visitar el cementerio, no se hace otra cosa que acudir a las
tumbas familiares, barres las hojas secas que las ocultan y confunden, aunque
ese día las hojas secas no tienen importancia oficial, por así decir, a lo sumo
son una penosa molestia de la que hay que librarse para luego cambiar el agua a
los floreros y limpiar las huellas de los caracoles en las lápidas. Alguna vez
se ha podido insinuar que la campaña contra las hojas secas podría adelantarse
en dos o tres días, de manera que, al llegar el primero de noviembre, el
cementerio estuviera ya limpio y las familias pudieran recogerse ante las
tumbas sin el molesto barrido previo que suele provocar escenas penosas y nos
distrae de nuestros deberes en ese día de recordación. Pero nunca hemos
aceptado esas insinuaciones, como tampoco hemos creído que se pudieran impedir
las expediciones a las selvas del norte, por más que nos cuesten. Son
costumbres tradicionales que tienen su razón de ser, y muchas veces hemos oído
a nuestros abuelos contestar severamente a esas voces anárquicas, haciendo
notar que la acumulación de hojas secas en las tumbas sirve precisamente para
mostrar a la colectividad la molestia que representan una vez avanzado el
otoño, e incitarla así a participar con más entusiasmo en la labor que ha de
iniciarse al día siguiente.<br />
Toda la población está llamada a desempeñar una tarea en la campaña. La
víspera, cuando regresamos del cementerio, la municipalidad ya ha instalado su
quiosco pintado de blanco en medio de la plaza y, a medida que vamos llegando,
nos ponemos en fila y esperamos nuestro turno. Como la fila es interminable, la
mayoría sólo puede volver muy tarde a su casa, pero tenemos la satisfacción de
haber recibido nuestra tarjeta de manos de un funcionario municipal. </span><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">En esa forma y, a partir de la mañana siguiente,
nuestra participación quedará registrada día tras día en las casillas de la
tarjeta, que una máquina especial va perforando a medida que entregamos las
bolsas de hojas secas o las jaulas con las mangostas, según la tarea que nos
haya correspondido. Los niños son los que más se divierten porque les dan una
tarjeta muy grande, que les encanta mostrar a sus madres, y los destinan a
diversas tareas livianas pero sobre todo a vigilar el comportamiento de las
mangostas. A los adultos nos toca el trabajo más pesado, puesto que, además de
dirigir a las mangostas, debemos llenar las bolsas de arpillera con las hojas secas
que han recogido las mangostas, y llevarlas a hombros hasta los camiones
municipales. A los viejos se les confían las pistolas de aire comprimido con
las que se pulveriza la esencia de serpiente sobre las hojas secas. Pero el
trabajo de los adultos es el que exige la mayor responsabilidad, porque las
mangostas suelen distraerse y no rinden lo que se espera de ellas; en ese caso,
nuestras tarjetas mostrarán al cabo de pocos días la insuficiencia de la labor
realizada, y aumentarán las probabilidades de que nos envíen a las selvas del
norte. Como es de imaginar hacemos todo lo posible para evitarlo aunque,
llegado el caso, reconocemos que se trata de una costumbre tan natural como la
campaña misma, y no se nos ocurriría protestar; pero es humano que nos esforcemos
lo más posible en hacer trabajar a las mangostas para conseguir el máximo de
puntos en nuestras tarjetas, y que para ello seamos severos con las mangostas,
los ancianos y los niños, elementos imprescindibles para el éxito de la
campaña.<br />
Nos hemos preguntado alguna vez cómo pudo nacer la idea de pulverizar las hojas
secas con esencia de serpiente, pero después de algunas conjeturas desganadas
acabamos por convenir en que el origen de las costumbres, sobre todo cuando son
útiles y atinadas, se pierde en el fondo de la raza. Un buen día la
municipalidad debió reconocer que la población no daba abasto para recoger las
hojas que caen en otoño, y que sólo la utilización inteligente de las
mangostas, que abundan en el país, podría cubrir el déficit. Algún funcionario
proveniente de las ciudades linderas con la selva advirtió que las mangostas,
indiferentes por completo a las hojas secas, se encarnizaban con ellas si olían
a serpiente. Habrá hecho falta mucho tiempo para llegar a esos descubrimientos,
para estudiar las reacciones de las mangostas frente a las hojas secas, para
pulverizar las hojas secas a fin de que las mangostas las recogieran
vindicativamente. Nosotros hemos crecido en una época en que ya todo estaba
establecido y codificado, los criaderos de mangostas contaban con el personal
necesario para adiestrarlas, y las expediciones a las selvas volvían cada
verano con una cantidad satisfactoria de serpientes. Esas cosas nos resultan
tan naturales que sólo muy pocas veces y con gran esfuerzo volvemos a hacernos
las preguntas que nuestros padres contestaban severamente en nuestra infancia,
enseñándonos así a responder algún día a las preguntas que nos harían nuestros
hijos. Es curioso que ese deseo de interrogarse sólo se manifieste, y aun así
muy raramente, antes o después de la campaña. El dos de noviembre, apenas hemos
recibido nuestras tarjetas y nos entregamos a las tareas que nos han sido
asignadas, la justificación de cada uno de nuestros actos nos parece tan
evidente que sólo un loco osaría poner en duda la utilidad de la campaña y la
forma en que se la lleva a cavo. Sin embargo, nuestras autoridades han debido
prever esa posibilidad porque en el texto de la ley impresa en el dorso de las
tarjetas se señalan los castigos que se impondrían en tales casos; pero nadie
recuerda que haya sido necesario aplicarlos.<br />
Siempre nos ha admirado cómo la municipalidad distribuye nuestras labores de
manera que la vida del estado y del país no se vean alteradas por la ejecución
de la campaña. Los adultos dedicamos cinco horas diarias a recoger las hojas
secas, antes o después de cumplir nuestro horario de trabajo en la
administración o en el comercio. Los niños dejan de asistir a las clases de
gimnasia y a las de entrenamiento cívico y militar, y los viejos aprovechan las
horas de sol para salir de los asilos y ocupar sus puestos respectivos. Al cabo
de dos o tres días la campaña ha cumplido su primer objetivo, y las calles y
plazas del distrito central quedan libres de hojas secas. Los encargados de las
mangostas tenemos entonces que multiplicar las precauciones, porque a medida
que progresa la campaña, las mangostas muestran menos encarnizamiento en su
trabajo, y nos incumbe la grave responsabilidad de señalar el hecho al
inspector municipal de nuestro distrito para que ordene un refuerzo de las
pulverizaciones. Esta orden sólo la da el inspector después de haberse
asegurado de que hemos hecho todo lo posible para que las mangostas sigan
recogiendo las hojas, y si se comprobara que nos hemos apresurado frívolamente
a pedir que se refuercen las pulverizaciones, correríamos el riesgo de ser
inmediatamente movilizados y enviados a las selvas. Pero cuando decimos riesgo
es evidente que exageramos, porque las expediciones a las selvas forman parte
de las costumbres del estado a igual título que la campaña propiamente dicha, y
a nadie se le ocurriría protestar por algo que constituye un deber como
cualquier otro.<br />
Se ha murmurado alguna vez que es un error confiar a los ancianos las pistolas
pulverizadoras. Puesto que se trata de una antigua costumbre no puede ser un
error, pero, a veces, ocurre que los ancianos se distraen y gastan una buena
parte de la esencia de serpiente en un pequeño sector de una calle o una plaza,
olvidando que deben distribuirlo en una superficie lo más amplia posible.
Ocurre así que las mangostas se precipitan salvajemente sobre un montón de
hojas secas, y en pocos minutos las recogen y las traen hasta donde las
esperamos con las bolsas preparadas; pero después, cuando confiadamente creemos
que van a seguir con el mismo tesón, las vemos detenerse, olisquearse entre
ellas como desconcertadas, y renunciar a su tarea con evidentes signos de
fatiga y hasta de disgusto. En esos casos el adiestrador apela a su silbato y,
por un momento, consigue que las mangostas junten algunas hojas, pero no
tardamos en darnos cuenta de que la pulverización ha sido despareja y que las
mangostas se resisten con razón a una tarea que de golpe ha perdido todo
interés para ellas. Si se contara con suficiente cantidad de esencia de
serpiente, jamás se plantearían estas situaciones de tensión en las que los
ancianos, nosotros y el inspector municipal nos vemos abocados a nuestras
respectivas responsabilidades y sufrimos enormemente; pero desde tiempo
inmemorial se sabe que la provisión de esencia apenas alcanza para cubrir las
necesidades de la campaña, y que en algunos casos las expediciones a las selvas
no han alcanzado su objetivo, obligando a la municipalidad a apelar a sus
exiguas reservas para hacer frente a una nueva campaña. Esta situación acentúa
el temor de que la próxima movilización abarque un número mayor de reclutas,
aunque al decir temor es evidente que exageramos, porque el aumento del número
de reclutas forma parte de las costumbres del estado a igual título que la
campaña propiamente dicha, y a nadie se le ocurriría protestar por algo que
constituye un deber como cualquier otro. De las expediciones a las selvas se
habla poco entre nosotros, y los que regresan están obligados a callar por un
juramento del que apenas tenemos noticia. Estamos convencidos de que nuestras
autoridades procuran evitarnos toda preocupación referente a las expediciones a
las selvas del norte, pero desgraciadamente nadie puede cerrar los ojos a las
bajas. Sin la menos intención de extraer conclusiones, la muerte de tantos
familiares o conocidos en el curso de cada expedición nos obliga a suponer que
la búsqueda de las serpientes en las selvas tropieza cada año con la despiadada
resistencia de los habitantes del país fronterizo, y que nuestros conciudadanos
han tenido que hacer frente, a veces con graves pérdidas, a su crueldad y a su
malicia legendarias. Aunque no lo digamos públicamente, a todos nos indigna que
una nación que no recoge las hojas secas se oponga a que cacemos serpientes en
sus selvas. Nunca hemos dudado de que nuestras autoridades están dispuestas a
garantizar que la entrada de las expediciones en ese territorio no obedece a
otro motivo, y que la resistencia que encuentran se debe únicamente a un
estúpido orgullo extranjero que nada justifica.<br />
La generosidad de nuestras autoridades no tiene límites, incluso en aquellas
cosas que podrían perturbar la tranquilidad pública. Por eso nunca sabremos -
ni queremos saber, conviene subrayarlo - qué ocurre con nuestros gloriosos
heridos. Como si quisieran evitarnos inútiles zozobras, sólo se da a conocer la
lista de los expedicionarios ilesos y la de los muertos, cuyos ataúdes llegan
en el mismo tren militar que trae a los expedicionarios y a las serpientes. Dos
días después las autoridades y la población acuden al cementerio para asistir
al entierro de los caídos. Rechazando el vulgar expediente de la fosa común,
nuestras autoridades han querido que cada expedicionario tuviera su tumba
propia, fácilmente reconocible por su lápida y las inscripciones que la familia
puede hacer grabar sin impedimento alguno; pero como en los últimos años el
número de bajas ha sido cada vez más grande, la municipalidad ha expropiado los
terrenos adyacentes para ampliar el cementerio. Puede imaginarse entonces cuántos
somos los que al llegar el primero de noviembre acudimos desde la mañana al
cementerio para honrar las tumbas de nuestros muertos. Desgraciadamente el
otoño ya está muy avanzado, y las hojas secas cubren de tal manera las calles y
las tumbas que resulta muy difícil orientarse; con frecuencia nos confundimos
completamente y pasamos varias horas dando vueltas y preguntando hasta ubicar
la tumba que buscábamos. Casi todos llevamos nuestra escoba, y suele ocurrirnos
barrer las hojas secas de una tumba creyendo que es la de nuestro muerto, y
descubrir que estamos equivocados. Pero poco a poco vamos encontrando las
tumbas, y ya mediada la tarde podemos descansar y recogernos. En cierto modo
nos alegra haber tropezado con tantas dificultades para encontrar las tumbas
porque eso prueba la utilidad de la campaña que va a comenzar a la mañana
siguiente, y nos parece como si nuestros muertos nos alentaran a recoger las
hojas secas, aunque no contemos con la ayuda de las mangostas que sólo
intervendrán al día siguiente cuando las autoridades distribuyan la nueva
ración de esencia de serpiente traída por los expedicionarios junto con los
ataúdes de los muertos, y que los ancianos pulverizarán sobre las hojas secas
para que las recojan las mangostas.<o:p></o:p></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-365337135112848979.post-71412362549767517382024-02-17T08:57:00.000-08:002024-02-17T08:57:13.748-08:00Terremoto de Etgar Keret<p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 13.5pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 13.5pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEh36Bm_1TuQR8vH_dumnXt4F3ZRO-Jf2pSw8Gt9aDF8z6IhVQWo3Q-R7XNd_Rk8HEaidrge35iX8zbY8fII0-a25s_yK7xDyNjjPXpFveCeU9kRvXrwUs56EnJbpx9I_120i3efRri4VH86Lv4T4km49JZkUHJPc7EdvU8EJlp9bulwB7ifyBPypR7kHiQ" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1236" data-original-width="2060" height="192" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEh36Bm_1TuQR8vH_dumnXt4F3ZRO-Jf2pSw8Gt9aDF8z6IhVQWo3Q-R7XNd_Rk8HEaidrge35iX8zbY8fII0-a25s_yK7xDyNjjPXpFveCeU9kRvXrwUs56EnJbpx9I_120i3efRri4VH86Lv4T4km49JZkUHJPc7EdvU8EJlp9bulwB7ifyBPypR7kHiQ" width="320" /></a></div><br /><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 13.5pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 13.5pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Para
Diego</span><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Dos
días después de que Gabriella y yo nos separamos, me uní a la vigilancia del
barrio. Cuando vivíamos juntos, teníamos una clara división del trabajo: Yo me
ocupaba de los aspectos burocráticos de la vida -bancos, impuestos, facturas de
servicios públicos- y Gabriella se encargaba de todo lo relacionado con la
generosidad y la bondad: dar de comer a los gatos callejeros; ayudar a nuestra
anciana vecina de pelo azul, Paula; preparar cada mañana un bocadillo de salame
para el vagabundo adicto de la esquina de nuestra calle. A veces pensaba que
sería bueno cambiar por un tiempo, aunque sólo fuera por una semana, para que
mientras Gabriella estaba en el banco discutiendo sobre los pagos de la
hipoteca, yo pudiera vagar por las calles haciendo buenas obras con una candida
mirada. Pero no se lo propuse. Ni siquiera durante nuestras peores peleas.
Sabía que, al igual que Gabriella no serviría para sentarse en las
desagradables reuniones con el subdirector del banco, yo no tenía mucho talento
para hacer el bien. Sin embargo, una vez que me independicé, no sólo tuve que
luchar por la supervivencia diaria, sino que también tuve que esforzarme por
contribuir a la sociedad. Puede que el voluntariado en la asociación de vecinos
no resolviera todos los problemas de Ciudad de México, pero me ayudó mucho a
limpiar mi conciencia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">
Vendimos nuestro piso a una pareja bien
avenida con cuatro hijos educados y guapos. Cuando lo compramos, pensábamos que
algún día tendríamos hijos, y por eso insistimos en tener un piso grande. Pero
pronto estuvimos demasiado ocupados trabajando y peleándonos, y el plan de
tener hijos se pospuso. Aun así, durante los tres años que duró nuestro
matrimonio, no hubo un solo día en el que no me odiara por no haber presionado
a Gabriella para que tuviera un hijo. Creo que, en el fondo, más que vivir con
ella, quería tener un hijo suyo. Una criatura viva que tuviera su belleza,
generosidad y positividad, pero también algo de mí: una versión mejorada y
tolerable de mí mismo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">La
pareja bien avenida me desangró. La mujer discutía por cada peso, mientras su
marido recorría el apartamento como un perro de caza, golpeando las paredes
para localizar fugas invisibles. Al final les vendimos el piso por mucho menos
de lo que habíamos pagado por él, pero fue suficiente para pagar nuestra
monstruosa hipoteca.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Después
del divorcio, Gabriella y yo nos mudamos a un barrio más barato. Alquilé un
apartamento de una habitación en la séptima planta de un edificio con un
portero que debía de tener cien años. Su padre era un sacerdote que había
luchado en la Guerra de los Cristeros, y el edificio tenía un ascensor que crujía,
que era aún más viejo que el portero, y que dejé de usar después de quedarme
atascado unas cuantas veces. Gabriella vivía a un par de manzanas, en un piso
igual de pequeño pero mejor iluminado y más civilizado. Colocó una alfombra
peruana tejida a mano en el suelo del salón, plantó flores silvestres en cajas
junto a cada ventana e incluso colgó una de nuestras fotos de boda en la puerta
de la nevera. Una vez le pregunté por qué, y me dijo que mi expresión en la
foto le hacía reír. "Es el día de nuestra boda", me dijo sonriendo,
"y mira tu cara, tus hombros encorvados, tu esfuerzo: pareces menos un
novio que alguien estreñido".<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Cenábamos
juntos todos los martes, a veces en un restaurante y otras en su casa. Mientras
comíamos, siempre me contaba historias sobre su trabajo y sobre todas sus ideas
para empresas filantrópicas: una aplicación que permitiera a la gente rica
enviar comida que no comía directamente de sus heladeras a las casas de
familias necesitadas; una página web en la que se pudieran donar horas de
voluntariado para una causa digna; una biblioteca móvil que recorriera barrios
empobrecidos y organizara cuentacuentos y actividades para niños. Cuando
estábamos casados, mi trabajo consistía en explicarle por qué todas sus
maravillosas aunque ingenuas ideas nunca podrían funcionar, pero ahora que
estábamos divorciados, podía limitarme a asentir y beber demasiado vino. Una
vez me emborraché tanto que pasé la noche en su casa, sobre la alfombra. Y
aunque ella seguía siendo tan hermosa como un ángel y yo seguía tan cachondo
como un bonobo y estaba<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>tan solo como un
perro, no intenté nada. Cuando nos conocimos, creí que si hablábamos, nos
besábamos y teníamos sexo suficiente, algo de ella se me pegaría, y todas las
cosas que a ella le fascinaban y a mí me aburrían mortalmente me parecerían de
repente cautivadoras. Ella podría haber tenido pensamientos similares. Pero
ahora los dos teníamos claro que eso nunca ocurriría. Que yo seguiría amándola
con infinita bondad, y ella seguiría amando lo que fuera que hubiera encontrado
para amar en mí, y que eso era exactamente lo más lejos que llegaría:
sentimientos mutuos, cenas una vez a la semana y conversaciones inocentes que
sonaban como si estuvieran comprometidas con nuestro mundo pero que en realidad
flotaban un par de centímetros por encima de él.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Cuando
le dije a Gabriella que me había apuntado a la Patrulla de Barrio, se mostró
entusiasmada: "Seguro que allí conocerás a gente maja. La gente voluntaria
siempre es simpática". Las reuniones semanales eran lo más raro del mundo.
De las catorce personas que nos apuntamos, sólo yo y la instructora, Eva,
teníamos menos de sesenta años, y era como ir a una reunión de Scouts: un poco
de primeros auxilios, lecciones teóricas sobre cómo usar un arma e incluso algo
de Krav Maga, que Eva siempre insistía en demostrarme. Cuando empezamos a
salir, me dijo que era algo importante que me había perdido.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Eva
sólo tenía cuatro años más que yo, pero ya había hecho más de lo que yo
probablemente lograría en tres vidas. Había nacido en Buenos Aires, estudiaba
filosofía en la universidad, tenía licencia para pilotar un avión bimotor y
había realizado un curso de paracaidismo. También había viajado por todo el
mundo, enseñado español en Europa, inglés en Japón y japonés en Uruguay. Se
había trasladado a México ocho años antes, por un hombre. Se casaron, tuvieron
un hijo y se divorciaron. "Pero no un buen divorcio como el tuyo",
dijo, "el nuestro fue de la peor clase". Le dije que no existía el
buen divorcio, pero ella discrepó: "Claro que existe, sólo que eres
demasiado joven y malcriado para entenderlo".<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Lo
primero por lo que Eva y su marido se pelearon después de separarse fue por su
hijo. El tribunal les concedió la custodia compartida, lo que significaba que
Eva tenía que quedarse en Ciudad de México. Luego se pelearon por el poco
dinero que tenían, y cuando terminaron de pelearse por eso, siguieron
encontrando otras cosas por las que pelearse, y no hubo una sola vez en la que
su marido viniera a recoger al niño que no terminara a gritos. Eva llamaba a su
marido "el burro", incluso delante del niño, y según sus historias,
él tenía apodos aún peores para ella.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Una
noche, en la cama, empezó a insultarlo de nuevo y le pregunté por qué se había
ido a vivir con él. Eva se lo pensó un momento, se río torpemente y dijo que
era simplemente porque era el polvo más alucinante. "He estado con
bastantes hombres", dijo, "¿pero con ese idiota? Fue celestial".
Después de eso, tuvimos sexo. Fue un polvo terrenal, pero bueno. Y luego me
dijo que, para mí 35 cumpleaños, en noviembre, nos había reservado un salto en
paracaídas en tándem. Estaría atado a ella durante todo el descenso, me
explicó, "y cuando se abra el paracaídas, por primera vez en tu confinada
y rígida vida, sentirás alivio". "¿Es eso lo que piensas de mi
vida?" pregunté, intentando sonar dolido. Eva me acarició el pelo del
pecho y dijo: "Has dejado que la gravedad te aplastara durante treinta y
cinco años, amigo. Es hora de soltarte".<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Creo
que ésa fue la noche en que Eva se quedó embarazada. Se enteró unas semanas
después. Dijo que era su última oportunidad de tener otro hijo, y que, si era
algo que yo quería, pues estupendo, y que, si no, ella no lo forzaría, que
estaba dispuesta a abortar. Lo pensé durante dos días. Me imaginaba bañando al
bebé en la bañera, dándole largos paseos por el parque. También me imaginaba a
mí y a Eva teniendo peleas horribles, y a ella insultándome de forma humillante
delante de la niña. Le expliqué que un matrimonio era reversible, pero tener un
hijo no lo era. El hecho de que nos quisiéramos no garantizaba que fuéramos
felices juntos, y yo no quería arriesgarme a criar a una niña infeliz.
"Entonces, para asegurarnos de que no sea infeliz, ¿sugieres que la
matemos antes de que nazca?". preguntó Eva con una sonrisa triste. Luego
dijo: "Vale, llamaré a mi ginecólogo y pediré cita".<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">La llevé a la
clínica en el coche de un amigo. </span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">No hablamos en todo el
trayecto. De hecho, desde que le dije que quería que abortara, no nos habíamos
visto y apenas habíamos hablado. No es que hubiéramos roto oficialmente, pero
era obvio para ambos que era el final. La enfermera de la clínica nos recibió
con expresión hosca y nos dijo que había habido una pequeña complicación en el
último tratamiento y que se estaban retrasando. Le trajo a Eva un vaso de agua
y nos pidió que esperásemos pacientemente. Mientras estábamos allí sentadas,
Eva me recordó que dentro de cuatro semanas era mi cumpleaños. "Te enviaré
por correo electrónico el vale para el paracaidismo", me dijo, "no te
lo pierdas, es una experiencia increíble". </span><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Me di cuenta de que era su forma de decirme que no iba
a venir: no estaría allí conmigo cuando se abriera el paracaídas, cuando por
primera vez en mi vida sentiria alivio. </span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Al cabo de dos horas, la
hosca enfermera se acercó y dijo que Eva era la siguiente y que debía seguirla
para ponerse una bata. Le pregunté si podía acompañarla, y la enfermera me dijo
que no se permitían acompañantes en la zona de operaciones y que la vería
después, en recuperación. Y entonces todo el edificio empezó a temblar. </span><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">No duró mucho, pero me pareció una eternidad, y a
través de las ventanas pudimos ver cómo se derrumbaba un rascacielos de treinta
pisos. </span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Daba
miedo. </span><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Quizá lo más aterrador
que había visto en mi vida, y en cuanto terminó, la enfermera gritó a todo el
mundo que evacuara el edificio inmediatamente.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Eva no abortó aquel día. Ella y yo pasamos la semana
siguiente al terremoto escarbando entre los escombros con un grupo de
voluntarios de Neighborhood Watch. Durante los tres primeros días apenas
hablamos, y al cuarto no apareció, y uno de los voluntarios me dijo que se iba
a someter a "un procedimiento médico". Cuando le pregunté al día
siguiente, se negó a decirme una palabra. No pudimos sacar a nadie con vida,
pero recuperamos muchos cadáveres. Uno de los edificios a los que nos enviaron
era en el que vivíamos Gabriella y yo. Todo el edificio se había derrumbado y,
cuando excavamos en él, temí encontrar el cadáver de alguien conocido: la
anciana Paula, o los hijos de la pareja de tacaños que había comprado nuestro
piso. "Te dije que tenías un buen divorcio", dijo Eva, y me dedicó su
sonrisa torcida. "Piénsalo: si Gabriella y tú siguierais juntos, ahora
estaría sacándote de entre los escombros". Cerré los ojos e intenté
imaginármelo, pero la única imagen que me vino a la mente fue la de aquel día
en la clínica, cuando la tierra tembló como si alguien allí arriba quisiera que
reconsiderara todo aquello.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">El día de mi 35 cumpleaños hice paracaidismo. En lugar
de estar atado a Eva, estaba atado a un instructor de voz grave llamado Carlos.
Carlos era sordo, así que gritaba en vez de hablar. "¡No te
preocupes!", me gritó al oído un segundo antes de que saltáramos del
avión, "¡no tienes que hacer nada más que caer!". Caímos del avión
juntos como piedras. Recordé que Eva me había dicho una vez que, antes de cada
inmersión, se aseguraba de plegar ella misma el paracaídas y el paracaídas de
reserva. "Después de saltar de un avión con alguien cuyo paracaídas no se
abre, empiezas a plegar el tuyo", me había dicho. El suelo aún estaba
lejos, pero se acercaba rápidamente. Pronto se abriría el paracaídas, y a eso
podría seguirle el alivio. </span><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">"¿Listo?"
gritó Carlos. Asentí con la cabeza. Tiró de la cuerda.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 13.9pt; margin-bottom: 7.5pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 12.0pt; mso-outline-level: 5;"><b><span lang="ES-MX" style="color: #404040; font-family: "Segoe UI",sans-serif; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 13.9pt; margin-bottom: 7.5pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 12.0pt; mso-outline-level: 5;"><b><i><span style="color: #404040; font-family: "Segoe UI",sans-serif; font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">For Diego</span></i></b><b><span style="color: #404040; font-family: "Segoe UI",sans-serif; font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 19.5pt; margin-bottom: 15.0pt;"><span style="color: #404040; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Two days after
Gabriella and I broke up, I joined the Neighborhood Watch. When we lived
together, we had a clear division of labor: I took care of the bureaucratic
sides of life – banks, taxes, utility bills – and Gabriella was in charge of
everything to do with generosity and kindness – feeding stray cats; helping our
elderly, blue-haired neighbor, Paula; making a salami sandwich every morning
for the homeless addict on our street corner. Sometimes I thought it would be
good to switch for a while, even just for a week, so that while Gabriella was
at the bank arguing over mortgage payments, I could wander the streets doing
good deeds with a dreamy look on my face. But I didn’t suggest it. Not even
during our ugliest fights. I knew that just as Gabriella wouldn’t be any good
sitting through unpleasant meetings with the pocked-face deputy bank manager, I
didn’t have much talent as a do-gooder. Once I was on my own, though, I not
only had the usual struggle for daily survival, but I also had to take on the
grind of contributing to society. Volunteering with the Neighborhood Watch
might not have solved all of Mexico City’s problems, but it did a great job of
clearing my conscience.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 19.5pt; margin-bottom: 15.0pt;"><span style="color: #404040; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">
We sold our apartment to a well-groomed couple with four polite and beautiful
children. When we’d bought it, we thought we were going to have a few kids of
our own one day, which is why we insisted on a big apartment. But we soon got
too busy working and fighting, and the plan to have kids was postponed. Still,
for the three years of our marriage, there wasn’t a day when I didn’t hate
myself for not pressuring Gabriella to have a child. I think that, deep down,
more than I wanted to live with her, I wanted a child from her. A living
creature who would have her beauty, generosity, and positivity, but also something
of me: a good-looking, tolerable version of myself.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 19.5pt; margin-bottom: 15.0pt;"><span style="color: #404040; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">The well-groomed
couple bled me dry. The woman argued over every <i>peso</i>, while her
husband walked around the apartment like a hunting dog, tapping on the walls to
locate invisible leaks. In the end we sold them the apartment for much less
than we’d bought if for, but it was enough to pay off our monstrous mortgage.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 19.5pt; margin-bottom: 15.0pt;"><span style="color: #404040; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">After the divorce,
Gabriella and I both moved into a cheaper neighborhood. I rented a one-bedroom
apartment on the seventh floor of a building with a doorman who must have been
a hundred. His father was a priest who’d fought in the Cristero War, and the
building had a creaky elevator that was even older than the doorman, which I
stopped using after I got stuck a few times. Gabriella lived a couple of blocks
away, in an equally tiny but better-lit and more civilized apartment. She put a
hand-woven Peruvian rug on her living room floor, planted wildflowers in boxes
outside every window, and even hung one of our wedding pictures on the
refrigerator door. I once asked her why, and she said my expression in the
photo made her laugh. “It’s our wedding day,” she said with a grin, “and look
at your face, your hunched shoulders, your straining – you look less like a
groom, more like someone with constipation.”<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 19.5pt; margin-bottom: 15.0pt;"><span style="color: #404040; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">We had dinner together
every Tuesday, sometimes at a restaurant and sometimes at her place. While we
ate, she always told me stories about her work and about all her ideas for
philanthropic startups: an app that would let wealthy people send food they
weren’t eating straight from their fridges to the homes of needy families; a
website where you could donate volunteer hours for a worthy cause; a mobile
library that would drive around impoverished neighborhoods and hold story-times
and activities for kids. When we were married, my job was to explain to her why
all her wonderful yet naïve ideas could never work, but now that we were
divorced, I could just nod and drink too much wine. One time I got so drunk
that I spent the night at her place, on the rug. And even though she was still
as beautiful as an angel and I was still as horny as a bonobo and as lonely as
a dog, I didn’t try anything. When we’d first met, I believed that if we could
only talk, kiss and fuck enough, something about her would stick to me, and all
the things that fascinated her and bored me to death would suddenly seem
captivating. She might have had similar thoughts. But now it was clear to us
both that it would never happen. That I would keep loving her infinite
kindness, and she would keep loving whatever it was she’d found to love in me,
and that was exactly as far as it would go: mutual feelings, dinner once a
week, and innocent conversations that sounded as if they were engaging with our
world but in fact hovered a couple of inches above it.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 19.5pt; margin-bottom: 15.0pt;"><span style="color: #404040; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">* * *<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 19.5pt; margin-bottom: 15.0pt;"><span style="color: #404040; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">When I told Gabriella
I’d joined the Neighborhood Watch, she was enthusiastic: “I bet you'll meet
some nice people there. People who volunteer are always nice.” The weekly
meetings were the weirdest thing in the world. Of the fourteen people who
joined, only me and the instructor, Eva, were under sixty, and it was like
going to a Scouts meeting: a little first aid, theory lessons on how to use a
weapon, and even some Krav Maga, which Eva always insisted on demonstrating on
me. When we started going out, she told me that was a heavy hint that I’d
missed.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 19.5pt; margin-bottom: 15.0pt;"><span style="color: #404040; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Eva was only four
years older than me, but she’d already done more than I would probably achieve
in three lifetimes. She was born in Buenos Aires, studied philosophy at
university, was licensed to fly a twin-engine plane, and had completed a
sky-diving course. She’d also travelled all over the world, taught Spanish in
Europe, English in Japan, and Japanese in Uruguay. She’d moved to Mexico eight
years earlier, because of a man. They got married, had a child, and got
divorced. “But not a good divorce like yours,” she said, “ours was the worst
kind.” I told her there was no such thing as a good divorce, but she disagreed:
“Of course there is, you’re just too young and spoiled to understand.”<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 19.5pt; margin-bottom: 15.0pt;"><span style="color: #404040; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">The first thing Eva
and her husband fought over after they split up was their son. The court gave
them joint custody, which meant Eva had to stay in Mexico City. Then they
fought over what little money they had, and after they were done fighting about
that, they kept finding other things to fight about, and there wasn’t a single
time her husband came to pick up the boy that didn’t end with a shouting match.
Eva called her husband ‘the donkey,’ even in front of the kid, and according to
her stories, he had even worse names for her.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 19.5pt; margin-bottom: 15.0pt;"><span style="color: #404040; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">One night in bed, she
started trashing him again and I asked why she’d moved in with him in the first
place. Eva thought for a moment, laughed awkwardly, and said it was simply
because he was the most mind-blowing fuck. “I’ve been with quite a few men,”
she said, “but with that asshole? It was celestial.” After that, we fucked too.
It was an earthly fuck, but a good one. And then she told me that for my 35th
birthday, in November, she’d booked us a tandem skydive. I would be tied to her
the whole way down, she explained, “And when the parachute opens, for the first
time in your confined, rigid life, you’ll sense relief.” “Is that what you
think about my life?” I asked, trying to sound hurt. Eva stroked the hair on my
chest and said, “You’ve let gravity crush you for thirty-five years, amigo.
It’s time to let go.”<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 19.5pt; margin-bottom: 15.0pt;"><span style="color: #404040; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">I think that was the
night Eva got pregnant. She found out a few weeks later. She said it was her
last chance to have another child, and that if this was something I wanted,
then great, and if not, she wouldn’t force it, she was willing to have an abortion.
I thought about it for two days. I could picture myself bathing the baby in the
bathtub, taking her for long walks in the park. I also imagined me and Eva
having horrible fights, and her calling me humiliating names in front of the
girl. I explained to her that a marriage was reversible, but having a child was
something you couldn’t take back. The fact that we loved each other didn’t
guarantee that we could be happy together, and I didn’t want to risk raising an
unhappy child. “So to make sure she isn’t unhappy, you’re suggesting we kill
her before she’s born?” Eva asked with a doleful smile. Then she said, “Okay,
I’ll call my gynecologist and make an appointment.”<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 19.5pt; margin-bottom: 15.0pt;"><span style="color: #404040; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">I drove her to the
clinic in a friend’s car. We didn’t talk the whole way. In fact, ever since I’d
told her I wanted her to get the abortion, we hadn’t seen each other at all and
had hardly spoken. It’s not that we’d officially broken up, but it was obvious
to both of us that it was the end. The nurse at the clinic greeted us with a
surly expression and said there’d been a slight complication in the last
treatment and they were running late. She brought Eva a glass of water and
asked us to wait patiently, and while we sat there, Eva reminded me that it was
my birthday in four weeks. “I’ll email you the skydive voucher,” she said,
“don’t miss out on it, it’s an incredible experience.” I realized that was her
way of telling me she wasn’t coming: she wouldn’t be there with me when the
parachute opened, when for the first time in my life I felt relief. After two
hours, the surly nurse came over and said Eva was next and she should follow
her to change into a gown. I asked if I could go with her, and the nurse said
chaperones weren’t allowed in the surgery area and that I would see her
afterwards, in recovery. And then the whole building started shaking. It didn’t
last long, but it felt like an eternity, and through the windows we could see a
thirty-floor skyscraper simply collapsing. It was scary. Maybe the scariest
thing I’d ever seen, and the second it was over, the surly nurse yelled at
everyone to evacuate the building immediately.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 19.5pt; margin-bottom: 15.0pt;"><span style="color: #404040; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Eva did not get the
abortion that day. She and I spent the week after the earthquake digging
through the wreckage with a group of Neighborhood Watch volunteers. For the
first three days we barely spoke, and on the fourth day she didn’t turn up, and
one of the volunteers told me she was having “a medical procedure.” When I
asked her about it the next day, she refused to say a word to me. We weren’t
able to get anyone out alive, but we did recover a lot of bodies. One of the
buildings we were sent to was the one Gabriella and I used to live in. The
entire building had crumbled, and when we dug through it, I was afraid to find
the body of someone I knew: the elderly Paula, or the kids of the cheapskate
couple who’d bought our apartment. “I told you you had a good divorce,” said
Eva, and gave me her crooked smile, “think about it: if you and Gabriella were
still together, I’d be digging you out of the rubble now.” I closed my eyes and
tried to imagine that, but the only picture that came to my mind was from that
day at the clinic, when the earth shook as if someone up there wanted me to
reconsider the whole thing.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 19.5pt; margin-bottom: 15.0pt;"><span style="color: #404040; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">On my 35th birthday, I
went skydiving. Instead of being tied to Eva, I was tied to a gravelly-voiced
instructor named Carlos. Carlos was hard of hearing, so he shouted instead of
talking. “Don’t worry!” he screamed into my ear a second before we jumped out
of the plane, “you don’t need to do anything except fall!” We dropped from the
plane together like stones. I remembered Eva once telling me that before every
dive, she made sure to fold the parachute and the reserve parachute herself.
“After you jump out of a plane with someone whose parachute doesn’t open, you
start folding your own,” she’d said. The ground beneath me was still far away
but it was getting closer fast. Soon the parachute would open, and that might
be followed by the relief. “Ready?” Carlos yelled. I nodded. He pulled the
string.<o:p></o:p></span></p><br /><p></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-365337135112848979.post-86677768301046425082024-02-15T11:52:00.000-08:002024-02-15T11:52:46.765-08:00Esta noche en Samarcanda , fabula de origen persa<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEg_rgZ45ckviTcdRNSZFTh7p4sPvYHwOaufEhRja9FZJx67mAKPv09c3LODZMumESxBzaLHpEh8dsamx2ovVzglX56U4dqPeT8tMCJWFbzO4uSBOQASM7mifImm7zi3aBD8yKY3MePL2eCJGWr3U56bFtdwi_GAGSRc97BxlyRGhrlIRx9RIbLiM1HdYog" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="662" data-original-width="1024" height="207" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEg_rgZ45ckviTcdRNSZFTh7p4sPvYHwOaufEhRja9FZJx67mAKPv09c3LODZMumESxBzaLHpEh8dsamx2ovVzglX56U4dqPeT8tMCJWFbzO4uSBOQASM7mifImm7zi3aBD8yKY3MePL2eCJGWr3U56bFtdwi_GAGSRc97BxlyRGhrlIRx9RIbLiM1HdYog" width="320" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><br /></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">La
historia más célebre que se refiere a la muerte es de origen persa. Así la
cuenta Farid ud-Din Attar.<br />
Una mañana, el califa de una gran ciudad vio que su primer visir se presentaba
ante él en un estado de gran agitación. Le preguntó por la razón de aquella
aparente inquietud y el visir le dijo:<br />
—Te lo suplico, deja que me vaya de la ciudad hoy mismo.<br />
—¿Por qué?<br />
—Esta mañana, al cruzar la plaza para venir a palacio, he notado un golpe en el
hombro. Me he vuelto y he visto a la muerte mirándome fijamente.<br />
—¿La muerte?<br />
—Sí, la muerte. La he reconocido, toda vestida de negro con un chai rojo. Allí
estaba, y me miraba para asustarme. Porque me busca, estoy seguro. Deja que me
vaya de la ciudad ahora mismo. Cogeré mi mejor caballo y esta noche puedo
llegar a Samarkanda.<br />
—¿De verdad que era la muerte? ¿Estás seguro?<br />
—Totalmente. La he visto como te veo a ti. Estoy seguro de que eres tu y estoy
seguro de que era ella. Deja que me vaya, te lo ruego.<br />
El califa, que sentía un gran afecto por su visir, lo dejó partir. El hombre
regresó a su morada, ensilló el mejor de sus caballos y, en dirección a
Samarkanda, atravesó al galope una de las puertas de la ciudad.<br />
Un instante después el califa, a quien atormentaba un pensamiento secreto,
decidió disfrazarse, como hacía a veces, y salir de su palacio. Solo, fue hasta
la gran plaza, rodeado por los ruidos del mercado, buscó a la muerte con la
mirada y la vio, la reconoció. El visir no se había equivocado lo más mínimo.
Ciertamente era la muerte, alta y delgada, vestida de negro, con el rostro
medio cubierto por un chai rojo de algodón. Iba por el mercado de grupo en
grupo sin que nadie se fijase en ella, rozando con el dedo el hombro de un
hombre que preparaba su puesto, tocando el brazo de una mujer cargada de menta,
esquivando a un niño que corría hacia ella.<br />
El califa se dirigió hacia la muerte. Esta, a pesar del disfraz, lo reconoció
al instante y se inclinó en señal de respeto.<br />
—Tengo que hacerte una pregunta —le dijo el califa en voz baja.<br />
—Te escucho.<br />
—Mi primer visir es todavía un hombre joven, saludable, eficaz y probablemente
honrado. Entonces, ¿por qué esta mañana cuando él venía a palacio, lo has
tocado y asustado? ¿Por qué lo has mirado con aire amenazante?<br />
La muerte pareció ligeramente sorprendida y contestó al califa:<br />
—No quería asustarlo. No lo he mirado con aire amenazante. Sencillamente,
cuando por casualidad hemos chocado y lo he reconocido, no he podido ocultar mi
sorpresa, que él ha debido tomar como una amenaza.<br />
—¿Por qué sorpresa? —preguntó el califa.<br />
—Porque —contestó la muerte— no esperaba verlo aquí. </span><span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Tengo una cita con él esta noche en Samarkanda. </span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-365337135112848979.post-24130130141637804722023-12-09T15:47:00.000-08:002023-12-09T15:47:21.573-08:00Diti Ronen (1952, Tel Aviv, Israel) <p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><i><b> </b></i></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><i><b><br /></b></i></span></div><p></p><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><i><b><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEg1tNtcaYdDxbt422A01tYgDwa7mvKQY-loYE_o_tFxQ6AF-jXJ6JGpWlyn17DOExIL8R1qc-9zWFTZ3_QNGw6POpsLVoYWY5t3kKudGQQhTPhctmNmiuWDTr1xVq4AinitaHgMN7NcWKOs-p5YG0ilbZoiuPahoF2uPjymtMA8NGIusfq0HhD1ghddLn8" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="798" data-original-width="1200" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEg1tNtcaYdDxbt422A01tYgDwa7mvKQY-loYE_o_tFxQ6AF-jXJ6JGpWlyn17DOExIL8R1qc-9zWFTZ3_QNGw6POpsLVoYWY5t3kKudGQQhTPhctmNmiuWDTr1xVq4AinitaHgMN7NcWKOs-p5YG0ilbZoiuPahoF2uPjymtMA8NGIusfq0HhD1ghddLn8" width="320" /></a></div><br /><br /></div><br /><br /></b></i></span><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><i><b><br /></b></i></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><i><b><br /></b></i></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><i><b>Pesadillas</b></i></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">1. escribo, vale decir, intento hacerlo<o:p></o:p></i></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Separar un abismo de otro,<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">oscuridad de oscuridad,<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">dolor de dolor.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Separar un temor de otro,<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">miedos de miedos,<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">preocupaciones.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Separar una angustia de otra angustia<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">un apremio de otro,<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">silencios entre sí.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Diferenciar un mundo de otro mundo<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">encontrar el camino<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">volver a mí.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Tal vez las palabras<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">triunfen<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">retomen sus lugares:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">el llanto de un bebé<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">será sólo<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">el llanto de un bebé<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">y golpes en la puerta<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">serán simples<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">golpes en la puerta.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></i></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">2.
de pronto, en mitad de esta maldita guerra<o:p></o:p></span></i></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">El lastimoso piar<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">de un pajarito<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">desgarra<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">el silencio nocturno<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">e intento hallar mi rumbo<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">descalza, hasta el árbol,<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">para salvarlo<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">en medio de la gran oscuridad<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">que nos rodea.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Traducción: Gerardo Lewin<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-365337135112848979.post-77117378581778141642023-11-24T17:10:00.000-08:002023-11-24T17:10:20.789-08:00Yevgueni Yevtushenko ( Nizhneúdinsk, provincia de Irkutsk, 1932-Tulsa, Oklahoma; 2017)<p><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgAGcdge4HO3hc66nNF-dMyxUtkptorIqUbGGWdryJLE6cJAcxbVlF6kms-Nl88WLOuwBLoBgAmlf6rl3rynZiIjQyU722WI5a7EQl_mqxLYySuuqXRXvhWCzpEpz1wyPYoQT0iL7DBajQrEnzktaq6s8oCOfm0R9rvPRsnEBvnQXlk-hQ_rzRMLtQL9oU" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="2048" data-original-width="1495" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgAGcdge4HO3hc66nNF-dMyxUtkptorIqUbGGWdryJLE6cJAcxbVlF6kms-Nl88WLOuwBLoBgAmlf6rl3rynZiIjQyU722WI5a7EQl_mqxLYySuuqXRXvhWCzpEpz1wyPYoQT0iL7DBajQrEnzktaq6s8oCOfm0R9rvPRsnEBvnQXlk-hQ_rzRMLtQL9oU" width="175" /></a></div><br /><p></p><p><i><b><br /></b></i></p><p><i><b><br /></b></i></p><p><i><b><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span>Intentando Maldecir</b></i></p><p><br /></p><header style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #333333; font-family: "PT Serif", serif; font-size: 16px;"><div class="text-center" style="box-sizing: border-box; text-align: center;"><p class="text-smaller" style="box-sizing: border-box; font-size: 0.8em; margin: 0px 0px 11px;"></p></div></header><center style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #333333; font-family: "PT Serif", serif; font-size: 16px;"><table border="0" bordercolor="#111111" cellpadding="0" cellspacing="0" class="table-center" style="background-color: rgba(0, 0, 0, 0); border-collapse: collapse; border-spacing: 0px; table-layout: fixed;"><tbody style="box-sizing: border-box;"><tr style="box-sizing: border-box;"><td style="box-sizing: border-box; padding: 0px;"><p style="box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 11px;">Acercándome una vez a la búsqueda de lo eterno<br style="box-sizing: border-box;" />una noche en que mi alma era oscura y confusa<br style="box-sizing: border-box;" />susurré el único rezo que sabía:<br style="box-sizing: border-box;" />“Oh Dios, ten compasión de mí, arrúllame por favor”.</p><p style="box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 11px;">Y Dios nos perdona y nos arrulla<br style="box-sizing: border-box;" />sin embargo un poco desamparado se encoge de hombros<br style="box-sizing: border-box;" />de tanta misericordia que él ha otorgado<br style="box-sizing: border-box;" />a la inmensa ingratitud del ser humano.</p><p style="box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 11px;">Es claro que sus propias criaturas asustan a Dios.<br style="box-sizing: border-box;" />Le ponen cualquier nombre que deseen<br style="box-sizing: border-box;" />Jehová, Buda, Alá.<br style="box-sizing: border-box;" />Él es solo uno y está muy cansado de ser Dios.</p><p style="box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 11px;">Si él pudiera hacerse inmaterial<br style="box-sizing: border-box;" />o estrecharse hasta el tamaño de un ídolo de bolsillo<br style="box-sizing: border-box;" />él tranquilamente se arrancaría y se escondería<br style="box-sizing: border-box;" />en un lugar aislado para no saber de nuestras bocas babeantes.</p><p style="box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 11px;">Pero esconderse no tiene sentido para él<br style="box-sizing: border-box;" />ni menos ser sumiso como un esclavo africano.<br style="box-sizing: border-box;" />Dios siempre necesita creer en Dios<br style="box-sizing: border-box;" />pero en el mundo no hay dioses para Dios.</p><p style="box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 11px;">Y cuando descuidemos nuestras propias obligaciones,<br style="box-sizing: border-box;" />volviendo otra vez a molestarlo con pequeñitas<br style="box-sizing: border-box;" />y podridas peticiones ¿a quién entonces él dirigirá su propio rezo:<br style="box-sizing: border-box;" />“Oh Dios, ten compasión de mí, arrúllame por favor”?</p></td></tr></tbody></table></center>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-365337135112848979.post-66248824408161234222023-11-10T15:36:00.001-08:002023-11-10T15:36:02.868-08:00" Potro Salvaje" cuento de Horacio Quiroga<div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjuGylKFX-ZKpK_BmqgmN8iPOazpTTRbWIQkKWzxZUb-dMezvUDmqmGeoEvREFt0QRGL4SWt8uYwRvP7skuN7BKMlNSKibFi0GqkexMlDv61QmmgN3Amge2u7W4vJQI61z9qSVods_FG_G0bgWoYvB9Xmq9l2loTgJn9Cwgscyqjvu3JxqgVE546JicSBI" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="640" data-original-width="640" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjuGylKFX-ZKpK_BmqgmN8iPOazpTTRbWIQkKWzxZUb-dMezvUDmqmGeoEvREFt0QRGL4SWt8uYwRvP7skuN7BKMlNSKibFi0GqkexMlDv61QmmgN3Amge2u7W4vJQI61z9qSVods_FG_G0bgWoYvB9Xmq9l2loTgJn9Cwgscyqjvu3JxqgVE546JicSBI" width="240" /></a></div><br /><br /></div><div><br /></div><div><br /></div>Era un caballo, un joven potro de corazón ardiente, que llegó del desierto a la ciudad, a vivir del espectáculo de su velocidad.
Ver correr aquel animal era, en efecto, un espectáculo considerable. Corría con la crin al viento y el viento en sus dilatadas narices. Corría, se estiraba; y se estiraba más aún, y el redoble de sus cascos en la tierra no se podía medir. Corría sin regla ni medida, en cualquier dirección del desierto y a cualquier hora del día. No existían pistas para la libertad de su carrera, ni normas para el despliegue de su energía. Poseía extraordinaria velocidad y un ardiente deseo de correr. De modo que se daba todo entero en sus disparadas salvajes, y esta era la fuerza de aquel caballo.
A ejemplo de los animales muy veloces, el joven potro tenía pocas aptitudes para el arrastre. Tiraba mal, sin coraje ni bríos ni gusto. Y como en el desierto apenas alcanzaba el pasto para sustentar a los caballos de pesado tiro, el veloz animal se dirigió a la ciudad a vivir de sus carreras.
En un principio entregó gratis el espectáculo de su gran velocidad, pues nadie hubiera pagado una brizna de paja por verlo -ignorantes todos del corredor que había en él. En las bellas tardes, cuando las gentes poblaban los campos inmediatos a la ciudad -y sobre todo los domingos-, el joven potro trotaba a la vista de todos, arrancaba de golpe, deteníase, trotaba de nuevo husmeando el viento, para lanzarse por fin a toda velocidad, tendido en una carrera loca que parecía imposible de superar y que superaba a cada instante, pues aquel joven potro, como hemos dicho, ponía en sus narices, en sus cascos y su carrera, todo su ardiente corazón.
Las gentes quedaron atónitas ante aquel espectáculo que se apartaba de todo lo que acostumbraban ver, y se retiraron sin apreciar la belleza de aquella carrera.
“No importa -se dijo el potro, alegremente-. Iré a ver a un empresario de espectáculos y ganaré, entretanto, lo suficiente para vivir.”
De qué había vivido hasta entonces en la ciudad, apenas él podía decirlo. De su propia hambre, seguramente, y de algún desperdicio desechado en el portón de los corralones.
Fue, pues, a ver a un organizador de fiestas.
-Yo puedo correr ante el público -dijo el caballo- si me pagan por ello. No sé qué puedo ganar; pero mi modo de correr ha gustado a algunos hombres.
-Sin duda, sin duda… -le respondieron-. Siempre hay algún interesado en estas cosas… No es cuestión, sin embargo, de que se haga ilusiones… Podríamos ofrecerle, con un poco de sacrificio de nuestra parte…
El potro bajó los ojos hacia la mano del hombre, y vio lo que le ofrecían: era un montón de paja, un poco de pasto ardido y seco.
-No podemos más… Y, asimismo…
El joven animal consideró el puñado de pasto con que se pagaban sus extraordinarias dotes de velocidad, y recordó las muecas de los hombres ante la libertad de su carrera, que cortaba en zigzag las pistas trilladas.
“No importa -se dijo alegremente-. Algún día se divertirán. Con este pasto ardido podré, entretanto, sostenerme.”
Y aceptó contento, porque lo que él quería era correr.
Corrió, pues, ese domingo y los siguientes, por igual puñado de pasto cada vez, y cada vez dándose con toda el alma en su carrera. Ni un solo momento pensó en reservarse, engañar, seguir las rectas decorativas, para halago de los espectadores que no comprendían su libertad. Comenzaba el trote como siempre con las narices de fuego y la cola en arco; hacia resonar la tierra en sus arranques, para lanzarse por fin a escape a campo traviesa, en un verdadero torbellino de ansia, polvo y tronar de cascos. Y por premio, su puñado de pasto seco que comía contento y descansado después del baño.
A veces, sin embargo, mientras trituraba su joven dentadura los duros tallos, pensaba en las repletas bolsas de avena que veía en las vidrieras, en la gula de maíz y alfalfa olorosa que desbordaba de los pesebres.
“No importa -se decía alegremente-. Puedo darme por contento con este rico pasto.”
Y continuaba corriendo con el vientre ceñido de hambre, como había corrido siempre.
Poco a poco, sin embargo, los paseantes de los domingos se acostumbraron a su libertad de carrera, y comenzaron a decirse unos a otros que aquel espectáculo de velocidad salvaje, sin reglas ni cercas, causaba una bella impresión.
-No corre por las sendas, como es costumbre -decían-, pero es muy veloz. Tal vez tiene ese arranque porque se siente más libre fuera de las pistas trilladas. Y se emplea a fondo.
En efecto, el joven potro, de apetito nunca saciado y que obtenía apenas de qué vivir con su ardiente velocidad, se empleaba siempre a fondo por un puñado de pasto, como si esa carrera fuera la que iba a consagrarlo definitivamente. Y tras el baño, comía contento su ración, la ración basta y mínima del más oscuro de los más anónimos caballos.
“No importa -se decía alegremente-. Ya llegará el día en que se diviertan…”
El tiempo pasaba, entretanto. Las voces cambiadas entre los espectadores cundieron por la ciudad, traspasaron sus puertas, y llegó por fin un día en que la admiración de los hombres se asentó confiada y ciega en aquel caballo de carrera. Los organizadores de espectáculos llegaron en tropel a contratarlo, y el potro, ya de edad madura, que había corrido toda su vida por un puñado de pasto, vio tendérsele en disputa apretadísimos fardos de alfalfa, macizas bolsas de avena y maíz -todo en cantidad incalculable-, por el solo espectáculo de una carrera.
Entonces el caballo tuvo por primera vez un pensamiento de amargura, al pensar en lo feliz que hubiera sido en su juventud si le hubieran ofrecido la milésima parte de lo que ahora le introducían gloriosamente en el gaznate.
“En aquel tiempo -se dijo melancólicamente- un solo puñado de alfalfa como estímulo, cuando mi corazón saltaba de deseos de correr, hubiera hecho de mi al más feliz de los seres. Ahora estoy cansado.”
En efecto, estaba cansado. Su velocidad era, sin duda, la misma de siempre, y el mismo el espectáculo de su salvaje libertad. Pero no poseía ya el ansia de correr de otros tiempos. Aquel vibrante deseo de tenderse a fondo, que antes el joven potro entregaba alegre por un montón de paja, precisaba ahora toneladas de exquisito forraje para despertar.
El triunfante caballo pesaba largamente las ofertas, calculaba, especulaba finalmente con sus descansos. Y cuando los organizadores se entregaban por último a sus exigencias, recién entonces sentía deseos de correr. Corría entonces, como él solo era capaz de hacerlo; y regresaba a deleitarse ante la magnificencia del forraje ganado.
Cada vez, sin embargo, el caballo era más difícil de satisfacer, aunque los organizadores hicieran verdaderos sacrificios para excitar, adular, comprar aquel deseo de correr que moría bajo la presión del éxito. Y el potro comenzó entonces a temer por su prodigiosa velocidad, si la entregaba toda en cada carrera. Corrió entonces, por primera vez en su vida, reservándose, aprovechándose cautamente del viento y las largas sendas regulares. Nadie lo notó -o por ello fue acaso más aclamado que nunca-, pues se creía ciegamente en su salvaje libertad para correr.
Libertad… No, ya no la tenía. La había perdido desde el primer instante en que reservó sus fuerzas para no flaquear en la carrera siguiente. No corrió más a campo traviesa ni a fondo ni contra el viento. Corrió sobre sus propios rastros más fáciles, sobre aquellos zigzag que más ovaciones habían arrancado. Y en el miedo siempre creciente de agotarse, llegó el momento en que el caballo de carrera aprendió a correr con estilo, engañando, escarceando cubierto de espumas por las sendas más trilladas. Y un clamor de gloria lo divinizó.
Pero dos hombres, que contemplaban aquel lamentable espectáculo, cambiaron algunas tristes palabras.
-Yo lo he visto correr en su juventud -dijo el primero-; y si uno pudiera llorar por un animal, lo haría en recuerdo de lo que hizo este mismo caballo cuando no tenía qué comer.
-No es extraño que lo haya hecho antes -dijo el segundo-. Juventud y hambre son el más preciado don que puede conceder la vida a un fuerte corazón. <div> Joven potro: Tiéndete a fondo en tu carrera, aunque apenas se te dé para comer. Pues si llegas sin valor a la gloria, y adquieres estilo para trocarlo fraudulentamente por pingüe forraje, te salvará el haberte dado un día todo entero por un puñado de pasto</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-365337135112848979.post-24834174304298763712023-10-29T12:02:00.000-07:002023-10-29T12:02:08.582-07:00 Panchatantra, Cuento XIX<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEioZ9UoQoARTce4NVXsrUzPgsMyhjrC69MxfD0F8YE7dZYxrDUCPsaLpBqCIgqn_5M7ppI6zrGpHKOSItjyP9BMvZ1hQtfpr6wXQQ9sHMv5FKJg78lYbJ57clMxo9Ezqz6zwM8yfEi78lhiGyteF_Io8la9MYkfgcL_lonMORle5isIN34n4ISAHA_FzZ8" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="411" data-original-width="560" height="235" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEioZ9UoQoARTce4NVXsrUzPgsMyhjrC69MxfD0F8YE7dZYxrDUCPsaLpBqCIgqn_5M7ppI6zrGpHKOSItjyP9BMvZ1hQtfpr6wXQQ9sHMv5FKJg78lYbJ57clMxo9Ezqz6zwM8yfEi78lhiGyteF_Io8la9MYkfgcL_lonMORle5isIN34n4ISAHA_FzZ8" width="320" /></a></div><br /><p></p><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">Vivían en un lugar dos amigos llamados Dharmabudhi y Papabudhi. Un día pensó Papabudhi: “Soy un tonto que me dejo dominar por la pobreza. Voy a coger a Dharmabudhi y marcharme con él a otro país.” Al otro día dijo a Dharmabudhi:</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">—¡Amigo!, cuando seas viejo, ¿qué podrás contar de ti? Sin haber visto extrañas tierras, ¿qué historias podrás contar a tus hijos? Pues se ha dicho:</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><em style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">Quien no ha conocido las diversas lenguas, </em><em style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">costumbres y demás cosas de los países extraños r</em><em style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">ecorriendo la superficie de la tierra, </em><em style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">no ha recogido el fruto de su nacimiento.</em><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">Así, pues:</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><em style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">El hombre no adquiere completamente la ciencia, la riqueza ni el arte si no recorre la Tierra admirando un país después de otro.</em><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">Gozoso Dharmabudhi al oír estas palabras, con permiso de sus mayores partió en día favorable y en compañía de aquél hacia un país extranjero. Allí, moviéndose Papabudhi, gracias a la capacidad de Dharmabudhi, adquirió una gran fortuna. Entonces, contentos ya los dos con la abundante riqueza que poseían se volvieron a casa muy impacientes. Pues se ha dicho:</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><em style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">Aquellos que han residido en tierra extraña adquiriendo ciencia, riqueza o arte, cuando vuelven a su casa la distancia de una kroza les parece de cien yojanas.</em><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">Pero cuando ya estaban cerca del pueblo, dijo Papabudhi a Dharmabudhi:</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">—Amigo, no conviene que llevemos a casa todo este dinero, porque nos lo pedirán la familia y los parientes. Ocultémosle bajo tierra, aquí en la espesura del bosque, y tomando sólo un poco, entremos en casa; luego, cuanto tengamos necesidad, nos reuniremos aquí los dos y nos lo llevaremos. Pues se ha dicho:</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><em style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">Nunca el sabio enseñará su riqueza por pequeña que ¿Esta sea; pues a la vista de ella dembia el corazón, aunque sea el de un asceta.</em><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">Así, pues:</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><em style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">Como los peces devoran su alimento en el agua, las bestias en la tierra y los pájaros en el aire, así el rico es saqueado en todas partes.</em><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">Al oír esto Dharmabudhi, dijo:</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">—Está bien, amigo, hagámoslo.</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">Hecho así, se fueron ambos hacia su casa, donde se acomodaron con toda felicidad. Pero otro día, de noche volvió Papabudhi al bosque, cogió todo el dinero, llenó el hoyo y se fue a casa. Luego, a pocos días, fue a verle Dharmabudhi, y le dijo:</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">—¡Amigo!, como tengo tan numerosa familia, estamos ya sin dinero; vamos, pues, y saquemos de aquel sitio un poco de dinero.</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">—Amigo- contestó aquél—, hagámoslo así.</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">Mas cuando llegados al sitio cavaron en él, vieron ambos vacío el depósito. Dándose entonces Papabudhi un golpe en la cabeza, dijo:</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">—¡Ah, Dharmabudhi!; tú te has llevado el dinero y nadie más; y señal de ello es que has cubierto de nuevo el hoyo. Dame, pues, la mitad-, si no, te denuncio a la justicia.</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">—¡Ah, criminal! —dijo aquél—; no digas eso, que yo sin ninguna duda soy de conciencia recta, y nunca cometo un acto de ladrón. Y se ha dicho:</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><em style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">Aquel que mira a la mujer de otro como a su madre, las riquezas ajenas como terrones del suelo y a todas las criaturas como a sí mismo, es verdadero sabio.</em><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">Disputando los dos llegaron a casa del ministro de la justicia y le enteraron del hecho, acusándose mutuamente. Y como los encargados de la administración de justicia dispusieron que se celebrara un juicio de Dios, cuando se les obligaba a él, dijo entonces</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">Papabudhi:</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">—¡Ah!, aquí no se ha cumplido con el procedimiento, pues se ha dicho:</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><em style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">Cuando surge una disputa, lo primero que procede es la prueba documental; a falta de esta, los testigos, y sólo cuando tampoco los haya, aconsejan los prudentes el juicio de Dios.</em><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">Y en este pleito son mis testigos las divinidades del bosque. Que se les pregunte, pues; ellas dirán quién de nosotros dos es el justo o el ladrón. Entonces dijeron todos:</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">—Verdad es lo que acabas de decir. Porque se ha dicho:</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><em style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">Cuando en un pleito se presenta un testigo, aunque este sea un hombre de la última clase, no procede el juicio de Dios. ¡Cuanto menos sí son testigos las divinidades!</em><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">Y nosotros tenemos gran curiosidad por ver el fin de este pleito; así que mañana por la mañana habéis de venir con nosotros allí al sitio del bosque. En seguida se fue Papabudhi a casa y dijo a su padre:</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">—Padre, esta gran cantidad de dinero se la he robado yo a Dharmabudhi, y con una sola palabra tuya quedará en disposición de que la disfrutemos como un maduro fruto. De otro modo desaparecerá junto con mi vida.</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">—Hijo mío —contestó aquél; di pronto lo que se ha de decir, para que asegure yo esta fortuna.</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">—Padre —dijo Papabudhi—; hay en esta región un gran Zami en cuyo tronco hay un gran hueco. Te vas y te metes en él enseguida; y mañana por la mañana, cuando yo pronuncie el juramento, di entonces: Dharmabudhi es el ladrón.</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">Así se hizo; al día siguiente por la mañana tomó un baño Papabudhi, y siguiendo a Dharmabudhi en compañía de los jueces, al llegar junto al Zami, dijo con voz penetrante:</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><em style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">El Sol y la Luna, el Viento y el Fuego, el Cielo,</em><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><em style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">la Tierra, el Agua, el Corazón y Yama,</em><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><em style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">el Día y la Noche y los dos Crepúsculos,</em><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><em style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">y sobre todo Dharma, conocen la conducta del hombre.</em><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">—Decid, pues, divinidades del bosque, cuál de nosotros dos es el ladrón.</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">El padre de Papabudhi, que estaba en el hueco del Zamí, dijo: «Dharmabudhi es el ladrón.» Admirados y con los ojos abiertos quedaron todos los jueces al oír esto; y mientras buscaban mirando en el Código la pena que debían imponer a Dharmabudhi, proporcionada a la suma que había robado, recogió éste buen montón de combustible y cercando con él el tronco del Zami, le prendió fuego. Y encendido el tronco del Zami, salió de él el padre de Papabudhi dando gritos de dolor, con el cuerpo medio quemado y los ojos espantados. Preguntado entonces por todos ellos, contóles todo lo hecho por Papabudhi. En seguida los jueces hicieron colgar a Papabudhi de una rama del Zamí, y dando la enhorabuena de Dharmabudhi, dijeron:</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">—¡Ah!, bien se ha dicho:</span><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><br style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;" /><em style="background-color: white; color: #222222; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13.2px;">El sabio debe pensar no sólo en el medio, sino también en el remedio.</em>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-365337135112848979.post-13448641764150798372023-09-12T19:25:00.004-07:002023-09-12T19:25:48.478-07:00 Grazyna Chrostowska (Lublin, Polonia, 1921- campo de concentración de Ravensbrück, Alemania, 1942)<p> </p><p><span style="background-color: white; color: #050505; font-family: inherit; font-size: 15px; white-space-collapse: preserve;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiknBJMgvRJ41ee_qAEUeel0iCwWFLNjRGIPes4BMQVscGt7WN_uP6A6NmbYHugCgCd_ccNwoH0p7n-a9ruIjGc01MePkk-hrEr_qwTFIeooCeVnGqrhDIKLYLmTWutqfj2jTb617t-l3QiThw-DV8unI9osEqyd6RfPmiVNCaUKCOsw03OVBTp-yWGHUg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiknBJMgvRJ41ee_qAEUeel0iCwWFLNjRGIPes4BMQVscGt7WN_uP6A6NmbYHugCgCd_ccNwoH0p7n-a9ruIjGc01MePkk-hrEr_qwTFIeooCeVnGqrhDIKLYLmTWutqfj2jTb617t-l3QiThw-DV8unI9osEqyd6RfPmiVNCaUKCOsw03OVBTp-yWGHUg" width="320" /></a></div><br /><br /></div><br /><i><b>Piedras</b></i><div><br /><p></p><p><span style="background-color: white; color: #050505; font-family: inherit; font-size: 15px; white-space-collapse: preserve;">Me gustaba contemplar las piedras,</span></p><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">están desnudas, son simples, como la verdad.</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Seres áridos y silenciosos</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">sin <span style="font-family: inherit;"><a style="color: #385898; cursor: pointer; font-family: inherit;" tabindex="-1"></a></span>lágrimas, sin amor, sin quejas,</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">dispersas sobre la vasta, inmensa tierra,</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">liberadas del deseo, de la esperanza,</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">libres y tristes</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">por su inmortalidad.</div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Libres de todo desencanto,</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">solas en medio de la nada.</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Y eso me dio mucha lástima,</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">habría llorado entre esas rocas leales</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">que las brisas hostigan,</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">las tempestades dejan atrás,</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">mientras ellas duran,</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">sin que nadie las domine,</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">vivían,</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">y eran el alma del hombre.</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div dir="auto" style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;"> versión del francés al castellano, Jonio Gonzalez</span></div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;"><i><b>Pierres</b></i></div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">J'aimais observer des pierres,</span></div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Elles sont nues, simples, comme la vérité, </div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Etres arides et silencieux </div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Sans larmes,sans amour, sans plainte, </div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Dispersées sur la vaste terre immense, </div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Delivrées de desir, liberées d'esperance, </div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Elles sont libres et semblent attristées </div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">De leur immortalité. </div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Libres de desenchantement, </div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Seules au milleu du néant. </div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Et cela me faisait de la peinr, </div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">J'aurais pleuré parmi ces roches fideles </div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Que les brises pourchassent, </div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Le tempetes depassent, </div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Et elles durent sans casse, </div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Et qu'au-dessus d'elles il n'y ait personne. </div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Mais elles vivaient, </div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Et etaient l'âme de l'homme…. </div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;"><br /></div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">traduccion al frances Nina Iwanska</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;"><br /></div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;"><i><b><br /></b></i></span></div><div dir="auto" style="font-family: inherit;"><i><b>Kamienie</b></i></div><div dir="auto" style="font-family: inherit;"><i><b><br /></b></i></div><div dir="auto" style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Lubiłam </span><span style="font-family: inherit;"> oglądać kamienie,</span></div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Nagie są, proste jak prawda.</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Milczące szorstkie istnienia.</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Bez łez, miłości – bez skargi...</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Rzucone po wielkiej, po szerokiej ziemi...</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Wyzbyte pragnień, wolne od nadziei</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Stoją niczyje, a smutne...</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Od twardej swojej wieczności</div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Wolne od złudy –</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Same pośród nicości.</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">I było mi czegoś nierozumnie żal,</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Że mogłam płakać wśród tych niemych skał,</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Że wichry jeno je sieką,</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Burze mijają,</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">A one trwają –</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">I że nikogo nie ma nad nimi,</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Ale one żyły</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">I były sercem człowieka.</div></div></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-365337135112848979.post-19193108100552159172023-08-27T09:17:00.000-07:002023-08-27T09:17:16.042-07:00 Historias tardías de Stephen Dixon<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgAdLP_SrUxPPYTDAJvLX609swceftp5sgR0zBwnqJbdEFBLkvwrYzDQx-O4Kga0VdN4bIm5FHwUCd48griGV6UtNZzDHsFMxEpqumSfY4BOCQdlo7dvGYHZ8wDdbumxgL9Jak2kd5gKMbe6hy3jNHXyTclT9QPePUnMVR1lLuB3-MzZLyRI-Lnj9IBosg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="698" data-original-width="1248" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgAdLP_SrUxPPYTDAJvLX609swceftp5sgR0zBwnqJbdEFBLkvwrYzDQx-O4Kga0VdN4bIm5FHwUCd48griGV6UtNZzDHsFMxEpqumSfY4BOCQdlo7dvGYHZ8wDdbumxgL9Jak2kd5gKMbe6hy3jNHXyTclT9QPePUnMVR1lLuB3-MzZLyRI-Lnj9IBosg" width="320" /></a></div><br /><p></p><h2 class="wp-block-heading" id="h-cuento-corto-de-stephen-dixon-esposa-en-reversa" style="background-color: white; border: 0px; color: #1e72bd; font-family: Georgia, "Times New Roman", Times, serif; font-size: 28px; font-weight: 500; line-height: 1.2em; margin: 0px 0px 20px; padding: 0px;"><p class="MsoNormal"></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Esposa
en reversa<o:p></o:p></span></i></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Su esposa muere, los labios ligeramente separados, un
ojo abierto. Él golpea la puerta del dormitorio de su hija menor y le dice:
«Sería mejor que vinieras. Parece que mamá está por fallecer». Su esposa entra
en coma tres días después de haber vuelto a casa y sigue así durante once días.
Hacen una pequeña fiesta al segundo día de su regreso: salmón de Nueva Escocia,
chocolates, un risotto que prepara él, queso brie, frutillas, champagne. Un
vehículo de traslado médico trae a su esposa a casa. Ella dice: «Ya no quiero
más asistencia vital, ni remedios, ni suero, ni comida». Él llama al 911 por
cuarta vez en dos años, le dice al operador: «Mi esposa; estoy seguro de que es
otra vez neumonía». A su esposa le colocan un tubo traqueal. «¿Cuándo me lo
sacarán?», dice ella, y el doctor responde: «¿Para ser honesto? Nunca». «Su
esposa tiene un caso muy grave de neumonía», les dice a él y a sus hijas, la
primera vez, el médico de cuidados intensivos, «y entre uno y dos por ciento de
probabilidades de sobrevivir». Ahora su esposa usa una silla de ruedas. Ahora
su esposa usa un carrito a motor. Ahora su esposa usa un andador con rueditas.
Ahora su esposa usa un andador. Su esposa tiene que usar bastón. A su esposa le
diagnostican esclerosis múltiple. Su esposa tiene problemas para caminar. Su
esposa da a luz a su segunda hija. «Esta vez no lloraste», le dice, y él
contesta: «Estoy igual de feliz». Su esposa le dice: «Me parece que algo no
anda bien con mis ojos». Su esposa da a luz a su hija. El obstetra
dice: «Nunca vi a un padre llorar en la sala de partos». El rabino los
declara marido y mujer, y justo antes de besarla, él se pone a llorar.
«Casémonos», le dice, y ella dice: «Por mí está bien», y él dice: «¿De veras?»,
y se pone a llorar. «Qué reacción», dice ella, y él: «Estoy tan feliz, tan
feliz», y ella lo abraza y le dice: «Yo también». Ella lo llama: «¿Cómo estás?
¿Quieres que nos encontremos y hablemos un poco?». Lo alcanza hasta la entrada
de su edificio y le dice: «Esto sencillamente no está funcionando». En su primera
cita verdadera van a un restaurante y él le dice: «Si me pongo tan quisquilloso
sobre qué comer es porque soy vegetariano, cosa que estaba un poco reacio a
decirte, tan pronto», y ella dice: «¿Por qué? No es nada tan peculiar. Solo
significa que no vamos a compartir la entrada, excepto las verduras». En una
fiesta, conoce a una mujer. Conversan durante largo rato. Ella tiene que dejar
la fiesta para asistir a un concierto. Él le pide su número de teléfono. Le
dice: «Te llamaré», y ella: «Eso me agradaría». Se despiden en la puerta y él
le estrecha la mano. Después de que ella se ha ido, piensa: «Esa mujer va a ser
mi esposa».<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p><br /><p></p></h2>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-365337135112848979.post-75487282782283029322023-07-16T08:40:00.001-07:002023-07-16T08:41:30.441-07:00 Javier Heraud ( Lima, 1942- Puerto Maldonado 1963)<p> </p><table style="background-color: white;"><tbody><tr><td valign="top" width="600"><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgGzMTVvAmsmnx2WPr9uA6-ZECueDtW17UMIfNy_C56khTyR1icwfSPdWcSYVdhIZknMA0h95JKq97aB7AsMGkevgF2i5jn6gxY4AWFp5clteFH8bi-hzyxPdJbxFrIA_6AmtVhxZm7HrGU8CQMu1tCUGHz3Cut5oFAVba3GE1Drjp3GZvJNhSno6bRcQ0" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="376" data-original-width="640" height="188" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgGzMTVvAmsmnx2WPr9uA6-ZECueDtW17UMIfNy_C56khTyR1icwfSPdWcSYVdhIZknMA0h95JKq97aB7AsMGkevgF2i5jn6gxY4AWFp5clteFH8bi-hzyxPdJbxFrIA_6AmtVhxZm7HrGU8CQMu1tCUGHz3Cut5oFAVba3GE1Drjp3GZvJNhSno6bRcQ0" width="320" /></a></div><br /><br /><p></p><p> </p><span style="font-family: arial,helvetica; font-size: x-small;"></span></td></tr><tr></tr></tbody></table><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Yo no me río de la muerte <o:p></o:p></span></i></b></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Yo nunca me río<br />
de la muerte.<br />
Simplemente<br />
sucede que<br />
no tengo<br />
miedo<br />
de<br />
morir<br />
entre<br />
pájaros y arboles<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Yo no me río de la muerte.<br />
Pero a veces tengo sed<br />
y pido un poco de vida,<br />
a veces tengo sed y pregunto<br />
diariamente, y como siempre<br />
sucede que no hallo respuestas<br />
sino una carcajada profunda<br />
y negra. Ya lo dije, nunca<br />
suelo reír de la muerte,<br />
pero sí conozco su blanco<br />
rostro, su tétrica vestimenta.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Yo no me río de la muerte.<br />
Sin embargo, conozco su<br />
blanca casa, conozco su<br />
blanca vestimenta, conozco<br />
su humedad y su silencio.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Claro está, la muerte no<br />
me ha visitado todavía,<br />
y Uds. preguntarán: ¿qué<br />
conoces? No conozco nada.<br />
Es cierto también eso.<br />
Empero, sé que al llegar<br />
ella yo estaré esperando,<br />
yo estaré esperando de pie<br />
o tal vez desayunando.<br />
La miraré blandamente<br />
(no se vaya a asustar)<br />
y como jamás he reído<br />
de su túnica, la acompañaré,<br />
solitario y solitario.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #004488; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">De <i>El
Viaje</i> (1961)</span><span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p><br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-365337135112848979.post-6045933923656223812023-07-09T13:50:00.001-07:002023-07-09T13:50:29.098-07:00Kanoko Okamoto ( Tokio 1889- Yokosuka, Kanagawa ,1939)<p><br /></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEj6ZDw9OV2RkmkI1axDPYrftMtS71eT0rA-Gyan-DOZzMEYMP6T5oAWpeBjH66-fF6bkn5kxMnOjPQa3uq9p8kXiGdrM3ZrqQci_8KdaYfJf_qxkSDaBqeKz2skJnn7DAF4MYNqGS8zK2xC7y94LQFn7akB4PSMO-cW1TrH_6IVFaKye0K1dzywL2UJGq0" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="450" data-original-width="312" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEj6ZDw9OV2RkmkI1axDPYrftMtS71eT0rA-Gyan-DOZzMEYMP6T5oAWpeBjH66-fF6bkn5kxMnOjPQa3uq9p8kXiGdrM3ZrqQci_8KdaYfJf_qxkSDaBqeKz2skJnn7DAF4MYNqGS8zK2xC7y94LQFn7akB4PSMO-cW1TrH_6IVFaKye0K1dzywL2UJGq0" width="166" /></a></div><br /><br /><p></p><p><br /></p><p> <span color="var(--primary-text)" style="font-family: inherit; font-size: 0.9375rem; white-space: pre-wrap;">Temo reencontrarme </span></p><div style="font-family: inherit;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;"><div class="x1iorvi4 x1pi30zi x1swvt13 xjkvuk6" data-ad-comet-preview="message" data-ad-preview="message" id=":rg3:" style="font-family: inherit; padding: 4px 16px;"><div class="x78zum5 xdt5ytf xz62fqu x16ldp7u" style="display: flex; flex-direction: column; font-family: inherit; margin-bottom: -5px; margin-top: -5px;"><div class="xu06os2 x1ok221b" style="font-family: inherit; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px;"><span class="x193iq5w xeuugli x13faqbe x1vvkbs x1xmvt09 x1lliihq x1s928wv xhkezso x1gmr53x x1cpjm7i x1fgarty x1943h6x xudqn12 x3x7a5m x6prxxf xvq8zen xo1l8bm xzsf02u x1yc453h" color="var(--primary-text)" dir="auto" style="display: block; font-family: inherit; font-size: 0.9375rem; line-height: 1.3333; max-width: 100%; min-width: 0px; overflow-wrap: break-word; word-break: break-word;"><div class="xdj266r x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs x126k92a" style="font-family: inherit; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">con alguien que se te parezca </div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">y no me reconozca. </div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="font-family: inherit; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;"><br /></div></div></span></div></div></div></div></div><div style="font-family: inherit;"><div class="x168nmei x13lgxp2 x30kzoy x9jhf4c x6ikm8r x10wlt62" data-visualcompletion="ignore-dynamic" style="border-radius: 0px 0px 8px 8px; font-family: inherit; overflow: hidden;"><div style="font-family: inherit;"><div style="font-family: inherit;"><div style="font-family: inherit;"><div class="x1n2onr6" style="font-family: inherit; position: relative;"><div class="x6s0dn4 xi81zsa x78zum5 x6prxxf x13a6bvl xvq8zen xdj266r xktsk01 xat24cr x1d52u69 x889kno x4uap5 x1a8lsjc xkhd6sd xdppsyt" style="align-items: center; border-bottom: 1px solid var(--divider); color: var(--secondary-text); display: flex; font-family: inherit; font-size: 0.9375rem; justify-content: flex-end; line-height: 1.3333; margin: 0px 16px; padding: 10px 0px;"><div class="x6s0dn4 x78zum5 x1iyjqo2 x6ikm8r x10wlt62" style="align-items: center; background-color: white; color: #65676b; display: flex; flex-grow: 1; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; overflow: hidden;"><span aria-label="Consulta quién reaccionó a esto" class="x1ja2u2z" role="toolbar" style="font-family: inherit; z-index: 0;"><span class="x6s0dn4 x78zum5 x1e558r4" id=":rg6:" style="align-items: center; display: flex; font-family: inherit; padding-left: 4px;"><span class="x6zyg47 x1xm1mqw xpn8fn3 xtct9fg x13zp6kq x1mcfq15 xrosliz x1wb7cse x13fuv20 xu3j5b3 x1q0q8m5 x26u7qi xamhcws xol2nv xlxy82 x19p7ews xmix8c7 x139jcc6 x1n2onr6 x1xp8n7a xhtitgo" style="border-bottom-color: var(--card-background); border-left-color: var(--card-background); border-radius: 11px; border-right-color: var(--card-background); border-style: solid; border-top-color: var(--card-background); border-width: 2px; font-family: inherit; height: 18px; margin-left: -4px; position: relative; width: 18px; z-index: 2;"><span class="x12myldv x1udsgas xrc8dwe xxxhv2y x1rg5ohu xmix8c7 x1xp8n7a" style="border-radius: 9px; display: inline-block; font-family: inherit; height: 18px; width: 18px;"><span class="x4k7w5x x1h91t0o x1h9r5lt x1jfb8zj xv2umb2 x1beo9mf xaigb6o x12ejxvf x3igimt xarpa2k xedcshv x1lytzrv x1t2pt76 x7ja8zs x1qrby5j" style="align-items: inherit; align-self: inherit; display: inherit; flex-direction: inherit; flex: inherit; font-family: inherit; height: inherit; max-height: inherit; max-width: inherit; min-height: inherit; min-width: inherit; place-content: inherit; width: inherit;"></span></span></span></span></span></div><div aria-label="Me gusta: 28 personas" class="x1i10hfl x1qjc9v5 xjbqb8w xjqpnuy xa49m3k xqeqjp1 x2hbi6w x13fuv20 xu3j5b3 x1q0q8m5 x26u7qi x972fbf xcfux6l x1qhh985 xm0m39n x9f619 x1ypdohk xdl72j9 x2lah0s xe8uvvx xdj266r x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x2lwn1j xeuugli xexx8yu x4uap5 x18d9i69 xkhd6sd x1n2onr6 x16tdsg8 x1hl2dhg xggy1nq x1ja2u2z x1t137rt x1o1ewxj x3x9cwd x1e5q0jg x13rtm0m x3nfvp2 x1q0g3np x87ps6o x1lku1pv x1a2a7pz" role="button" style="-webkit-tap-highlight-color: transparent; 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text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgHHaxdyMCldZqX64FlnEFslj8jpWsnpkvUxHvvdyIfS_P-YSlpwhA0CT-tnmIOhXnELXyUF03juitgKov6QNYlRPmydjnCpYIisuIFPURmVcxRXMED7LRoWzXO_gP_TQkWrT_PrwyTzN5xN1myi-laQVe7JrxhK7wHcSm2W1KLZZQltPfweU1Y3TyNkHI" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="800" data-original-width="600" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgHHaxdyMCldZqX64FlnEFslj8jpWsnpkvUxHvvdyIfS_P-YSlpwhA0CT-tnmIOhXnELXyUF03juitgKov6QNYlRPmydjnCpYIisuIFPURmVcxRXMED7LRoWzXO_gP_TQkWrT_PrwyTzN5xN1myi-laQVe7JrxhK7wHcSm2W1KLZZQltPfweU1Y3TyNkHI" width="180" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 10.8pt; text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> Capítulo XV de “En la piscina”<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 10.8pt; text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 10.8pt; text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-style: italic; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Coincidimos de vez en cuando,
como una o dos veces al mes. Y no sé por qué siempre compartimos la misma
calle. Yo nado muy lento y ella a espalda. Yo tengo un albornoz rojo frambuesa
y ella uno verde manzana. Sin hablar nos entendemos para ir cada uno por la
parte derecha de la calle y no estorbarnos. Sin embargo, esta mañana, imagino
que accidentalmente, al cruzarnos, nos hemos tocado con la punta de los dedos
en dos ocasiones. Ella pareció terminar sus ejercicios y se ha salido. Yo he
terminado mi sexto largo y la he seguido hasta las duchas comunales. Se ha
sorprendido al verme en la puerta, parado, mirándola.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 10.8pt; text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-style: italic; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">–Asqueroso –me ha dicho al
pasar a mi lado cuando se marchaba.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 10.8pt; text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-style: italic; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">No sé qué me ha dolido más,
si la palabra en sí, el lugar, la forma… o el hecho de que quien la pronunciara
fuera mi mujer. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal;"><br /></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p> </o:p></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-365337135112848979.post-83188706844518973132023-06-25T17:35:00.000-07:002023-06-25T17:35:19.051-07:00Wakefield de Nathaniel Hawthorne<p> </p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjZ7twZbCJNoWK8Cg9BeoMyKUzrb9hhjJ1g4ufMfOBpEYsvxQZVCYffqgqv2hjTq7Z4Vg7nMPUbyTmqsGQKi5yzBkj1b0f0_BI9kB6PeTpSfCKgIA1ipPk_kcjv_pQYfGMQ2JxUMHzxDEjpN7sRe5OGeU5DUh3x7bPxv1lrBNA1DD98xDHaKfiy8aR0Lu0" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1000" data-original-width="1000" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjZ7twZbCJNoWK8Cg9BeoMyKUzrb9hhjJ1g4ufMfOBpEYsvxQZVCYffqgqv2hjTq7Z4Vg7nMPUbyTmqsGQKi5yzBkj1b0f0_BI9kB6PeTpSfCKgIA1ipPk_kcjv_pQYfGMQ2JxUMHzxDEjpN7sRe5OGeU5DUh3x7bPxv1lrBNA1DD98xDHaKfiy8aR0Lu0" width="240" /></a></div><br /><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">En un periódico
antiguo o en una vieja revista leí hace algún tiempo cierta historia, que se
relataba como verdadera, según la cual un hombre —llamémosle Wakefield— se
había ausentado de la casa que compartía con su esposa. El caso así expuesto no
es, puede decirse, poco común, ni puede considerarse como absurdo o reprobable
sin conocer los detalles y circunstancias de la situación de los protagonistas.
Sin embargo, la historia que leí constituye, sin duda, si no el más grave, sí
el más extraño caso de conducta marital de todos los que han llegado a mi
conocimiento, y a la vez la extravagancia más increíble y notable de todas las
que jamás haya cometido un hombre. El matrimonio al que me refiero vivía en
Londres. El marido notificó que debía emprender un viaje, tomó en alquiler un
cuarto de la calle inmediata a la suya y aquí, inadvertido por su esposa y por
sus amigos, y sin que hubiera razón para tal comportamiento, permaneció durante
veinte años. En el curso de su ausencia caminó día tras día enfrente de su casa
y observó a menudo a Mrs. Wakefield a través de sus ventanas. Después de esta
laguna en su dicha matrimonial, cuando su muerte era tenida por cierta, después
de que se había designado su herencia, de que había desaparecido su nombre de
la memoria de los vivos y de que su esposa se había resignado a una prematura
viudez, un buen día el desaparecido atravesó el umbral de su casa, como si
volviera de una ausencia de uno o dos días y fue hasta su muerte un esposo
amante y ejemplar. Estos hechos son todo lo que recuerdo de la historia. El
caso, por extraño que sea, creo que merece la simpatía generosa de todo el
mundo. Todos nosotros sabemos que ninguno en particular cometeríamos semejante
locura, pero todos nos percatamos a la vez de que es posible que otro la
cometiera. A mí, al menos, los hechos se me presentan una y otra vez en la
mente, provocando en mis sentimientos una suerte de asombro, pero siempre
acompañados por la certeza de que la historia tiene que haber sido verdadera,
delineándose a su lado una cierta concepción del carácter y naturaleza del
protagonista. Siempre que un asunto se aferra de esta manera al pensamiento,
puede decirse que está bien empleado el tiempo en que se reflexiona sobre él. Si
el lector quiere pensar por su cuenta en este punto, dejémosle entregado a sus
propias meditaciones; si, por el contrario, prefiere acompañarme a través de
los veinte años que duró la ausencia de Wakefield, sea bienvenido. Pensemos que
el extraño sucedido debe tener una moraleja —aunque nosotros no logremos
encontrarla— y que será posible trazar límpidamente sus contornos y condensarla
al final de nuestro relato. ¿No tiene todo pensamiento su eficacia y todo hecho
asombroso su moraleja? ¿Qué clase de hombre era Wakefield? Estamos en libertad
para llevar adelante, nuestra propia idea al darle ese nombre. Cuando comienza
nuestra historia, Wakefield se encuentra en el meridiano de su vida; sus
afectos matrimoniales, nunca violentos, se habían serenado convirtiéndose en un
sentimiento habitual y tranquilo; de todos los maridos, puede decirse que era
el más constante, porque una cierta lentitud hacía que su corazón permaneciera
allí, donde se había detenido una vez. Era intelectual, pero no en el sentido
profesional, de la palabra; sus pensamientos raras veces eran tan intensos como
para plasmarse en palabras. La imaginación —entendida en su verdadero sentido—
no figuraba entre los atributos de Wakefield. Con un corazón frío, pero no
depravado ni inconstante, con una mente nunca enfebrecida por pensamientos
turbulentos ni paralizada por afanes de originalidad, ¿quién hubiera podido
profetizar que nuestro héroe iba a conquistar por sí mismo un lugar de primer
orden entre todos los excéntricos del mundo entero? Si se hubiera preguntado a
sus amistades quién era el hombre en Londres del que podía decirse con certeza
que cada día hacía cosas que se olvidaban al día siguiente, todos hubieran
pensado inmediatamente en Wakefield. Sólo su esposa tal vez hubiera dudado. Aun
sin haber analizado su carácter, Mrs. Wakefield se había percatado de un cierto
amor propio que se había introducido en la mente inactiva de su esposo, de una
especie singular de vanidad, la peor de las cualidades, de una tendencia leve a
la superchería, que raras veces se había manifestado de otra forma que en el
malentendimiento de algunos secretos nimios y sin ninguna importancia; y,
finalmente, de lo que ella misma llamaba “un algo extraño” en su marido. Esta
última cualidad es indefinible y es probable incluso que no existiera.
Imaginemos a Wakefield despidiéndose de su esposa. Estamos en el atardecer de
un día de octubre. Su equipaje consiste en una bufanda de un gris amarillento,
un sombrero cubierto por una tela impermeable, botas altas, un paraguas en la
mano y una ligera maleta en la otra. Dijo a su esposa que piensa tomar la
diligencia de la noche y dirigirse al campo. Mrs. Wakefield hubiera querido
preguntarle cuánto duraría su ausencia, su objeto y cuándo regresaría, pero
indulgente con la inocente afición al misterio que caracteriza a su marido, se
contenta con interrogarlo con la mirada Wakefield a su vez le advierte que no
lo espere desde luego en la diligencia de regreso y que piensa estar ausente
tres o cuatro días; en todo caso, podría contar con él para la cena del viernes
próximo. Wakefield mismo —esto debemos tenerlo presente— no sabe lo que hará.
Tiende sus manos a Mrs. Wakefield y ésta le entrega las suyas, cambian un beso
de despedida a la manera rutinaria que corresponde a un matrimonio de diez
años, y así tenemos a Wakefield dispuesto a intrigar a su esposa con la
ausencia de una semana. Después de que la puerta se ha cerrado tras de él, su
esposa vuelve a abrirla un poco y ve a través de la apertura el rostro de su
esposo sonriendo y desapareciendo inmediatamente. En aquel momento, este hecho
insignificante se desvanece sin dejar rastro. Mucho más tarde, sin embargo,
cuando había sido más años viuda que esposa, aquella sonrisa vuelve y se mezcla
con todos los recuerdos de su marido. En sus largos ratos de ocio, la esposa
abandonada decora aquella sonrisa con toda una especie de fantasías que la
hacen extraña y repulsiva. Si imagina, por ejemplo, a su esposo en un ataúd,
aquella mirada de despedida se encuentra helada en sus rasgos lívidos; si en
cambio lo imagina en el cielo, su espíritu sagrado muestra todavía una sonrisa
tranquila y enigmática. Es el recuerdo de esta sonrisa, también, lo que hace
que, mientras todos los demás lo han dado ya por muerto hace mucho tiempo, Mrs.
Wakefield dude a veces de esto y se resista a creerse verdaderamente una viuda.
Pero quien nos importa es Mr. Wakefield. Debemos correr detrás de él, a lo
largo de la calle, antes de que pierda su individualidad y se mezcle y
desaparezca en la gran masa de la vida de Londres. Una vez aquí, será en vano
que lo busquemos. Sigámosle pues sin perderlo de vista hasta que después de
varios rodeos y caminatas inútiles lo encontramos confortablemente sentado al
calor de la chimenea en un cuarto que reservó previamente. Este lugar se
encuentra en la calle inmediata a la casa de Wakefield, y lo encontramos en su
primer día de ausencia; no puede concebir la buena suerte que lo ha acompañado
hasta ahora y gracias a la cual ha podido pasar inadvertido; piensa en un
momento en que la multitud lo empujó justamente debajo del resplandor de un
farol iluminado; piensa en que en un momento le pareció escuchar algunos pasos
que seguían a los suyos y que se distinguían perfectamente del paso monótono
del resto de la gente y piensa, finalmente, en el momento en que oyó una voz
llamando a alguien a gritos y que le pareció que pronunciaba su propio nombre.
No hay duda de que detrás de él había una docena de agentes que lo delatarán
ante su esposa. ¡Pobre Wakefield! ¡Cuánto desconoces tu propia insignificancia
en el seno de este mundo! Ninguna mirada ni ningún rostro humano han seguido tu
ruta. Duerme tranquilamente y mañana por la mañana, si quieres proceder
sensatamente, reintégrate al lado de Mrs. Wakefield y confiesa toda la verdad.
No te apartes, ni siquiera por una semana, del lugar que tienes por derecho
propio en su corazón casto y sereno. Si ella llegara a suponer por un solo
momento que moriste separado de ella, pronto te darías cuenta para tu desdicha
de que un cambio se había operado en tu esposa, un cambio quizás para siempre,
y es muy peligroso producir una fisura en los afectos humanos, no porque la
herida se mantenga durante mucho tiempo abierta, sino porque se cierra tan
rápidamente... Casi arrepentido de su travesura —o como quiera llamarse a su
actitud—, Wakefield se acostó temprano. Al despertar de su primer sueño,
extendió los brazos en el amplio y solitario lecho: —No —pensó cobijándose de
nuevo—. Esta es la última noche que duermo solo. A la mañana siguiente se
levantó más temprano que de costumbre y se detuvo un momento para considerar
qué era lo que realmente se proponía hacer. Tan desintegrados y vagos son los
caminos de su pensamiento, que ha tomado este singular propósito en que se
halla envuelto, con la conciencia de hacer algo, pero incapaz de definirlo
incluso para su propia consideración. El proyecto impreciso y el esfuerzo
convulso con que trata de ejecutarlo, son característicos de un hombre débil.
Wakefield analiza y examina, no obstante, sus ideas, con toda la minuciosidad
posible, se interesa por conocer los efectos que su decisión ha causado: cómo
soportará su esposa los efectos de la viudez de una semana, cómo afectará su
ausencia al pequeño círculo de amigos del que él es el centro. Una vanidad
morbosa se halla, pues, en el fondo de todo el asunto. Ahora bien ¿cómo saber
qué desea? Desde luego, no quedarse para siempre en su cómodo alojamiento, en
el que aun cuando duerma y despierte en la calle inmediata a la suya, se
encuentra en realidad tan ausente como si la diligencia en la que supuestamente
iría hubiera rodado durante toda la noche. Si reaparece en su casa, todo su
proyecto se viene abajo. Atormentado su pobre cerebro con este dilema, se
aventura a cruzar el extremo de la calle y mirar su abandonado domicilio. La
costumbre —pues Wakefield es un hombre de costumbres— lo conduce sin que lo
perciba hasta la misma puerta de su casa, donde en aquel mismo momento el ruido
que producen sus pasos sobre el primer escalón le hace volver en sí:
¡Wakefield! ¿A dónde ibas? En aquel momento su destino acababa de realizar un
cambio decisivo. Sin soñar siquiera en el abismo al que lo arroja este paso que
dio atrás, Wakefield se aleja velozmente de su domicilio, sin aliento, con una
agitación hasta entonces no sentida, y apenas se atreve a volver la cabeza
desde la primera esquina. ¿Es posible que nadie lo haya visto? ¿No tocarán a
rebato por las calles de Londres los habitantes de su casa, la dulce Mrs.
Wakefield, todos, la elegante doncella y el descuidado lacayo, pidiendo la
búsqueda y captura de su dueño y señor? Su fuga ha sido un milagro. Reúne todo
su valor para detenerse un momento y mirar hacia atrás, pero su corazón se
siente oprimido al ver que su casa ha experimentado un cambio, tal como suele
parecernos cuando, después de meses o años de ausencia, vemos nuevamente una
colina o un lago o una obra de arte que nos son conocidos desde antes.
Ordinariamente este sentimiento indescriptible está causado por la comparación
y el contraste entre las reminiscencias imperfectas y la realidad. En
Wakefield, el prodigio de una sola noche había producido esa transformación,
porque en aquel breve período un gran cambio moral había tenido lugar en él.
Este es un secreto que sólo a él le pertenece. Antes de abandonar el lugar en
que se encuentra, Wakefield puede todavía captar la imagen lejana y momentánea
de su esposa que pasa a través de las ventanas con el rostro vuelto hacia el
extremo de la calle. El pobre necio huye sin esperar más, despavorido ante la
idea de que entre miles de seres mortales, la mirada de su esposa haya podido
descubrirlo. Aun cuando su cerebro se sienta confuso, se encuentra alegre, sin
embargo, pocos minutos después, cuando se sienta al fin ante la chimenea de su
nuevo domicilio. Con lo anteriormente escrito, hemos trazado el comienzo de
este largo desvarío. Una vez sentada la primera idea y la extravagante
terquedad del hombre de ponerla en práctica, el asunto sigue su camino casi
automáticamente. Podemos imaginar a Wakefield comprando, después de largas reflexiones,
una nueva peluca de pelo rojizo, escogiendo de un ropavejero judío unas prendas
de color café, de corte distinto al de las que había acostumbrado usar hasta
entonces. Todo está consumado, Wakefield es otra persona. Una vez establecido
el nuevo sistema, todo movimiento que intente volver al anterior tendrá que ser
tan difícil al menos como el que lo condujo a la extraña situación en que se
encuentra. Además, su obstinación se hace mayor por el enojo que le produce
pensar que su ausencia ha producido con seguridad una reacción inadecuada en el
ánimo de su esposa. Ahora está decidido a no volver a su casa hasta que su
esposa sienta un sobresalto de muerte. Dos o tres veces ha caminado Mrs.
Wakefield ante los ojos de su esposo oculto, cada vez con pasos más lentos y
difíciles, cada vez con las mejillas más pálidas y la frente más surcada de
arrugas. En la tercera semana de su ausencia, Wakefield vio un heraldo de
desgracias entrando en su casa bajo la forma de un farmacéutico. Al día
siguiente, la campana de la puerta es envuelta con un lienzo para mitigar los
sonidos. Al anochecer, aparece la carroza de un médico que deposita a su dueño
solemne y empelucado en la casa de Wakefield, de donde sale, al cabo de media
hora, como el anuncio posible de un funeral. ¿Morirá quizás? —piensa Wakefield,
y su corazón se hiela sólo de suponerlo. En aquellos días siente una excitación
semejante a la energía, pero se mantiene lejos de la cabecera de su esposa,
pues sería contraproducente perturbarla en aquellos momentos. Si algo distinto
de esto lo detiene, él lo ignora. En el curso de unas pocas semanas, Mrs.
Wakefield se recobra; la crisis ha pasado; su corazón está triste, quizás, pero
sereno; ahora podría regresar Wakefield, o más tarde: su esposa no volverá a
sentir angustia por él. Estas ideas lucen a veces a través del extravío que se
ha apoderado del cerebro de Wakefield y le dan una conciencia oscura de que
algo así como un abismo infranqueable separa su nuevo alojamiento de su antiguo
hogar. —¡Pero si está en la calle próxima! —se dice, a veces, a sí mismo. En
realidad, su casa está en otro mundo; hasta ahora Wakefield había retardado su
regreso de un día a otro; desde este momento es indeterminado el momento del
regreso; no mañana, sino, probablemente, la semana próxima; de cualquier
manera, muy pronto. ¡Pobre Wakefield! Desterrado por propia voluntad, tiene
tantas probabilidades de regresar a su casa como los muertos de volver a su
antigua condición en la tierra. Ojalá tuviera que escribir un libro en lugar de
un cuento de doce páginas, entonces, podría manifestar cómo una fuerza fuera de
nuestro control puede influir sobre nuestras acciones y tejer con sus
consecuencias un manto de hierro que nos aprisiona. Wakefield ha sido descrito.
Ahora debemos abandonarlo por unos diez años, imaginarlo rondar alrededor de su
casa sin cruzar una sola vez el umbral, siempre fiel a su esposa, con todo el
amor de que es capaz su corazón, mientras que por otra parte su recuerdo
desaparece poco a poco de Mrs. Wakefield. Desde hace mucho tiempo —hay que
enfatizarlo—, el desterrado voluntario perdió la conciencia de lo extraño de su
situación. Relatemos ahora una escena. Entre la multitud que ocupa una calle de
Londres, podemos ver a un hombre, ahora de mayor edad, con pocos rasgos característicos
para atraer la atención de los distraídos transeúntes, pero lleva en su rostro
el testimonio de un destino poco común. Es un hombre delgado, su frente
estrecha y pronunciada se encuentra cubierta de arrugas profundas; sus ojos
pequeños y sin brillo giran algunas veces temerosamente a su alrededor, pero
más a menudo parecen mirar hacia su interior. Lleva la cabeza encorvada y se
mueve con un paso curiosamente oblicuo, como si quisiera robarle al mundo su
presencia real y directa. Al mirarlo con atención puede percibirse cuanto se ha
descrito de él aquí, puesto que las circunstancias —que a veces hacen grandes
personalidades de una materia tosca— han producido a este individuo. Si lo
abandonamos para atravesar la calle y dirigimos nuestra mirada en dirección
opuesta, veremos a una mujer de porte distinguido, ya en el ocaso de su vida,
que se dirige a la iglesia con un devocionario en la mano. El dolor ha
desaparecido de su ánimo o se ha hecho tan consustancial a él, que no lo
cambiaría ya por la alegría. En el momento exacto en que el hombre delgado y la
viuda se cruzan, hay un pequeño embotellamiento en la circulación y las dos
figuras entran en contacto. Sus manos se tocan, la presión de la multitud hace
que el pecho de ella alcance los hombros de él; se detienen y se miran a los
ojos. Después de diez años de separación, así es cómo Wakefield se encuentra
por primera vez con su propia esposa. Después la multitud los separa. La viuda
recupera su paso anterior y se dirige a la iglesia; en el atrio se detiene un
instante y su mirada recorre con expresión de perplejidad la masa de gente que
discurre por la calle. Sin embargo es sólo un instante; después entra en el
templo mientras abre su libro. ¿Y Wakefield? Con una expresión irritada vuelve
su rostro a la ciudad ocupada y egoísta y se precipita a su alojamiento, corre
el cerrojo de la puerta y se arroja sobre la cama. Los sentimientos latentes
durante tantos años surgen a la superficie; todo el terrible desatino de su
vida se le revela de un golpe en su mente débil y entonces grita con un acento
increíble: —¡Wakefield! ¡Wakefield! ¡Estás loco! Quizás era verdad. La
singularidad de su situación tiene que haber moldeado a este hombre de tal
suerte que comparado con los demás hombres y con los problemas de la vida, no
puede aceptarse que estaba en su sano juicio. Se las había ingeniado para
separarse por sí mismo del mundo, para desvanecerse, para abandonar el lugar y
los privilegios que le correspondían entre los vivos, sin conquistar tampoco un
lugar entre los muertos. La vida de un ermitaño no podía compararse con la suya
en absoluto. Se hallaba sumido en el bullicio de la ciudad, como antes también
lo había estado, pero la multitud caminaba a su lado y no lo veía; podemos
decir que figuradamente está al lado de su esposa y en su hogar, pero condenado
a no sentir jamás ni el calor de uno ni el amor de otra; el destino singular de
Wakefield consistía en que su ánimo conservaba los afectos pasados y
participaba en la red de los intereses humanos, pero desprovisto de toda
posibilidad de influir en ninguno. Sería algo sugerente escribir en detalle los
efectos de esta situación en su cerebro y en su corazón, separadamente y en una
combinación recíproca. Sin embargo, después de sufrir el cambio que había
sufrido, es seguro que él mismo no se percatara de esto y le pareciera, al
contrario, como si continuara siendo el hombre de siempre: algunos relámpagos
de verdad le iluminarían, es cierto, algunas veces, pero sólo durante un
instante. En esos momentos su respuesta era: “Dentro de poco volveré”, sin
percibir que lo mismo se decía desde hacía veinte años. Asimismo pienso que
estos veinte años se aparecían ante Wakefield, cuando dirigía su mirada hacia
el pasado no más largos que la semana que se había fijado como límite de su
ausencia, cuando abandonó a su esposa. Para él seguramente este espacio de
tiempo no era más que un intermedio o entreacto en el curso general de su
existencia. Cuando después de algún tiempo creyera que había llegado el momento
de volver a casa, Mrs. Wakefield juntaría sus manos loca de alegría y
examinaría a su marido, un hombre todavía maduro. ¡Qué terrible error! Si el
tiempo se detuviera y esperara el final de nuestras locuras, todos nosotros
seríamos jóvenes y continuaríamos siéndolo hasta el día del juicio final. Una
tarde, ahora que ya hacía veinte años que había desaparecido, Wakefield realiza
su acostumbrado paseo hacia la casa que sigue considerando suya. Es una noche
tormentosa de otoño, con frecuentes lluvias que se descargan contra el suelo y
desaparecen antes de que una persona alcance a abrir su paraguas. Detenido
frente a su casa, Wakefield puede ver a través de las ventanas del segundo piso
el resplandor rojo y los reflejos de un fuego confortable encendido en la
habitación. En el techo puede verse la figura monstruosa u oscilante de Mrs.
Wakefield. La capa, la nariz, el mentón y el robusto talle forman una admirable
caricatura, que baila según ascienden o descienden las llamas del fuego,
trazando curvas y figuras demasiado alegres para una viuda entrada en años. En
aquel mismo momento la lluvia cae de nuevo repentinamente, y arrojada por un
viento otoñal, azota el rostro y el pecho de Wakefield, que se siente penetrado
por un escalofrío. ¿Debe permanecer mojado y temblando mientras en su casa arde
un amable fuego dispuesto a calentarlo, mientras que su esposa podría correr a
buscar su bata y su ropa de abrigo, que sin duda ha mantenido cuidadosamente
guardadas en el armario de la alcoba matrimonial? ¡Wakefield no es tan loco
como para hacerlo! Asciende los peldaños lentamente y sin casi percatarse
ejecuta una acción a la que sus piernas se han resistido durante veinte años.
¡Wakefield! ¿Vas a entrar a la casa que tú mismo te has vedado? La puerta se
abre. Cuando penetra en el vestíbulo, aún podemos ver su rostro y vemos en él
la misma sonrisa taimada que fue precursora de la pequeña broma que ha estado
representado desde entonces a costa de su esposa. ¡Qué despiadadamente estuvo
probando a su mujer! Finalmente, todo ha terminado y una velada amable espera a
Wakefield. Esta feliz ocurrencia —si es que efectivamente lo fue — sólo pudo
ocurrir en un momento impremeditado. No seguiremos a nuestro personaje a través
del umbral de su casa; ya nos ha dejado material suficiente para la reflexión,
una parte del cual debe suministrarnos una moraleja que trataremos de condensar
en unas cuantas palabras. Entre la aparente confusión de nuestro misterioso
mundo, los individuos se hallan tan definitivamente insertos en un sistema y
cada sistema se encuentra tan estrechamente vinculado a otro o a otros y
finalmente a un total de sistemas, que el hecho de salir por un instante del
propio sistema, expone al hombre al riesgo espantoso de perder para siempre su
propio lugar en el mundo. De manera semejante a Wakefield, uno puede
convertirse fácilmente, como éste se convirtió, en el Apátrida del Universo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Traducción de Felipe González Vicens</span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"><br /></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-365337135112848979.post-36151402641968544472023-06-19T16:48:00.000-07:002023-06-19T16:48:03.162-07:00"PATRÓN". Cuento de Abelardo Castillo<p> </p><p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">I</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiL2tdfyFT5daZtinLlRSoDA3brg8Swq3zmdy3SYuMFWbzyScnE1VuM2cMqAhu47_RickIbAqeiBIJ4kMlK9tvlZBFd47OjUBRhrf8hF8aQqKif1FCWyi4pfwTRAm11b4ucBMRMydkWJ7q_RejjZBgUAVtwTXNVx0x8WjZJA3Cf0JYc2gTBe4S1bBzurn4" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="457" data-original-width="800" height="183" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiL2tdfyFT5daZtinLlRSoDA3brg8Swq3zmdy3SYuMFWbzyScnE1VuM2cMqAhu47_RickIbAqeiBIJ4kMlK9tvlZBFd47OjUBRhrf8hF8aQqKif1FCWyi4pfwTRAm11b4ucBMRMydkWJ7q_RejjZBgUAVtwTXNVx0x8WjZJA3Cf0JYc2gTBe4S1bBzurn4" width="320" /></a></div><br /><o:p></o:p><p></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">La vieja
Tomasina, la partera se lo dijo, tas preñada, le dijo, y ella sintió un miedo
oscuro y pegajoso: llevar una criatura adentro como un bicho enrollado, un
hijo, que a lo mejor un día iba a tener los mismos ojos duros, la misma piel
áspera del viejo. Estás segura, Tomasina, preguntó, pero no preguntó: asintió.
Porque ya lo sabía; siempre supo que el viejo iba a salirse con la suya. Pero
m’hija, había dicho la mujer, llevo anunciando más partos que potros tiene tu
marido. La miraba. Va a estar contento Anteno, agregó. Y Paula dijo sí, claro.
Y aunque ya no se acordaba, una tarde, hacía cuatro años, también había dicho:<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–Sí, claro.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">Esa tarde
quería decir que aceptaba ser la mujer de don Antenor Domínguez, el dueño de La
Cabriada: el amo.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–Mire que no es
obligación. –La abuela de Paula tenía los ojos bajos y se veía de lejos que sí,
que era obligación. –Ahora que usté sabe cómo ha sido siempre don Anteno con
una, lo bien que se portó de que nos falta su padre. Eso no quita que haga su
voluntad.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">Sin querer, las
palabras fueron ambiguas; pero nadie dudaba de que, en toda La Cabriada, su
voluntad quería decir siempre lo mismo. Y ahora quería decir que Paula, la hija
de un puestero de la estancia vieja –muerto, achicharrado en los corrales por
salvar la novillada cuando el incendio aquel del 30– podía ser la mujer del
hombre más rico del partido, porque, un rato antes, él había entrado al rancho
y había dicho:<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–Quiero casarme
con su nieta –Paula estaba afuera, dándoles de comer a las gallinas; el viejo
había pasado sin mirarla. –Se me ha dado por tener un hijo, sabes. –Señaló
afuera, el campo, y su ademán pasó por encima de Paula que estaba en el patio,
como si el ademán la incluyera, de hecho, en las palabras que iba a pronunciar
después. –Mucho para que se lo quede el gobierno, y muy mío. ¿Cuántos años
tiene la muchacha?<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–Diecisiete, o
dieciséis –la abuela no sabía muy bien; tampoco sabía muy bien cómo hacer para
disimular el asombro, la alegría, las ganas de regalar, de vender a la nieta.
Se secó las manos en el delantal.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">El dijo:<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–Qué me miras.
¿Te parece chica? En los bailes se arquea para adelante, bien pegada a los
peones. No es chica. Y en la casa grande va a estar mejor que acá. Qué me
contestas.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–Y yo no sé,
don Anteno. Por mí no hay… –y no alcanzó a decir que no había inconveniente
porque no le salió la palabra. Y entonces todo estaba decidido. Cinco minutos
después él salió del rancho, pasó junto a Paula y dijo “vaya, que la vieja
quiere hablarla”. Ella entró y dijo:<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–Sí, claro.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">Y unos meses
después el cura los casó. Hubo malicia en los ojos esa noche, en el patio de la
estancia vieja. Vino y asado y malicia. Paula no quería escuchar las palabras
que anticipaban el miedo y el dolor.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–Un alambre
parece el viejo.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">Duro, retorcido
como un alambre, bailando esa noche, demostrando que de viejo sólo tenía la
edad, zapateando un malambo hasta que el peón dijo está bueno, patrón, y él se
rió, sudado, brillándole la piel curtida. Oliendo a padrillo.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">Solos los dos,
en sulky la llevó a la casa. Casi tres leguas, solos, con todo el cielo arriba
y sus estrellas y el silencio. De golpe, al subir una loma, como un aparecido
se les vino encima, torva, la silueta del Cerro Negro. Dijo Antenor:<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–Cerro Patrón.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">Y fue todo lo
que dijo.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">Después, al
pasar el último puesto, Tomás, el cuidador, lo saludó con el farol desde lejos.
Cuando llegaron a la casa, Paula no vio más que a una mujer y los perros. Los
perros que se abalanzaban y se frenaron en seco sobre los cuartos, porque
Antenor los enmudeció, los paró de un grito. Paula adivinó que esa mujer, nadie
más, vivía ahí dentro. Por una oscura asociación supo también que era ella
quien cocinaba para el viejo: el viejo le había preguntado “comieron”, y señaló
los perros.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">Ahora, desde la
ventana alta del caserón se ven los pinos, y los perros duermen. Largos los
pinos, lejos.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–Todo lo que
quiero es mujer en la casa, y un hijo, un macho en el campo –Antenor señaló
afuera, a lo hondo de la noche agujereada de grillos; en algún sitio se oyó un
relincho–. Vení, arrímate.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">Ella se acercó.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–Mande –le
dijo.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–Todo va a ser
para él, entendés. Y también para vos. Pero anda sabiendo que acá se hace lo
que yo digo, que por algo me he ganao el derecho a disponer. –Y señalaba el
campo, afuera, hasta mucho más allá del monte de eucaliptos, detrás de los
pinos, hasta pasar el cerro, abarcando aguadas y caballos y vacas. Le tocó la
cintura, y ella se puso rígida debajo del vestido. –Veintiocho años tenía
cuando me lo gané –la miró, como quien se mete dentro de los ojos–, ya hace
arriba de treinta.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">Paula aguantó
la mirada. Lejos, volvió a escucharse el relincho. El dijo:<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–Vení a la
cama.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">II<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">No la consultó.
La tomó, del mismo modo que se corta una fruta del árbol crecido en el patio.
Estaba ahí, dentro de los límites de sus tierras, a este lado de los postes y
el alambrado de púas. Una noche –se decía–. muchos años antes, Antenor
Domínguez subió a caballo y galopó hasta el amanecer. Ni un minuto más. Porque
el trato era “hasta que amanezca”, y él estaba acostumbrado a estas cláusulas
viriles, arbitrarias, que se rubricaban con un apretón de manos o a veces ni
siquiera con eso.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–De acá hasta
donde llegues –y el caudillo, mirando al hombre joven estiró la mano, y la
mano, que era grande y dadivosa, quedó como perdida entre los dedos del otro–.
Clavas la estaca y te volvés. Lo alambras y es tuyo.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">Nadie sabía muy
bien qué clase de favor se estaba cobrando Antenor Domínguez aquella noche;
algunos, los más suspicaces, aseguraban que el hombre caído junto al mostrador
del Rozas tenía algo que ver con ese trato: toda la tierra que se abarca en una
noche de a caballo. Y él salió, sin apuro, sin ser tan zonzo como para reventar
el animal a las diez cuadras. Y cuando clavó la estaca empezó a ser don
Antenor. Y a los quince años era él quien podía, si cuadraba, regalarle a un
hombre todo el campo que se animara a cabalgar en una noche. Claro que nunca lo
hizo. Y ahora habían pasado treinta años y estaba acostumbrado a entender suyo
todo lo que había de este lado de los postes y el alambre. Por eso no la
consultó. La cortó.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">Ella lo estaba
mirando. Pareció que iba a decir algo, pero no habló. Nadie, viéndola, hubiera
comprendido bien este silencio: la muchacha era una mujer grande, ancha y
poderosa como un animal, una bestia bella y chucara a la que se le adivinaba
la violencia debajo de la piel. El viejo, en cambio, flaco, áspero como una
rama.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–Contesta, che.
¡Contesta, te digo! –se le acercó. Paula sentía ahora su aliento junto a la
cara, su olor a venir del campo. Ella dijo:<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–No, don
Anteno.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–¿Y entonces?
¿Me querés decir, entonces…?<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">Obedecer es
fácil, pero un hijo no viene por más obediente que sea una, por más que aguante
el olor del hombre corriéndole por el cuerpo, su aliento, como si entrase
también, por más que se quede quieta boca arriba. Un año y medio boca arriba,
viejo macho de sementera. Un año y medio sintiéndose la sangre tumultuosa
galopándole el cuerpo, queriendo salírsele del cuerpo, saliendo y encontrando
sólo la dureza despiadada del viejo. Sólo una vez lo vio distinto; le pareció
distinto. Ella cruzaba los potreros, buscándolo, y un peón asomó detrás de una
parva; Paula había sentido la mirada caliente recorriéndole la curva de la
espalda, como en los bailes, antes. Entonces oyó un crujido, un golpe seco, y
se dio vuelta. Antenor estaba ahí, con el talero en la mano, y el peón abría la
boca como en una arcada, abajo, junto a los pies del viejo. Fue esa sola vez.
Se sintió mujer disputada, mujer nomás. Y no le importó que el viejo dijera yo
te voy a dar mirarme la mujer, pión rotoso, ni que dijera:<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–Y vos, qué
buscas. Ya te dije dónde quiero que estés.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">En la casa,
claro. Y lo decía mientras un hombre, todavía en el suelo, abría y cerraba la
boca en silencio, mientras otros hombres empezaron a rodear al viejo
ambiguamente, lo empezaron a rodear con una expresión menos parecida al respeto
que a la amenaza. El viejo no los miraba:<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–Qué buscas.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–La abuela
–dijo ella–. Me avisan que está mala –y repentinamente se sintió sola,
únicamente protegida por el hombre del talero; el hombre rodeado de peones
agresivos, ambiguos, que ahora, al escuchar a la muchacha, se quedaron quietos.
Y ella comprendió que, sin proponérselo, estaba defendiendo al viejo.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–Qué miran
ustedes –la voz de Antenor, súbita. El viejo sabía siempre cuál era el momento
de clavar una estaca. Los miró y ellos agacharon la cabeza. El capataz venía
del lado de las cabañas, gritando alguna cosa. El viejo miró a Paula, y de
nuevo al peón que ahora se levantaba, encogido como un perro apaleado–. Si
andas alzado, en cuanto me dé un hijo te la regalo.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">III<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">A los dos años
empezó a mirarla con rencor. Mirada de estafado, eso era. Antes había sido
impaciencia, apuro de viejo por tener un hijo y asombro de no tenerlo: los ojos
inquisidores del viejo y ella que bajaba la cabeza con un poco de vergüenza.
Después fue la ironía. O algo más bárbaro, pero que se emparentaba de algún
modo con la ironía y hacía que la muchacha se quedara con la vista fija en el
plato, durante la cena o el almuerzo. Después, aquel insulto en los potreros,
como un golpe a mano abierta, prefigurando la mano pesada y ancha y real que
alguna vez va a estallarle en la cara, porque Paula siempre supo que el viejo
iba a terminar golpeando. Lo supo la misma noche que murió la abuela.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–O cuarenta y
tantos, es lo mismo.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">Alguien lo
había dicho en el velorio: cuarenta y tantos. Los años de diferencia, querían
decir. Paula miró de reojo a Antenor, y él, más allá, hablando de unos cueros,
adivinó la mirada y entendió lo que todos pensaban: que la diferencia era
grande. Y quién sabe entonces si la culpa no era de él, del viejo.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–Volvemos a la
casa –dijo de golpe.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">Ésa fue la
primera noche que Paula le sintió olor a caña. Después –hasta la tarde aquella,
cuando un toro se vino resoplando por el andarivel y hubo gritos y sangre por
el aire y el viejo se quedó quieto como un trapo– pasó un año, y Antenor tenía
siempre olor a caña. Un olor penetrante, que parecía querer meterse en las
venas de Paula, entrar junto con el viejo. Al final del tercer año, quedó
encinta. Debió de haber sido durante una de esas noches furibundas en que el
viejo, brutalmente, la tumbaba sobre la cama, como a un animal maneado,
poseyéndola con rencor, con desesperación. Ella supo que estaba encinta y tuvo
miedo. De pronto sintió ganas de llorar; no sabía por qué, si porque el viejo
se había salido con la suya o por la mano brutal, pesada, que se abría ahora:
ancha mano de castrar y marcar, estallándole, por fin, en la cara.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–¡Contesta!
Contéstame, yegua.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">El bofetón la
sentó en la cama; pero no lloró. Se quedó ahí, odiando al hombre con los ojos
muy abiertos. La cara le ardía.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–No –dijo
mirándolo–. Ha de ser un retraso, nomás. Como siempre.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–Yo te voy a
dar retraso –Antenor repetía las palabras, las mordía–. Yo te voy a dar
retraso. Mañana mismo le digo al Fabio que te lleve al pueblo, a casa de la
Tomasina. Te voy a dar retraso.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">La había
espiado seguramente. Había llevado cuenta de los días; quizá desde la primera
noche, mes a mes, durante los tres años que llevó cuenta de los días.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–Mañana te
levantas cuando aclare. </span><span style="color: black;">Acostate ahora.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">Una ternera boca arriba, al día siguiente, en el
campo. Paula la vio desde el sulky, cuando pasaba hacia el pueblo con el viejo
Fabio. Olor a carne quemada y una gran “A”, incandescente, chamuscándole el
flanco: Paula se reconoció en los ojos de la ternera.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">Al volver del pueblo, Antenor todavía estaba ahí,
entre los peones. Un torito mugía, tumbado a los pies del hombre; nadie como el
viejo para voltear un animal y descornarlo o caparlo de un tajo. Antenor la
llamó, y ella hubiera querido que no la llamase: hubiera querido seguir hasta
la casa, encerrarse allá. Pero el viejo la llamó y ella ahora estaba parada
junto a él.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">–Ceba mate. –Algo como una tijera enorme, o como
una tenaza, se ajustó en el nacimiento de los cuernos del torito. Paula frunció
la cara. Se oyeron un crujido y un mugido largo, y del hueso brotó, repentino,
un chorro colorado y caliente. –Qué fruncís la jeta, vos.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">Ella le alcanzó el mate. Preñada, había dicho la
Tomasina. Él pareció adivinarlo. Paula estaba agarrando el mate que él le devolvía,
quiso evitar sus ojos, darse vuelta.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">–Che –dijo el viejo.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">–Mande –dijo Paula.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">Estaba mirándolo otra vez, mirándole las manos
anchas, llenas de sangre pegajosa: recordó el bofetón de la noche anterior. Por
el andarivel traían un toro grande, un pinto, que bufaba y hacía retemblar las
maderas. La voz de Antenor, mientras sus manos desanudaban unas correas, hizo
la pregunta que Paula estaba temiendo. La hizo en el mismo momento que Paula
gritó, que todos gritaron.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">–¿Qué te dijo la Tomasina? –preguntó.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">Y todos, repentinamente, gritaron. Los ojos de
Antenor se habían achicado al mirarla, pero de inmediato volvieron a abrirse,
enormes, y mientras todos gritaban, el cuerpo del viejo dio una vuelta en el
aire, atropellado de atrás por el toro. Hubo un revuelo de hombres y animales y
el resbalón de las pezuñas sobre la tierra. En mitad de los gritos, Paula
seguía parada con el mate en la mano, mirando absurdamente el cuerpo como un
trapo del viejo. Había quedado sobre el alambrado de púas, como un trapo puesto
a secar.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">Y todo fue tan rápido que, por encima del tumulto,
los sobresaltó la voz autoritaria de don Antenor Domínguez.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">–¡Ayúdenme, carajo!<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">IV<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">Esta orden y aquella pregunta fueron las dos
últimas cosas que articuló. Después estaba ahí, de espaldas sobre la cama,
sudando, abriendo y cerrando la boca sin pronunciar palabra. Quebrado, partido
como si le hubiesen descargado un hachazo en la columna, no perdió el sentido
hasta mucho más tarde. Sólo entonces el médico aconsejó llevarlo al pueblo, a
la clínica. Dijo que el viejo no volvería a moverse; tampoco, a hablar. Cuando
Antenor estuvo en condiciones de comprender alguna cosa, Paula le anunció lo
del chico.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">–Va a tener el chico –le anunció–. La Tomasina me
lo ha dicho.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">Un brillo como de triunfo alumbró ferozmente la
mirada del viejo; se le achisparon los ojos y, de haber podido hablar, acaso
hubiera dicho gracias por primera vez en su vida. Un tiempo después garabateó
en un papel que quería volver a la casa grande. Esa misma tarde lo llevaron.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">Nadie vino a verlo. El médico y el capataz de La
Cabriada, el viejo Fabio, eran las dos únicas personas que Antenor veía. Salvo
la mujer que ayudaba a Paula en la cocina –pero que jamás entró en el cuarto de
Antenor, por orden de Paula–, nadie más andaba por la casa. El viejo Fabio
llegaba al caer el sol. Llegaba y se quedaba quieto, sentado lejos de la cama
sin saber qué hacer o qué decir. Paula, en silencio, cebaba mate entonces.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">Y súbitamente, ella, Paula, se transfiguró. Se
transfiguró cuando Antenor pidió que lo llevaran al cuarto alto; pero ya desde
antes, su cara, hermosa y brutal, se había ido transformando. Hablaba poco,
cada día menos. Su expresión se fue haciendo cada vez más dura –más sombría–,
como la de quienes, en secreto, se han propuesto obstinadamente algo. Una
noche, Antenor pareció ahogarse; Paula sospechó que el viejo podía morirse
así, de golpe, y tuvo miedo. Sin embargo, ahí, entre las sábanas y a la luz de
la lámpara, el rostro de Antenor Domínguez tenía algo desesperado,
emperradamente vivo. No iba a morirse hasta que naciera el chico; los dos
querían esto. Ella le vació una cucharada de remedio en los labios
temblorosos. Antenor echó la cabeza hacia atrás. Los ojos, por un momento, se
le habían quedado en blanco. La voz de Paula fue un grito:<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">–¡Va a tener el chico, me oye! –Antenor levantó la
cara; el remedio se volcaba sobre las mantas, desde las comisuras de una
sonrisa. Dijo que sí con la cabeza.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">Esa misma noche empezó todo. Entre ella y Fabio lo
subieron al cuarto alto. Allí, don Antenor Domínguez, semicolgado de las
correas atadas a un travesaño de fierro, que el doctor había hecho colocar
sobre la cama, erguido a medias podía contemplar el campo. Su campo. Alguna vez
volvió a garrapatear con lentitud unas letras torcidas, grandes, y Paula mandó
llamar a unos hombres que, abriendo un boquete en la pared, extendieron la
ventana hacia abajo y a lo ancho. El viejo volvió a sonreír entonces. Se pasaba
horas con la mirada perdida, solo, en silencio, abriendo y cerrando la boca
como si rezara –o como si repitiera empecinadamente un nombre, el suyo,
gestándose otra vez en el vientre de Paula–, mirando su tierra, lejos hasta los
altos pinos, más allá del Cerro Negro. Contra el cielo.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">Una noche volvió a sacudirse en un ahogo. Paula
dijo:<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">–Va a tener el chico. El asintió otra vez con la
cabeza.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">Con el tiempo, este diálogo se hizo costumbre.
Cada noche lo repetían.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">V<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">El campo y el vientre hinchado de la mujer: las
dos únicas cosas que veía. El médico, ahora, sólo lo visitaba si Paula –de
tanto en tanto, y finalmente nunca– lo mandaba llamar, y el mismo Fabio, que
una vez por semana ataba el sulky e iba a comprar al pueblo los encargos de la
muchacha, acabó por olvidarse de subir al piso alto al caer la tarde. Salvo
ella, nadie subía.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">Cuando el vientre de Paula era una comba enorme,
tirante bajo sus ropas, la mujer que ayudaba en la cocina no volvió más. Los
ojos de Antenor, interrogantes, estaban mirando a Paula.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">–La eché –dijo Paula.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">Después, al salir, cerró la puerta con llave (una
llave grande, que Paula llevará siempre consigo, colgada a la cintura), y el
viejo tuvo que acostumbrarse también a esto. El sonido de la llave girando en
la antigua cerradura anunciaba la entrada de Paula –sus pasos, cada día más
lerdos, más livianos, a medida que la fecha del parto se acercaba–, y por fin
la mano que dejaba el plato, mano que Antenor no se atrevía a tocar. Hasta que
la mirada del viejo también cambió. Tal vez, alguna noche, sus ojos se cruzaron
con los de Paula, o tal vez, simplemente, miró su rostro. El silencio se le
pobló entonces con una presencia extraña y amenazadora, que acaso se parecía un
poco a la locura, sí, alguna noche, cuando ella venía con la lámpara, el viejo
miró bien su cara: eso como un gesto estático, interminable, que parecía
haberse ido fraguando en su cara o quizá sólo en su boca, como si la costumbre
de andar callada, apretando los dientes, mordiendo algún quejido que le subía
en puntadas desde la cintura, le hubiera petrificado la piel. O ni necesitó
mirarla. Cuando oyó girar la llave y vio proyectarse larga la sombra de Paula
sobre el piso, antes de que ella dijera lo que siempre decía, el viejo intuyó
algo tremendo. Súbitamente, una sensación que nunca había experimentado antes.
De pronto le perforó el cerebro, como una gota de ácido: el miedo. Un miedo
solitario y poderoso, incomunicable. Quiso no escuchar, no ver la cara de ella,
pero adivinó el gesto, la mirada, el rictus aquel de apretar los dientes. Ella
dijo:<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">–Va a tener el chico.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">Antenor volvió la cara hacia la pared. Después,
cada noche la volvía.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">VI<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="color: black;">Nació en invierno; era varón. Paula lo tuvo ahí
mismo. No mandó llamar a la Tomasina: el día anterior le había dicho a Fabio
que no iba a necesitar nada, ningún encargo del pueblo.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–Ni hace falta
que venga en la semana –y como Fabio se había quedado mirándole el vientre,
dijo: –Mañana a más tardar ha de venir la Tomasina.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">Después pareció
reflexionar en algo que acababa de decir Fabio; él había preguntado por la
mujer que ayudaba en la casa. No la he visto hoy, había dicho Fabio.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–Ha de estar en
el pueblo –dijo Paula. Y cuando Fabio ya montaba, agregó: –Si lo ve al Tomás,
mándemelo. Luego vino Tomás y Paula dijo:<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">–Podes irte
nomás a ver tu chica. Fabio va a cuidar la casa esta semana.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">Desde la
ventana, arriba, Antenor pudo ver cómo Paula se quedaba sola junto al aljibe.
Después ella se metió en la casa y el viejo no volvió a verla hasta el día
siguiente, cuando le trajo el chico.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">Antes, de cara
contra la pared, quizá pudo escuchar algún quejido ahogado y, al acercarse la
noche, un grito largo retumbando entre los cuartos vacíos; por fin, nítido, el
llanto triunfante de una criatura. Entonces el viejo comenzó a reírse como un
loco. De un súbito manotón se aferró a las correas de la cama y quedó sentado,
riéndose. No se movió hasta mucho más tarde.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">Cuando Paula
entró en el cuarto, el viejo permanecía en la misma actitud, rígido y sentado.
Ella lo traía vivo: Antenor pudo escuchar la respiración de su hijo. Paula se
acercó. Desde lejos, con los brazos muy extendidos y el cuerpo echado hacia
atrás, apartando la cara, ella, dejó al chico sobre las sábanas, junto al
viejo, que ahora ya no se reía. Los ojos del hombre y de la mujer se encontraron
luego. Fue un segundo: Paula se quedó allí, inmóvil, detenida ante los ojos
imperativos de Antenor. Como si hubiera estado esperando aquello, el viejo
soltó las correas y tendió el brazo libre hacia la mujer; con el otro se apoyó
en la cama, por no aplastar al chico. Sus dedos alcanzaron a rozar la pollera
de Paula, pero ella, como si también hubiese estado esperando el ademán, se
echó hacia atrás con violencia. Retrocedió unos pasos; arrinconada en un ángulo
del cuarto, al principio lo miró con miedo. Después, no. Antenor había quedado
grotescamente caído hacia un costado: por no aplastar al chico estuvo a punto
de rodar fuera de la cama. El chico comenzó a llorar. El viejo abrió la boca,
buscó sentarse y no dio con la correa. Durante un segundo se quedó así, con la
boca abierta en un grito inarticulado y feroz, una especie de estertor mudo e
impotente, tan salvaje, sin embargo, que de haber podido gritarse habría
conmovido la casa hasta los cimientos. Cuando salía del cuarto, Paula volvió la
cabeza. Antenor estaba sentado nuevamente: con una mano se aferraba a la
correa; con la otra, sostenía a la criatura. Delante de ellos se veía el campo,
lejos, hasta el Cerro Patrón.<o:p></o:p></span></p>
<p><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">Al salir, Paula
cerró la puerta con llave; después, antes de atar el sulky, la tiró al aljibe.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 12.0pt;"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-365337135112848979.post-69890062927183225902023-06-19T16:40:00.002-07:002023-06-19T16:43:44.333-07:00"Rubi y el lago danzante" un cuento de Marcelo Cohen<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgJccUpGGCBeTkmnmHY26X-qHQkEBSe04KKMzyXF4hz7g6_er_hCsxB7uExzDsTWQSihJ60v99DGVCo3gtUrPXjXXhY-MRnOxf9fngzRPQf4KJnr6N8aw1QInO5a26msYraPwRhTtvtYj9igVGq3KpJp7W5jE1OB32fg9We9Xt9VFDadqMRH9r4UZ912wU" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="194" data-original-width="259" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgJccUpGGCBeTkmnmHY26X-qHQkEBSe04KKMzyXF4hz7g6_er_hCsxB7uExzDsTWQSihJ60v99DGVCo3gtUrPXjXXhY-MRnOxf9fngzRPQf4KJnr6N8aw1QInO5a26msYraPwRhTtvtYj9igVGq3KpJp7W5jE1OB32fg9We9Xt9VFDadqMRH9r4UZ912wU" width="320" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 15pt;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; letter-spacing: 0.1pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Esto sucede en la época de la piedad absoluta por
todas las criaturas. La conciencia de la igualdad de las especies culminó en
nuevas leyes y varios gobiernos isleños han redimido a los animales de
cualquier tipo de sujeción a los humanos, e incluso han exonerado a los
animales electrónicos de ayudar a los ciborgues. Dicho esto, veamos. Una tarde,
al volver a casa desde el educatorio, Munruf ve, acurrucada contra la pared de
un edifico, una perrita manchada de hocico largo, orejas cortas y ojos de uva
moscata, como las perras de las películas antiguas. Le tiembla el cuello, a la
perrita; y es que está a punto de atacarla un lince de los que a veces se
cuelan en la ciudad desde los campos vallados que el gobierno creó para que las
bestias vivan y se devoren entre ellas a sus anchas. Ningún nene de nueve años
ha visto nunca un perro fuera de los muestrarios de cuadernaclo, pero pocos
soportarían que muriese esa cachorra tibia e indefensa, y Munruf no es de esos
pocos. Instintivamente echa mano de su desintegrátor de juguete y ahuyenta al
lince con una ráfaga de chispas. Recoge a la perrita y se la lleva bajo el
gabán. Le pone Rubí, un nombre que ve en una de las casillas que en este barrio
de módulos familiares subsisten como recuerdo o santuario de los animales que
albergaron tiempo atrás. Rubí y Munruf se tienen un cariño tan inmediato y
enternecedor que el padre del brachito, un obrero contestatario, acepta que el
chico transgreda la prohibición específica de poseer mascotas. Con los días, la
madre y hasta la hermana de Munruf, una quinceañera coquetona, vencen la
repugnancia y se tiran con él en la alfombra a jugar con Rubí, rodar, enredarse
con ella y recibir sus husmeos, moqueos y lengüetazos. Pero están los
peliagudos trabajos de eliminar la caca, impedir que rezumen otros olores
inhabituales, mantener a la perra alejada del minúsculo jardín del módulo y
acallar el menor ladrido, y hay vecinos rastreros que hacen preguntas oblicuas,
y a poco empieza a haber insólitos inspectores de la Bedelía de Diversidad
rondando el barrio. Como encima es imposible disimular la cara de asfixia que
da tener ese cuerpo extraño siempre adentro, el padre de Munruf empieza a temer
por la familia, y por su trabajo de laminador en una planta metalúrgica de
bambuminio. Y sin duda porque alrededor se palpa que en la casa hay una
situación rara, una noche llama a la puerta un hombre gordo y pelilargo, de
túnicat aceitunada, que viene a proponerles un trato. Entre los animales con
que adornan sus casas los ricachones petulantes y los funcionarios traficantes
de fauna, el ejemplar canino se cotiza muy bien porque ya no quedan muchos;
pero la hermandad que representa el gordo está empeñada en dar a los animales
una ocupación, restaurar el vínculo con los humanos y promover la diversión
conjunta. Los hermanos son nativos del poniente de la isla, donde han heredado
la reprimida creencia de que en el desenfado de las bestias hay una enseñanza
para la gente. Están lo bastante bien ocultos y armados para proteger su causa
y propagarla, y pagan mejor que los traficantes. Para desconsuelo de Munruf, no
sólo por el dinero sino por el bien de todos, el padre acuerda. Dos días
después se presenta un par de supuestos técnicos de ventilación que ahogan los
gemidos de Rubí con caricias expertas, la meten en una caja de respuestos y la
retiran en un furgonet. El gordo envía al cabeza de familia un mensaje neural
con una hoja de ruta y un horario, y una reflexión difícil de calibrar:
“Poquísimos animales domésticos sobrevivieron a la convivencia con los
salvajes, y si hay perros que siguen coleando es porque son aguerridos”. El
chico Munruf está decaído; lo aburren los librátors del cole. El padre lo lleva
a visitar la nueva vida de Rubí. El último tramo del viaje es a pie. Dos
millatros fuera de un caserío de la tundra hay una mina de orgeladio agotada.
Hombres y mujeres con vibradoras bajo las túnicats vigilan la entrada del túnel
hacia una bóveda presidida por un carteluz, <i>El Gran Ruedo de
Diversiones</i>, bajo el cual se paga la entrada. Es día de torneo y hay buena
concurrencia, bulliciosa y masticadora de golosinas, e intercambio y
compraventa de patas de conejo, collares con púas, bozales, plumas de corneja,
gorros de cuero de minorco. La competencia empieza con una riña de cherpias
semiorgánicas; se picotean, se espolean, mientras la gente grita y tira tarbits
a la arena, hasta que una destroza a la otra, aunque en seguida se rasga
también dejando un reguero de cuajarones y tripálitos. Tras la limpieza
desfilan los animalitos de veras, enmascarados y ataviados con túnicats
aceitunadas. A uno le tiembla la careta como si hocicara. Munruf estruja la
mano del padre. Retiran a todos menos dos y los desnudan; son dos perritas, una
aleonada, la otra Rubí. Suena un triángulo. Acicateadas por el griterío, las
contrincantes arrufan, gruñen, se abalanzan y se esquivan. Munruf murmura como
si orase o diese instrucciones; se niega a irse; ni siquiera deja que el padre
le tape los ojos. Pero si las perritas se mordisquean es precavidamente, casi
con remilgos, y en seguida se cansan y caen en una serie de amagos inofensivos,
tan lentos que la gente deja de apostar. Después estalla un abucheo enardecido
por el fiasco. Las perritas se sientan. Rubí se mea. Cuando Munruf salta al
ruedo y la levanta y se refriegan, antes que parar ese número empalagoso la
mujerona despacha a niño y perra fuera de la arena. El padre de Munruf departe
con el gordo, que pide dinero por devolverla, y mira de reojo el idilio de su
hijo, sin duda debatiéndose entre dejar a la perra ahí, donde mal que mal
terminará aprendiendo una profesión y está resguardada por expertos, dejarla en
una libertad donde no va a durar mucho o llevársela de nuevo a casa con riesgo
para la familia. Pero resulta que los hermanos animalistas no son tan expertos
ni seguros. De hecho se han dejado reducir. La prueba es que un pelotón de
frigatas y brachos vestidos con levitas multicolores irrumpe ágilmente en la
bóveda, encañona al gordo con lanzagujas y sofrena a los espectadores. Disimulado
hasta ahora en la platea, un veterano de sonrisa arrugada se levanta de la
butaca para encarar al padre de Munruf haciendo caso omiso del gordo. Se
presenta como Dun Aires. El grupo no pertenece a una secta; no alardean de
creencias reverenciales; vienen de las serranías del sudeste, donde sus
ancestros se preocupaban por dar a los animales otra suerte que la vagancia
absurda o la servidumbre, y el sonriente Dun Aires es administrador de un circo
furtivo. Munruf desconfía; se pone a Rubí bajo el capotín. El padre entorna los
ojos como si otease memorias de circo que a lo mejor ni son suyas, pero la
afabilidad de ese hombre todo menos seguro, incluso cauto, lo anima a dejar que
pruebe convencerlo. El público encañonado se remueve en las gradas. Dun Aires habla
no solo para el padre; se echa a gesticular para todos con una afabilidad
propagantística. Él fue en su tiempo de aquellos cuyos bisabuelos contaban cómo
sus vidas esplendían una vez por año con la llegada de los furgonetes del
circo. Bajo la carpa del circo, entre fanfarrías y redobles, humanos y animales
duchos en diversas artes se repartían papeles en insólitos números de
habilidad, gracia desopilante, elegancia, valentía, poder y carácter para
incomparable fascinación de gentes de siete a setenta años. Pero a la par que
entendía mal las necesidades de las especies, la ley propició el descrédito de
los espectáculos de habilidad y riesgo, y así cayó la infamia no sólo sobre la
doma de fieras sino sobre la amazona, los trapecistas, los funámbulos, los simios
bufones, los ballets ratoniles y las fieras mismas que sabían perfectamente
cuándo aceptar una orden y cuándo transgredirla. ¿Quién se atreve hoy a
devolver al público el goce de esas atracciones? ¿Qué público será tan cagón
como para negárselas? La gradas enmudecen. Dun Aires se aparta con el padre de
Munruf; lo instruye en que, a diferencia de mutantes como los huargos o
tegraptores, los perros tienen una inteligencia reforzada por ciclos de
resistencia evolutiva y son muy simpáticos. El padre acepta donarle a Rubí.
Munruf se niega. Con el forcejeo, Rubí empieza a soltar ladriditos y el niño se
desboca en unos alaridos tales que al padre le da una cachetada. Cae la mano,
estupefacta de haber estropeado una historia de comprensión. Acariciando a los dos,
Dun Aires disipa las vergüenzas acomodando a Rubí en un capacho. La perrita se
calma, y padre e hijo se van. Durante el contrito millatro de caminata por la
tundra, un rumor de rotores les revela que tal vez no hayan dado tan mal paso:
al mirar hacia atrás ven que de un gavilónaro con una dudosa divisa oficial se
está desprendiendo sobre la mina del Ruedo de Diversiones una tropa de asalto;
pero al mismo tiempo, una bandada de alegres levitas multicolores se pierde ya
veloz, levemente en el ocaso volando en alademoscas. En la casa de Munruf
transcurren los días sin perra; la ausencia escuece la rutina cálida de la vida
de la familia tanto como un extraño agujero que ha aparecido en el suelo de
diminuto jardín: es un boquete sin fondo visible, con la boca rodeada de un
anillo de materiales subterráneos, no sólo tierra sino escamas de adoblástice y
ladrillina de cimientos, que se hace cada vez un poco más sin que el padre
logre detectar cómo se origina. La cavidad parece un síntoma de que la casa
está incompleta. En ese período de entendimiento, la madre de Munruf pone el
colofón. Dice que es al ñudo debatirse, la vida nada más que de personas es
así. Pero desde el ángulo de Munruf la cavidad del jredincito está además
velada en brumas; y desde el ángulo del espectador, Munruf se ha vuelto un
chico triste como no era al comienzo. Pero ya cuando se presagia que una apatía
melancólica va a adueñarse de todos, una mañana se encuentran, no con un
anuncio neural de publicidad, sino un panfletito impreso que durante la noche
alguien deslizó por debajo de la puerta. En negro sobre amarillo, primorosas
letras informa:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 15pt;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; letter-spacing: 0.1pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">¡EL CIRCO REGRESA! BAJO SUS CANDILES DE FIESTA ESTARÁN
UNA VEZ MÁS OVISTIA LA GALOPERA, DURUBÓ EL HOMBRE LÁSER, LAS GOLONDRINAS DEL
TRAPECIO, BUFONES, ILUSIONISTAS, HUARGOS FEROCES Y LA LEYENDA DEL LOS CUZCOS
DEL LAGO DANZANTE.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 15pt;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; letter-spacing: 0.1pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Se avisa que la ocasión no es muy frecuente y hay una
fecha y detalladas instrucciones para llegar. Una nota al pie indica: Memorice
los datos incluidos; este escrito se autoeliminará dos horas después de haber
sido tocado. Munruf ha visto poco papel; pero cuando este se prende fuego no lo
lamenta; más bien se ilusiona, como si la magia del circo se hubiera infiltrado
en la casa y la llamita hubiera consumido algo de tristeza. Por eso, cuando la
víspera de la excursión el padre le pregunta si encontrarse con Rubí no le
abrirá de nuevo la herida, Munruf dice que no ve la hora de estar ahí. Al día
siguiente los cuatro toman un autobús hasta una estación fluvial secundaria.
Una hora después se bajan de la lancha en el muelle de una aldea ribereña. Las
lomas donde se escalonan los últimos módulos están surcadas de sendas; por una
casi borrada por matas de eubermia suben una cuesta, bajan por el otro lado,
vadean un arroyo y entran en un bosque, y en la otra linde salen a una suerte
de olla arcillosa al fondo de la cual, pespunteada de lucecitas, rodeada de
ligeros flayfurgones camuflados, la carpa deja escapar una música. Desde otros
puntos llegan niños, padres y abuelos. Delante de una cortina, un sosia de Dun
Aires con la cara entalcada parlotea sin cesar mientras cobra las entradas. A
lo largo de los tablones que rodean una pista circular las caras se expanden en
la espera ferviente de lo nunca visto. De la musicaja brota un redoble y una
fanfarria: Dun Aires anuncia a ¡Ovistia la galopante! La señorita que va cabeza
abajo sobre la montura, desnudas las piernas y cubierto el torso por la levita
caída, puede ser admirable, pero no supera el trote del palafreno negro, tan
esbelto, tan brioso en sus vueltas por el anillo, tan fabulosamente animal, que
el público no sabe si aplaudir o frotarse los ojos. Algunos fuman como
chimeneas, otros se devoran las golosinas que han comprado casi sin
masticarlas, otros simplemente aspiran el tufo del olor del caballo, y eso es
apenas el comienzo, porque después el domador, a fuerza de vibrazots, negocia
con el huargo amarillo hasta que la fiera, no por eso sin rugir, acepta pararse
en dos patas para fundirse con el otro en un abrazo. Luego Merasju la hechicera
parte en dos al bufón Froto, que corre por la arena como loco buscando el torso
que le falta, y el mico Troyo hace cadena con las Golondrinas del Trapecio.
Contando las que siguen, quizá las atracciones sean demasiadas; algunas dan
cierta angustia, en otras los humanos no dominan bien el afán de protagonismo y
mientras tanto la musicaja, a falta de orquesta, se va poniendo machacona. Las
caras cuajan en sonrisas inmóviles. Los viejos se han empachado de caramelis.
Entonces Dun Aires, todo ademanes, pide un aplauso para recibir a los Cuzcos
del Lago Danzante. No es el lago, claro, el que danza, sino un mixto
humano-canino que, al compás de un plácido merigüel, entra en fila india, forma
una rueda, la desdobla, inicia desplazamientos enfrentados y poco a poco se
desintegra en hileras más cortas que confluyen, pero sólo para divergir como
fragmentos de frases enredadas, como varillas a la deriva en propiamente un
lago. Si hay una leyenda implícita, no se entiende. Pero a Munruf no puede
importarle. En medio de esa pequeña muchedumbre caligráfica está Rubí. Llevan
un chal estampado, bonete, gafas oscuras de marco turquesa y, aunque las
patitas traseras casi no se reconocen por el esfuerzo de mantenerse erguida
sobre los zapatos de tacón, el hocico en punta es inconfundible, y se diría que
la naricita húmeda ya tiembla por el influjo del olor de su amigo. Pero no
mueve la cabeza. Concentrada en la música, avanza tres pasitos, se para, repite
y a los seis da marcha atrás, sólo tres cada vez, como para recuperar algo que
olvidó o recoger un herido en combate; como, si realmente en el agua, surfeara
sobre una ola que se repliega para ir después un poco más lejos. Es prodigioso.
La familia toda se babea, pero Munruf ha apoyado la cabeza en las manos. Los
ojos le resplandecen, de lágrimas o de estupor, y del foco en el taconeo
ondulante de la perrita la mirada que no pestañea se eleva al techo de la
carpa, sale al cielo, da la curva a la bóveda del cielo y se desliza hacia
atrás, hasta caer en la tierra y hundirse, mientras la imagen de Rubí se le
desvanece en la oscuridad de un túnel que alguien cava en el subsuelo. De esa
vuelta completa hacia atrás el bracho surge con una expresión inquisitiva. Se
rasca la cabeza. Tanto le acaba de pasar que se ha perdido una parte del
espectáculo, sin gran perjuicio porque, a juzgar por los demás, parece que
empezó a reiterarse. Gentes y bestezuelas flaquean un purlín. El merigüel
languidece. A tiempo se apaga para que todavía Dun Aires pueda repetir Damas y
Caballeros: ¡Los Cuzcos del Lago Danzantes! y el público ovacione, larga,
vivazmente, y la familia de Munruf de la impresión de convencerse de que, entre
la inocultable humillación de los animales y la brillantez que les da la
displina, el saldo para ellos es que han disfrutado. Estarían contentísimos si
ahora que los bailarines saludan y se retiran no les quedase con la diversión
un nudo en el estómago. Seguramente sienten un vacío, si no no se apurarían,
padre y hermana de Munruf, a interceptar a Dun Aires para preguntar cuándo es
la próxima función. Por desgracia, Dun Aires no lo sabe todavía. Sale de la
carpa con ellos, señala los furgonetos, la actividad de los artistas, el trajín
de los guardias y les pide que vean si no están ya están desmontando. Partirán
a medianoche. No pueden jugar con el albur de que los ubique una brigada de la
Bedelía, una horda de traficantes de fauna o una banda de las dos cosas juntas.
La desanimada familia pregunta entonces cuándo. Dun Aires abre los brazos como
un político triunfador. Que esperen el panfletito, les dice. Que esperen
confiados. Lo que más hacen los circos es volver. Ellos también vuelven, más
bien cabizbajos, desposeídos, inermes frente a un desquicio de sensaciones,
aunque Munruf no del todo. ¿Qué te pareció, le pregunta el padre? No sé, papi;
está muy profesional, ¿no? La madre opina que Rubí les ha enseñado que la vida
es así: verdor, desierto y al final del desierto otra vez los árboles. Munruf
asiente, alejado como si todavía estuviese rumiando el paseo por el cielo y el
subuelo. Y cuando después de un viaje encima pesadísimo llegan a la casa, antes
que nada sale al jardinet, se agacha ante del agujero, tantea un rato por
dentro y, sin limpiarse mucho la mano, va a en busca de un librator de dibujos
y le muestra uno al padre. Señala algo. Le pregunta si sabe qué es eso. Sí,
hijo; es un topo, hijo, un animalito industrioso que cava túneles bajo la
tierra. Munruf golpetea el dibujo con un dedo. Ya terminó de pensar. Está tan
agitado que por poco se le cae el librátor. Claro, papá, dice; ¿te das cuenta?;
es un topo; mejor lo dejo que siga escondido.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p> Este cuento lo lei del libro de Hernan Casciari , donde cuenta el cuento :</o:p></span></p><hr style="background-color: white; border-bottom: 0px; border-image: initial; border-left: 0px; border-right: 0px; border-top-color: rgb(84, 110, 122); border-top-style: solid; box-sizing: content-box; color: #37474f; display: inline-block; font-family: Georgia, serif; font-size: 19.5px; height: 0px; margin-bottom: 1em; margin-top: 1em; width: 777.812px;" /><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #37474f; font-family: Georgia, serif; font-size: 19.5px; line-height: 1.6; margin: 0px 0px 0.6em;"></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 7.2pt;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Este
cuento es de Marcelo Cohen, el gran autor y gran traductor argentino. Esta
historia ocurre en un archipiélago más o menos futurista y dice así: </span><span lang="ES-MX" style="color: #37474f; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 7.2pt;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">En
un futuro próximo, el Gobierno llegó a la conclusión de que los animales
debían vivir aislados, en una zona con vallas, donde pudieran interactuar de
forma salvaje. Por eso las personas tenían prohibido, entre otras cosas,
alimentarse con animales o tener mascotas. </span><span lang="ES-MX" style="color: #37474f; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 7.2pt;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Por
eso cuando Benjamín, un nene de nueve años, vio un perrito abandonado en la
calle, se quedó duro: nunca había visto un perro de verdad, todo lo que sabía
de los perros lo había leído en la enciclopedia. </span><span lang="ES-MX" style="color: #37474f; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 7.2pt;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">El
perrito estaba muerto de miedo, porque seguro se había escapado de la zona de
vallas, y Benjamín lo metió en su mochila. En su casa le puso nombre, Rubí. No
fue fácil convencer a sus padres, porque tener un animal estaba penado con
cárcel. Pero los padres de Benjamín también estaban maravillados. Dejaban
dormir al perro en la cama, lo adoraban y ti raban la caca a escondidas. Una
noche Rubí se escapó al patio y empezó a ladrarle a un agujero en la tierra.
Salió toda la familia corriendo a guardar al perro, y al otro día tuvieron que
mentirles a los vecinos. </span><span lang="ES-MX" style="color: #37474f; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 7.2pt;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Hasta
que un día pasó lo que temían: golpearon la puerta. Por suerte no era la
Brigada, sino un tipo flaco, con túnica, que fue al grano: ya todo el barrio
sabía que en la casa había un animal, y el perro tenía los días contados. O
llegaba un agente del Gobierno a llevarse al perro y encarcelar al padre, o venía
un traficante a robarles el perro y quizás hacer daño a alguien más. O…
(tercera opción) podían venderle el perro a él, que trabajaba en un circo
clandestino. </span><span lang="ES-MX" style="color: #37474f; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 7.2pt;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">¡¿Un
circo?! Los padres de Benjamín trataron de recordar. Les sonaba el nombre, a
veces sus abuelos hablaban de eso. El flaquito de túnica les explicó qué era
un circo, y les compró el animal por muy buena plata. </span><span lang="ES-MX" style="color: #37474f; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 7.2pt;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Los
padres de Benjamín aceptaron, porque tener una mascota era, cada día, un
peligro mayor. A pesar de la tristeza, la familia sintió alivio. Pero con el
paso de las semanas empezaron a extrañar a Rubí. Y descubrieron algo: la vida,
si era solo entre personas, estaba incompleta. </span><span lang="ES-MX" style="color: #37474f; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 7.2pt;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Un
día, cuando no daban más de tristeza, por debajo de la puerta alguien deslizó
un panfleto clandestino que decía: «¡Volvió el circo!». </span><span lang="ES-MX" style="color: #37474f; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 7.2pt;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">El
papel daba precisiones para llegar al espectáculo y advertía que, tras
memorizar la dirección exacta de la carpa, había que destruir el
panfleto. </span><span lang="ES-MX" style="color: #37474f; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 7.2pt;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Benjamín
no podía creer que volvería a ver a Rubí.</span><span lang="ES-MX" style="color: #37474f; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 7.2pt;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Al
día siguiente los tres tomaron un barco, bajaron en una isla y caminaron por
una zona salvaje hasta llegar a la carpa. Una vez adentro, se encontraron con
todo eso que nosotros todavía recordamos, pero que nadie en el futuro ha visto
nunca: monos acróbatas, domadores de leones, osos bailarines, tigres de
bengala saltando en aros de fuego. La gente aplaudía, gritaba y lloraba de
emoción. </span><span lang="ES-MX" style="color: #37474f; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 7.2pt;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Hasta
que, en un momento, el flaquito de túnica (al que ellos conocían muy bien) se
paró en el centro de la pista y pidió un aplauso para recibir a «Rubí y el lago
danzante», un nombre pomposo para bautizar a un perro que bailaba en una fuente
de agua. Y ahí estaba Rubí, envuelto en un chal, con sombrero y anteojos
oscuros de marco turquesa, haciendo el esfuerzo por mantenerse erguido sobre
sus patas traseras. </span><span lang="ES-MX" style="color: #37474f; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 7.2pt;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Benjamín
lloraba mirando a su perro. Pero no de emoción. Imaginaba lo que su mascota
había sufrido para aprender a hacer esa idiotez. Pero nadie más que él lloraba.
Cuando terminó el acto todos aplaudieron de pie esa humillación que los hombres
hacían sobre los animales. </span><span lang="ES-MX" style="color: #37474f; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 7.2pt;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Después,
tan pronto como el de túnica se fue con el perro, la familia sintió un vacío.
Se apuraron a preguntar cuándo sería la próxima función, pero les dijeron que
el circo se iba, a medianoche, antes de que la Brigada o los traficantes les
cayeran encima. </span><span lang="ES-MX" style="color: #37474f; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 7.2pt;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">La
familia volvió, cabizbaja, sin saber si habían visto algo extraordinario o
algo terrible. Cuando llegaron a casa, Benjamín se fue a llorar al patio,
frente al pozo al que le ladraba Rubí en sus tiempos de mascota. Lloró y
lloró, hasta que dentro del pozo Benjamín escuchó un ruido. Se secó las
lágrimas, se agachó, y con la linterna del teléfono miró dentro del pozo. </span><span lang="ES-MX" style="color: #37474f; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 7.2pt;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Después
entró a su casa, buscó una enciclopedia, le señaló al padre un dibujo y le
preguntó qué era eso. El papá le dijo: «¿Eso? Era un topo. ¿Por qué preguntás?».
Benjamín respondió: «No. Por nada». </span><span lang="ES-MX" style="color: #37474f; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 7.2pt;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Y
después hizo un gran esfuerzo para que nadie, nunca, descubriera su felicidad.</span><span lang="ES-MX" style="color: #37474f; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p> </o:p></span></p><br /><p></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-365337135112848979.post-44473677139265515252023-05-21T10:03:00.003-07:002023-05-21T10:03:26.383-07:00Julio Cortazar , "El terrón de azúcar " microrelato escondido en Rayuela<p> </p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgqeTKDDOjaaheY8gnTNxoifUGOPdAezh_7OOh95lovYaOdNzDFXJXWSSxoOMQDE-Qs2E0nLXbhzQur8_XWfVkXSgR4IHbcQQnsSc1kBWljFq8zTDTePH-OZMosPSQDBXq0oPFgjIRAOMmzs3kYcKc0CNJEmFRDjD4pG8HSbo33431ds2KAPIiCrubU" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="183" data-original-width="275" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgqeTKDDOjaaheY8gnTNxoifUGOPdAezh_7OOh95lovYaOdNzDFXJXWSSxoOMQDE-Qs2E0nLXbhzQur8_XWfVkXSgR4IHbcQQnsSc1kBWljFq8zTDTePH-OZMosPSQDBXq0oPFgjIRAOMmzs3kYcKc0CNJEmFRDjD4pG8HSbo33431ds2KAPIiCrubU" width="320" /></a></div><br /><br /><p></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;">Desde la infancia apenas se me cae
algo al suelo tengo que levantarlo, sea lo que sea, porque si no lo hago va a
ocurrir una desgracia, no a mí sino a alguien a quien amo y cuyo nombre empieza
con la inicial del objeto caído. Lo peor es que nada puede contenerme cuando
algo se me cae al suelo, ni tampoco vale que lo levante otro porque el
maleficio obraría igual. He pasado muchas veces por loco a causa de esto y la
verdad es que estoy loco cuando lo hago, cuando me precipito a juntar un lápiz
o un trocito de papel que se me han ido de la mano, como la noche del terror de
azúcar en el restaurante de la rue Scribe, un restaurante bacán con montones de
gerentes, putas de zorros plateados y matrimonios bien organizados. Estábamos
con Ronald y Etienne, y a mí se me cayó un terrón de azúcar que fue a parar
abajo de una mesa bastante lejos de la nuestra. Lo primero que me llamó la
atención fue la forma en que el terrón se había alejado, porque en general los
terrones de azúcar se plantan apenas tocan el suelo por razones paralelepípedas
evidentes. Pero éste se conducía como si fuera una bola de naftalina, lo cual
aumentó mi aprensión, y llegué a creer que realmente me lo habían arrancado de
la mano. Ronald, que me conoce, miró hacia donde había ido a parar el terrón y
se empezó a reír. Eso me dio todavía más miedo, mezclado con rabia. Un mozo se
acercó pensando que se me había caído algo precioso, una Párker, o una
dentadura postiza, y en realidad lo único que hacía era molestarme, entonces
sin pedir permiso me tiré al suelo y empecé a buscar el terrón entre los
zapatos de la gente que estaba llena de curiosidad creyendo (y con razón) que
se trataba de algo importante. En la mesa había una gorda pero igualmente
putona, y dos gerentes o algo así. Lo primero que hice fue darme cuenta de que
el terrón no estaba a la vista y eso que lo había visto saltar hasta los
zapatos (que se movían inquietos como gallinas). Para peor el piso tenía
alfombra, y aunque estaba asquerosa de usada el terrón se había escondido entre
los pelos y no podía encontrarlo. El mozo se tiró del otro lado de la mesa, y
ya éramos dos cuadrúpedos moviéndonos entre los zapatos-gallina que allá arriba
empezaban a cacarear como locas. El mozo seguía convencido de la Párker o el
luis de oro, y cuando estábamos metidos debajo de la mesa, en una especie de
gran intimidad y penumbra y él me preguntó y yo le dije, puso una cara que era
como para pulverizarla con un fijador, pero yo no tenía ganas de reír, el miedo
me hacía una doble llave en la boca del estómago y al final me dio una
verdadera desesperación (el mozo se había levantado furioso) y empecé a agarrar
los zapatos de las mujeres y a mirar si debajo del arco de la suela no estaría
agazapado el azúcar, y las gallinas cacareaban, lo gallos gerentes me
picoteaban el lomo, oía las carcajadas de Ronald y de Etienne mientras me movía
de una mesa a otra hasta encontrar el azúcar escondido detrás de una pata
Segundo Imperio. Y todo el mundo enfurecido, hasta yo con el azúcar apretado en
la palma de la mano y sintiendo cómo se mezclaba con el sudor de la piel, cómo
asquerosamente se deshacía en una especie de venganza pegajosa, esa clase de
episodios todos los días. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p> Seleccionado por </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><a href="http://narrativabreve.com/?s=Ernesto+Bustos+Garrido"><span style="background: white; border: none windowtext 1.0pt; color: #3e0893; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm; text-decoration: none; text-underline: none;">Ernesto
Bustos Garrido</span></a></span><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p></o:p></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-365337135112848979.post-47241459874939724122023-04-09T18:03:00.001-07:002023-04-09T18:03:03.537-07:00Cesar Cantoni ( La Plata , 1951)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgjpq6BgzTI7K_ceRO2hExNj57cX-VA7wvvVGlnNxduEpjyWPkQSZGRr2EJsM-aO8WMbQez8MOCIitvtgTubyw5M6_kqUjI3TOfcRiJHFgsJTFGZlEChuoGROlc7zrJhtbACwQu1ay_ggFIHCtyxzQ2U4bu3M_i0WycifD-6FR2epY45fqpRZf9tPua" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="290" data-original-width="216" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgjpq6BgzTI7K_ceRO2hExNj57cX-VA7wvvVGlnNxduEpjyWPkQSZGRr2EJsM-aO8WMbQez8MOCIitvtgTubyw5M6_kqUjI3TOfcRiJHFgsJTFGZlEChuoGROlc7zrJhtbACwQu1ay_ggFIHCtyxzQ2U4bu3M_i0WycifD-6FR2epY45fqpRZf9tPua" width="179" /></a></div><br /><br /></div><br /><p></p><h2 style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #2c3e50; font-family: Merriweather; font-size: 24px; margin: 0px 0px 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="background: 0px 0px; border: 0px; font-weight: normal; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"> </span></h2><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><br /></div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><i><b><br /></b></i></div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><i><b>Un pequeños insecto</b></i></div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><br /></div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><br /></div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"> </div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><br /></div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Un pequeño insecto con alas</div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">se posa sobre el freezer.</div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Cuando me acerco a él,</div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">ni siquiera intenta moverse.</div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Es evidente que no cree en el mal.</div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Iba a aplastarlo con el diario</div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">que enrollé al efecto,</div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">pero su fe en el mundo</div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">me hace desistir de la acción.</div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><br /></div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><br /></div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><br /></div><h2 style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #2c3e50; font-family: Merriweather; font-size: 24px; margin: 0px 0px 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><br /></h2><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><i><b>Percepcion de viejo</b></i></div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><br /></div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><br /></div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">El tiempo –diría un poeta</div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">de vena metafórica–</div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">es como un tren que no se detiene</div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">en ninguna estación:</div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><br /></div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">corre tan velozmente </div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">que, apenas abrimos la ventanilla</div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">para ver el paisaje,</div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">ya estamos arribando a destino.</div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><br /></div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><br /></div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #26292c; font-family: Merriweather; font-size: 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><br /></div><h2 style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #2c3e50; font-family: Merriweather; font-size: 24px; margin: 0px 0px 15px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><br /></h2>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-365337135112848979.post-89310908883218450672023-04-09T12:02:00.000-07:002023-04-09T12:02:04.765-07:00Tasos Livaditis (1922 Atenas - 1988 Atenas)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiH4ssi3T5_bjDtjTFbatcWHozS2PRX1HtJ543Jh30bNTQVhpNCAVEuTnTCOvylXJ2h0xjGL9PBFwuFTi_vh56wB6_cKYiLAGRmgiDJjf4442OM_B8vxKOKJf3y6sqO8TQOzm5VTCduTiADka0CAHhIRpr6qProTBDk9nVxgfr_knaxatjn8uCl4aY5" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="399" data-original-width="638" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiH4ssi3T5_bjDtjTFbatcWHozS2PRX1HtJ543Jh30bNTQVhpNCAVEuTnTCOvylXJ2h0xjGL9PBFwuFTi_vh56wB6_cKYiLAGRmgiDJjf4442OM_B8vxKOKJf3y6sqO8TQOzm5VTCduTiADka0CAHhIRpr6qProTBDk9nVxgfr_knaxatjn8uCl4aY5" width="320" /></a></div><br /><p></p><p><br /></p><p><i><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: EN-US;">Violetas para una época</span></i><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: EN-US;">, 1985</span></p><p><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: EN-US;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Pequeña disertación</span></b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Algún día quisiera hablar de esta sombra
que nos sigue entre la niebla – pero me está prohibido contar el final de una
historia<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">que no tuvo nunca principio.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Marxismo aplicado</span></b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Y algunas veces mientras estoy solo en
mi dormitorio escondo el poco dinero que tengo para que entre más intrépida por
la ventana<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">la luz de la luna.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> </span><b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Cosecha</span></b></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Y cuando se me acercaron apuntándome con
sus armas, sonreí con desprecio y levantando las manos comencé a cosechar las
manzanas de la temporada.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Verano</span></b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">«Siguen sin dejarme dormir», decía cada
mañana la vieja que dormía en el parque. Se refería seguramente a las estrellas<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">o a los niños que habían muerto en la
guerra.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Tardes extrañas</span></b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Una mujer estaba sentada en un banco del
parque, en total soledad, llevaba un paraguas, no tenía a dónde ir, hasta que
se levantó y con pasos lentos e inseguros<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">subió al cielo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Respuesta</span></b></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">«Pero ¿cómo es que caminas sobre las
olas?», pregunté.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">«Me equivoqué de camino», me dice.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #333333; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">El poeta I</span></b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Intenta aparentar tranquilidad.
Parecerse a los demás. Y hay ocasiones en que lo consigue.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Pero por las noches no puede dormir. Sus
grandes alas no caben en su sueño.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #333333; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Vida diaria</span></b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">La gente se apresura: preocupaciones,
condiciones de vida, sueños, compromisos –<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">¿de dónde van a sacar tiempo para
conocer sus vidas?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Autorretrato</span></b></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Tan asustado estaba que cuando me
quitaban algo les agradecía que me hubieran dejado al menos su recuerdo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #333333; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Noche</span></b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Y de repente descubres en una estatua
todo el olvido<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">o en una palabra irreflexiva el
testimonio más verdadero.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #333333; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Puntos sin aclarar</span></b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Todos regresaron. Solo los poetas se
quedaron allí para siempre.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #333333; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Experiencia de siglos</span></b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Por eso te digo, no duermas: es
peligroso. No despiertes: lo lamentarás.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #333333; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Luna llena</span></b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">«Madre», le digo, «no me prepares más la
leche – ¿no ves que estás muerta?» Esperé a ver qué me respondía. Era junio,
por la noche, con una luna espléndida en el cielo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Y no me digáis que eso no era una
respuesta.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Amor</span></b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Y cuando muramos enterradnos muy cerca<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">para no tener que correr a encontrarnos
en medio de la noche.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Bendición</span></b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Afortunados aquellos que no se
conocieron a sí mismos<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">valientes aquellos que silenciaron su
inocencia<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">pero benditos quienes lo dieron todo y
luego miraron una estrella<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">como única recompensa.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #333333; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">El crimen perfecto</span></b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">A veces se reúne gente en alguna parte,
miran todos al mismo lugar, pero no ven nada.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Porque siempre se comete un crimen allí
donde no sucede nada.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #333333; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Las manos recuerdan</span></b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Su mano demacrada, cada vez que hacía un
ademán parecía querer recorrer hacia atrás el tiempo –<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">quizá hasta aquel juego infantil que una
vez le negaron.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Desideratum</span></b><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Entonces llamaron a la puerta. Yo,
ingenuo como siempre, fui a abrir. Y así es como entró en el mundo una nueva
aflicción.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="background-color: transparent; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">tomado
de https://www.revistaaltazor.cl/</span></p><p></p><p align="center" style="background: white; margin-bottom: 18.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: center;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; mso-ansi-language: ES-MX;"><br /></span></p><p align="center" style="background: white; margin-bottom: 18.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: center;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; mso-ansi-language: ES-MX;"> </span><strong><span lang="ES-MX" style="border: none windowtext 1.0pt; color: black; mso-ansi-language: ES-MX; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">Éxitos personales</span></strong><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-font-smoothing: antialiased; -webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: inherit; margin-bottom: 18.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; orphans: 2; outline: 0px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;"> <o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-font-smoothing: antialiased; -webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: inherit; margin-bottom: 18.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; orphans: 2; outline: 0px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span style="-webkit-font-smoothing: antialiased; font-style: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; outline: 0px; overflow-wrap: break-word;"><span lang="ES-MX" style="border: none windowtext 1.0pt; color: black; mso-ansi-language: ES-MX; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">A
menudo, mientras caminas por la noche en completa soledad,</span></span><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-font-smoothing: antialiased; -webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: inherit; margin-bottom: 18.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; orphans: 2; outline: 0px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span style="-webkit-font-smoothing: antialiased; font-style: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; outline: 0px; overflow-wrap: break-word;"><span lang="ES-MX" style="border: none windowtext 1.0pt; color: black; mso-ansi-language: ES-MX; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">algo te
toca en el hombro,</span></span><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-font-smoothing: antialiased; -webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: inherit; margin-bottom: 18.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; orphans: 2; outline: 0px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span style="-webkit-font-smoothing: antialiased; font-style: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; outline: 0px; overflow-wrap: break-word;"><span lang="ES-MX" style="border: none windowtext 1.0pt; color: black; mso-ansi-language: ES-MX; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">te
vuelves entonces – y sientes de golpe lo vano</span></span><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-font-smoothing: antialiased; -webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: inherit; margin-bottom: 18.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; orphans: 2; outline: 0px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span style="-webkit-font-smoothing: antialiased; font-style: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; outline: 0px; overflow-wrap: break-word;"><span lang="ES-MX" style="border: none windowtext 1.0pt; color: black; mso-ansi-language: ES-MX; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">de la
existencia. Pero no te afliges</span></span><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-font-smoothing: antialiased; -webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: inherit; margin-bottom: 18.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; orphans: 2; outline: 0px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span style="-webkit-font-smoothing: antialiased; font-style: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; outline: 0px; overflow-wrap: break-word;"><span lang="ES-MX" style="border: none windowtext 1.0pt; color: black; mso-ansi-language: ES-MX; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">como si
fueras el primero en descubrirlo.</span></span><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p></o:p></span></p><p align="center" style="background: white; margin-bottom: 18.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: center;"><strong><span lang="ES-MX" style="border: none windowtext 1.0pt; color: black; mso-ansi-language: ES-MX; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">Procedimientos fraudulentos</span></strong><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-font-smoothing: antialiased; -webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: inherit; margin-bottom: 18.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; orphans: 2; outline: 0px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;"> <o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-font-smoothing: antialiased; -webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: inherit; margin-bottom: 18.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; orphans: 2; outline: 0px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span style="-webkit-font-smoothing: antialiased; font-style: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; outline: 0px; overflow-wrap: break-word;"><span lang="ES-MX" style="border: none windowtext 1.0pt; color: black; mso-ansi-language: ES-MX; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">No hay
otra manera posible. Al final, cada cual debe creer en sí mismo.</span></span><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-font-smoothing: antialiased; -webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: inherit; margin-bottom: 18.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; orphans: 2; outline: 0px; overflow-wrap: break-word; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span style="-webkit-font-smoothing: antialiased; font-style: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; outline: 0px; overflow-wrap: break-word;"><span lang="ES-MX" style="border: none windowtext 1.0pt; color: black; mso-ansi-language: ES-MX; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">Cuántos
falsos testimonios no han salvado alguna vida.</span></span><span lang="ES-MX" style="color: black; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span lang="ES-MX" style="color: #333333; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span></p>del poemario " Descubrimientos " 1977<p></p><p><br /></p><p><br /></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-365337135112848979.post-8247257525931416172023-04-01T15:07:00.002-07:002023-04-01T15:07:34.735-07:00Dante Gabriel Rossetti (Londres 1828 , Kent 1882)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhKgZWMQVcSDbnLWMDUTY2JMcpJp7mXDewQdwz3VEfWgyeSPbPT38ztqfAzt6bl6-8yxWFLKoFS1tTIleEdxftyIJhWhQx6W-JZHoIhJrFYu9edHMgzYKjvWsjssb-ZXjXIrSZ0QCHqNGO_f6qHDJoset9kvIrGS-Hl-ZUrJqivrORMatY5h39gIMGz" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="400" data-original-width="364" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhKgZWMQVcSDbnLWMDUTY2JMcpJp7mXDewQdwz3VEfWgyeSPbPT38ztqfAzt6bl6-8yxWFLKoFS1tTIleEdxftyIJhWhQx6W-JZHoIhJrFYu9edHMgzYKjvWsjssb-ZXjXIrSZ0QCHqNGO_f6qHDJoset9kvIrGS-Hl-ZUrJqivrORMatY5h39gIMGz" width="218" /></a></div><br /><br /></div><br /><p></p><header style="background-color: white; box-sizing: border-box;"><div class="text-center" style="box-sizing: border-box; text-align: center;"><h1 style="box-sizing: border-box; line-height: 1.1; margin: 22px 0px 11px;"><span style="font-weight: normal;">Luz Repentina</span><br />
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;"></p><p class="MsoNormal" style="color: inherit; font-family: inherit; font-size: 1.6em; font-weight: 500;"><span lang="ES-MX" style="background: white; color: #4d4d4d; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Yo estuve aquí antes,</span><span lang="ES-MX" style="color: #4d4d4d; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;" />
<span style="background: white;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; float: none; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;">pero no puedo decir ni cuándo ni cómo:</span></span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;" />
<span style="background: white;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; float: none; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;">conozco el prado del otro lado de la puerta,</span></span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;" />
<span style="background: white;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; float: none; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;">el aroma dulce e intenso,</span></span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;" />
<span style="background: white;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; float: none; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;">el sonido susurrante, las luces a lo largo de la
costa.</span></span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;" />
<span style="background: white;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; float: none; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;">Has sido mía antes −</span></span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;" />
<span style="background: white;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; float: none; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;">No puedo saber hace cuánto:</span></span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;" />
<span style="background: white;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; float: none; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;">Pero hace un momento cuando remontó vuelo esa
golondrina</span></span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;" />
<span style="background: white;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; float: none; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;">y giraste tu cuello de esa forma,</span></span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;" />
<span style="background: white;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; float: none; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;">cayó algún velo − lo supe todo, lo reconocí.</span></span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;" />
<span style="background: white;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; float: none; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;">¿Ha sido esto antes así?</span></span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;" />
<span style="background: white;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; float: none; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;">¿Y entonces no será que el vuelo arremolinado del
tiempo</span></span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;" />
<span style="background: white;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; float: none; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;">restaura con nuestras vidas nuestro amor</span></span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;" />
<span style="background: white;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; float: none; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;">a pesar de la muerte,</span></span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;" />
<span style="background: white;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; float: none; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;">y el día y la noche nos dan este deleite una vez
más?</span></span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;" />
<br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;" />
<span style="background: white;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; float: none; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;">Entonces, ahora − ¡por ventura otra vez!...</span></span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;" />
<span style="background: white;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; float: none; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;">¡Alrededor de mis ojos tiembla tu pelo!</span></span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;" />
<span style="background: white;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; float: none; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;">¿No volveremos a estar como estamos ahora,
acostados</span></span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;" />
<span style="background: white;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; float: none; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;">y así, en nombre del amor,</span></span><br style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;" />
<span style="background: white;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; float: none; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;">dormir, y despertar, y no romper nunca la cadena?</span></span></span><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="color: inherit; font-family: inherit; font-size: 1.6em; font-weight: 500;"><span lang="ES-MX" style="color: #4d4d4d; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"><span style="background: white;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; float: none; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><br /></span></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span lang="ES-MX" style="color: #4d4d4d; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; font-weight: 500; line-height: 107%;"><span style="background: white;"><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; float: none; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;">version de </span></span></span><span face="Verdana, Geneva, sans-serif" style="color: #4d4d4d; font-size: 15px; font-weight: 500; text-align: left;">Inés Garland tomada del blog </span><span face="Verdana, Geneva, sans-serif" style="color: #4d4d4d;"><span style="font-size: 15px; font-weight: 500;">http://campodemaniobras.blogspot.com/</span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: left;"><b style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px;"><i>Sudden Light</i> </b><span face="Verdana, Geneva, sans-serif" style="color: #4d4d4d; font-size: 15px; font-weight: 400;"> </span><br style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;" /><br style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;" /><span face="Verdana, Geneva, sans-serif" style="color: #4d4d4d; font-size: 15px; font-weight: 400;"> </span><i style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;"> I have been here before, </i><br style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;" /><i style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;"> But when or how I cannot tell: </i><br style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;" /><i style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;"> I know the grass beyond the door, </i><br style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;" /><i style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;"> The sweet keen smell, </i><br style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;" /><i style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;"> The sighing sound, the lights around the shore.</i><br style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;" /><i style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;"> You have been mine before,— </i><br style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;" /><i style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;"> How long ago I may not know: </i><br style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;" /><i style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;"> But just when at that swallow's soar </i><br style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;" /><i style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;"> Your neck turned so, </i><br style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;" /><i style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;"> Some veil did fall,—I knew it all of yore.</i><br style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;" /><i style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;"> Has this been thus before? </i><br style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;" /><i style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;"> And shall not thus time's eddying flight </i><br style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;" /><i style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;"> Still with our lives our love restore </i><br style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;" /><i style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;"> In death's despite, </i><br style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;" /><i style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;"> And day and night yield one delight once more?</i><br style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;" /><span face="Verdana, Geneva, sans-serif" style="color: #4d4d4d; font-size: 15px; font-weight: 400;"> </span><br style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;" /><span face="Verdana, Geneva, sans-serif" style="color: #4d4d4d; font-size: 15px; font-weight: 400;"> </span><i style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;">Then, now,—perchance again! . . . . </i><br style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;" /><i style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;"> O round mine eyes your tresses shake! </i><br style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;" /><i style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;"> Shall we not lie as we have lain </i><br style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;" /><i style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;"> Thus for Love's sake, </i><br style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;" /><i style="color: #4d4d4d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; font-weight: 400;"> And sleep, and wake, yet never break the chain?</i></p><p></p></h1></div></header>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-365337135112848979.post-32451977049464727972023-02-03T07:54:00.005-08:002023-02-18T14:24:11.746-08:00"La desaparición de Honoré Subrac" de Guillaume Apollinaire<p> </p><table border="0" style="border-collapse: collapse; border-spacing: 0px; max-width: 100%; width: 670.917px;"><tbody><tr align="center"><td style="font-size: 12pt; line-height: 17pt; width: 661.917px;"></td></tr><tr align="left"><td style="font-size: 11pt; line-height: 13pt; width: 661.917px;"><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgsWj-WU4CU-641Hx877FT53LHx0DGLmOk8tjjereuOc7frzIRoe5csLH8cjrkGyREGe8rsSGYCnjfk2-7Pw3ZjRUDa6c9hdvAu4NXgUleNqbWpblvmJvlQcYTovjukDXekOkAUm2HFv973Rz0OrGHoysOUn95OjOKFs3OTOpNsbRhwQwkPTNb4DMup" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="243" data-original-width="200" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgsWj-WU4CU-641Hx877FT53LHx0DGLmOk8tjjereuOc7frzIRoe5csLH8cjrkGyREGe8rsSGYCnjfk2-7Pw3ZjRUDa6c9hdvAu4NXgUleNqbWpblvmJvlQcYTovjukDXekOkAUm2HFv973Rz0OrGHoysOUn95OjOKFs3OTOpNsbRhwQwkPTNb4DMup" width="198" /></a></div><br /></div></td></tr></tbody></table><table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" class="MsoNormalTable" style="border-collapse: collapse; margin-left: -1.0cm; mso-yfti-tbllook: 1184;">
<tbody><tr style="mso-yfti-firstrow: yes; mso-yfti-irow: 0; mso-yfti-lastrow: yes;">
<td style="background: white; padding: .75pt .75pt .75pt .75pt; width: 470.25pt;" width="627">
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">A pesar de haber realizado las investigaciones más
minuciosas, la policía no ha logrado dilucidar el misterio de la desaparición
de Honoré Subrac.<br />
<br />
Él era mi amigo y, como yo conocía la verdad sobre su caso, asumí la tarea de
poner al corriente a la justicia acerca de lo que había pasado. El juez que
tomó mi declaración adoptó conmigo, después de haber escuchado mi relato, un
tono de amabilidad tan tremenda, que no tuve ningún problema en comprender
que me tomaba por un loco. Se lo dije. Él se comportó más amable aún,
después, levantándose, me guió hacia la puerta, y vi a su secretario de pie,
con los puños cerrados, listo para saltar sobre mí si lo hacía enfurecer.<br />
<br />
No insistí. El caso de Honoré Subrac es, en efecto, tan extraño, que la
verdad parece increíble. Por los artículos del periódico, se supo que Subrac
era conocido como un excéntrico. </span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Tanto en invierno como en verano no vestía
más que una túnica y no usaba en los pies más que pantuflas. Era muy rico y,
como su vestimenta me llamaba la atención, una vez le pregunté la razón de
que la usara:</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">
<br />
―Es para desvestirme más rápidamente en caso de necesidad, me respondió. Por
cierto, uno se acostumbra rápido a salir poco vestido. Uno puede muy bien
prescindir de ropa interior, calcetas y sombrero. Vivo así desde los
veinticinco años y nunca he estado enfermo.<br />
<br />
Estas palabras, en lugar de ilustrarme, aguzaron mi curiosidad.<br />
<br />
“¿Por qué, pensé, Honoré Subrac necesita desvestirse tan rápido?”<br />
<br />
E hice un gran número de suposiciones…<br />
<br />
Una noche, cuando regresaba a casa ―podría ser la una, la una y cuarto―,
escuché mi nombre en voz baja. Me pareció que la voz provenía del muro que
iba rozando con los dedos. Me detuve desagradablemente sorprendido.<br />
<br />
―¿No hay nadie más que usted en la calle?, prosiguió la voz. Soy yo, Honoré
Subrac.<br />
<br />
―¿Dónde está usted?, grité, viendo para todos lados, sin conseguir hacerme
una idea de dónde podía esconderse mi amigo.<br />
<br />
Descubrí solamente su famosa túnica yacente sobre la acera, junto a sus no
menos famosas pantuflas.<br />
<br />
―He aquí un caso, pensé, en el que la necesidad forzó a Honoré Subrac a
desvestirse en un parpadeo. Por fin voy a descubrir un gran misterio.<br />
<br />
Y dije en voz alta:<br />
<br />
―La calle está desierta, querido amigo, puede aparecerse.<br />
<br />
Bruscamente, Honoré Subrac se desprendió de alguna manera del muro donde yo
no lo había advertido. Estaba completamente desnudo y, antes que nada, se
apoderó de su túnica, la cual se puso y se abotonó lo más rápido que pudo.
Después se calzó y habló con resolución mientras me acompañaba hasta mi
puerta.<br />
<br />
***<br />
<br />
―¡Se sorprendió!, dijo, pero ahora comprende la razón por la que me visto con
tanta excentricidad. Y, sin embargo, usted no comprende cómo pude escapar tan
absolutamente a su mirada. Es muy sencillo. No hay que ver en ello más que un
fenómeno de mimetismo… La naturaleza es una buena madre. Concedió a algunos
de sus hijos amenazados por ciertos peligros, y que son demasiado débiles
para defenderse, el don de confundirse con su entorno… Pero usted sabe todo
eso. Usted sabe que las mariposas se parecen a las flores, que algunos
insectos son similares a las hojas, que el camaleón puede tomar el color que
mejor lo disimule, que la liebre polar se ha vuelto blanca como los glaciares
por los que huye casi invisible, por ser tan cobarde como la liebre del
desierto.<br />
<br />
Es así como esos débiles animales escapan de sus enemigos gracias a un
ingenio instintivo que modifica su aspecto.<br />
<br />
Y yo, a quien un enemigo persigue sin tregua, yo, que soy miedoso y que me
siento incapaz de defenderme en una pelea, yo me parezco a esas bestias: me
confundo a voluntad y por terror con el medio ambiente.<br />
<br />
Puse en práctica por primera vez esta facultad instintiva hace ya varios
años. Tenía veinticinco años y, generalmente, las mujeres me encontraban
agradable y bien parecido. Una de ellas, que estaba casada, manifestó por mí
tanta amistad que no pude resistirme. ¡Fatal relación!... Una noche, estaba
en casa de mi amante. Se suponía que su marido había salido por varios días.
Estábamos desnudos como divinidades, cuando la puerta se abrió de repente y
el esposo apareció con un revólver en la mano. Mi terror fue inefable, y no
tuve más que un deseo, cobarde como era y como soy aún: desaparecer.
Pegándome a la pared, deseé confundirme con ella. Y el acontecimiento
imprevisto se realizó enseguida. Me volví del color del papel tapiz,
aplastándose mis miembros en un estiramiento voluntario e inconcebible, me
pareció que me hacía uno con la pared y que a partir de ese momento nadie me
veía. Y era cierto. El marido me buscaba para darme muerte. Me había visto y
era imposible que hubiese huido. Enloqueció y, volcando su ira contra su
mujer, la mató salvajemente disparándole seis veces en la cabeza. Después se
fue, llorando con desesperación. Tras su partida, mi cuerpo recobró
instintivamente su forma normal y su color natural. Me vestí, y conseguí
salir de ahí antes de que alguien llegara… Desde entonces conservo esta
bienaventurada facultad parecida al mimetismo. El marido, por no haberme
matado, consagró su existencia al cumplimiento de dicha labor. Me sigue a
través del mundo desde hace mucho tiempo, y yo pensaba que viniendo a París
había escapado de él. Pero distinguí a ese hombre tan sólo unos instantes
antes de que usted pasara. El terror me hacía castañetear los dientes. No
tuve más tiempo que el necesario para desvestirme y confundirme con el muro.
Él pasó cerca de mí, mirando con curiosidad la túnica y las pantuflas
abandonadas sobre la acera. ¡Ve usted cuánta razón tengo al vestirme tan
someramente! Mi facultad mimética no podría llevarse a cabo si fuera
vestido como todo el mundo. No podría desvestirme lo suficientemente rápido
como para escapar de mi verdugo y es indispensable, antes que nada, que me
desnude con el fin de que mi ropa, pegada contra el muro, no inutilice mi
desaparición defensiva.<br />
<br />
Felicité a Subrac por poseer una facultad de la que tenía pruebas y que
envidiaba.<br />
<br />
***<br />
<br />
Los días siguientes, no pensé más que en esa historia y me sorprendía en todo
momento encaminando mi voluntad hacia el propósito de modificar mi forma y
color. Intenté transformarme en autobús, en Torre Eiffel, en académico, en
ganador del premio mayor. Mis esfuerzos fueron vanos. No lo conseguía. Mi
voluntad no tenía la fuerza suficiente y además me faltaba el bendito terror,
ese formidable peligro que había despertado los instintos de Honoré Subrac.<br />
<br />
No lo había visto desde hacía algún tiempo, cuando un día llegó enloquecido:<br />
<br />
―Ese hombre, mi enemigo, me dijo Subrac, me acecha por todas partes. Pude
escapármele tres veces gracias a mi facultad, pero tengo miedo, tengo miedo,
querido amigo.<br />
<br />
Observé que había adelgazado, pero me guardé de decírselo.<br />
<br />
―No le queda más que una cosa por hacer, declaré yo. Para escapar de un
enemigo así de despiadado: ¡váyase! Ocúltese en un pueblo. Déjeme al cuidado
de sus asuntos y diríjase a la estación de trenes más cercana.<br />
<br />
Me apretó la mano diciendo:<br />
<br />
―Acompáñeme, se lo suplico, ¡tengo miedo!<br />
<br />
***<br />
<br />
En la calle, caminamos en silencio. Honoré Subrac volvía la cabeza
constantemente, con aire inquieto. De repente, soltó un grito y se puso a
huir desprendiéndose de la túnica y las pantuflas. Y vi que un hombre llegaba
corriendo detrás de nosotros. Intenté detenerlo. Pero se me escapó. Sostenía
un revólver que apuntaba en dirección a Honoré Subrac. Aquél acababa de alcanzar
el largo muro del cuartel y desapareció como por encanto.<br />
<br />
El hombre del revólver se detuvo estupefacto, hizo una exclamación de rabia,
y, como para vengarse del muro que parecía arrebatarle a su víctima, descargó
el revólver sobre el punto donde Honoré Subrac había desaparecido. Después se
fue, corriendo…<br />
<br />
La gente se juntó, unos agentes de policía vinieron a dispersarla. Entonces,
llamé a mi amigo. Pero él no me respondió.<br />
<br />
Tanteé el muro, todavía estaba tibio, y noté que de las seis balas, tres
habían golpeado a la altura del corazón de un hombre, mientras que las
otras arañaron el yeso más alto, ahí donde me pareció distinguir, vagamente,
los contornos de un rostro.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>
<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" class="MsoNormalTable" style="border-collapse: collapse; mso-yfti-tbllook: 1184; width: 671px;">
<tbody><tr style="mso-yfti-firstrow: yes; mso-yfti-irow: 0;">
<td style="padding: .75pt .75pt .75pt .75pt; width: 496.45pt;" width="662">
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><a href="https://draft.blogger.com/u/1/blog/post/edit/365337135112848979/3245197704946472797">Traducción
de Mariana Hernández Cruz</a><o:p></o:p></span></p>
</td>
</tr>
<tr style="mso-yfti-irow: 1;">
<td style="padding: .75pt .75pt .75pt .75pt; width: 496.45pt;" width="662">
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><br />
Extraído de La France fantastique 1900, Phébus, 1978, pp. 43-48<o:p></o:p></span></p>
</td>
</tr>
<tr style="mso-yfti-irow: 2; mso-yfti-lastrow: yes;">
<td style="padding: .75pt .75pt .75pt .75pt; width: 496.45pt;" width="662">
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"> <o:p></o:p></span></p>
</td>
</tr>
</tbody></table>
</td>
</tr>
</tbody></table><br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-365337135112848979.post-37339437061102015832023-01-29T09:43:00.002-08:002023-01-29T09:43:20.981-08:00Richard Aldington ( Portsmouth 1892 - Sury-en-Vaux , Cher, Francia 1962)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgw4LX1vyt_Bs5ftVe5N_NKdpIUNZ9eIPABN7-fhq0-5riVicq-E3_7sO1EgCzthUS7a9ZkLGMq3oPY1V5d5fu9bsSwKunlG5VBCAafytPK30vGXtjTqZ9OI6kiE6y3vBMgJVdg0aeZXa8zx7uJwv-EsS0WcprPMK5UdvE8_FJDPXTuQ1x1nIu24qz5" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="293" data-original-width="220" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgw4LX1vyt_Bs5ftVe5N_NKdpIUNZ9eIPABN7-fhq0-5riVicq-E3_7sO1EgCzthUS7a9ZkLGMq3oPY1V5d5fu9bsSwKunlG5VBCAafytPK30vGXtjTqZ9OI6kiE6y3vBMgJVdg0aeZXa8zx7uJwv-EsS0WcprPMK5UdvE8_FJDPXTuQ1x1nIu24qz5" width="180" /></a></div><br /><p></p><div style="background: white; border-bottom: solid windowtext 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 1.0pt 0cm;">
<p style="background: white; border: none; margin-top: 0cm; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; padding: 0cm;"><strong><span style="color: #525252;">I n f a n c i a ( fragmento) </span></strong><span style="color: #525252;"><o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><strong style="box-sizing: inherit; line-height: inherit;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">I</span></strong><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">La amargura, la tristeza, la miseria de la infancia<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">extinguieron mi amor por dios.<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">No puedo creer en su bondad,<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">pero sí creo en muchos dioses vengadores.<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">Sobre todo, creo<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">en dioses de implacable monotonía,<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">crueles dioses locales<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">que marcaron mi infancia.<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><strong style="box-sizing: inherit; line-height: inherit;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p> </o:p></span></strong></p>
<p style="background: white; border: none; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; padding: 0cm;"><strong><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">II</span></strong><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">He visto a personas poner<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">una crisálida en una caja de fósforos,<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">“para ver”, me decían, “en qué tipo de mariposa nocturna se
convertiría”.<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">Pero cuando rompía su cáscara<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">resbalaba, tropezaba y caía en su prisión,<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span style="color: #525252;">intentaba trepar hacia la luz<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">en busca de espacio para secar sus alas.<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">Así era yo.<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">Alguien encontró mi crisálida<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">y la encerró en una cajita de fósforos.<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">Se golpearon mis alas marchitas,<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">sus colores se convirtieron en escamas grisáceas<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">antes de que abrieran la caja<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">y la mariposa pudiera volar.<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">Y para entonces ya era muy tarde,<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">porque la preciosidad que tiene un niño,<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">y las cosas buenas que aprende antes de nacer<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; border: none; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; margin: 1rem; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; orphans: 2; padding: 0cm; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;">cambiaron, así como cambiaron las escamas de la mariposa.<o:p></o:p></span></p>
<p style="background: white; border: none; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; padding: 0cm;"><span lang="ES-MX" style="color: #525252; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p> </o:p></span></p>
<p style="background: white; border: none; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 0cm 0cm 1.0pt 0cm; padding: 0cm;">traducido por <span style="color: #525252; font-family: "Helvetica Neue", Helvetica, Roboto, Arial, sans-serif, BlinkMacSystemFont, -apple-system, Roboto, "Lucida Sans"; font-size: 16px; word-spacing: 0.016px;">Ninette S. Aravena</span></p></div>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 19.2pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin: 1rem; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><strong style="box-sizing: inherit; line-height: inherit;"><span style="color: #525252;"><br /></span></strong></p><p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 19.2pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin: 1rem; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><strong style="box-sizing: inherit; line-height: inherit;"><span style="color: #525252;"><br /></span></strong></p><p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 19.2pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin: 1rem; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><strong style="box-sizing: inherit; line-height: inherit;"><span style="color: #525252; word-spacing: 0px;"> C H I L D H O O D</span></strong></p><p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 19.2pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin: 1rem; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><strong style="box-sizing: inherit; line-height: inherit;"><span style="color: #525252;">I</span></strong><span style="color: #525252;"><o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 19.2pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin: 1rem; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span style="color: #525252;">The bitterness, the misery,
the wretchedness of childhood<br style="box-sizing: inherit;" />
put me out of love with God.<br style="box-sizing: inherit;" />
I can’t believe in God’s goodness;<br style="box-sizing: inherit;" />
I can believe<br style="box-sizing: inherit;" />
In many avenging gods.<br style="box-sizing: inherit;" />
Most of all I believe<br style="box-sizing: inherit;" />
In gods of bitter dullness,<br style="box-sizing: inherit;" />
Cruel local gods<br style="box-sizing: inherit;" />
Who seared my childhood.<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 19.2pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin: 1rem; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><strong style="box-sizing: inherit; line-height: inherit;"><span style="color: #525252;">II</span></strong><span style="color: #525252;"><o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 19.2pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin: 1rem; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span style="color: #525252;">I’ve seen people put<br style="box-sizing: inherit;" />
A chrysalis in a match-box,<br style="box-sizing: inherit;" />
“To see,” they told me, “what sort of moth would come.”<br style="box-sizing: inherit;" />
But when it broke its shell<br style="box-sizing: inherit;" />
It slipped and stumbled and fell about its prison<br style="box-sizing: inherit;" />
And tried to climb to the light<br style="box-sizing: inherit;" />
For space to dry its wings.<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 19.2pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin: 1rem; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span style="color: #525252;">That’s how I was.<br style="box-sizing: inherit;" />
Somebody found my chrysalis<br style="box-sizing: inherit;" />
And shut it in a match-box.<br style="box-sizing: inherit;" />
My shrivelled wings were beaten,<br style="box-sizing: inherit;" />
Shed their colours in dusty scales<br style="box-sizing: inherit;" />
Before the box was opened<br style="box-sizing: inherit;" />
For the moth to fly.<o:p></o:p></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background: white; box-sizing: inherit; font-feature-settings: "kern"; font-kerning: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; line-height: 19.2pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin: 1rem; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; text-rendering: optimizelegibility; widows: 2; word-spacing: .001em;"><span style="color: #525252;">And then it was too late,<br style="box-sizing: inherit;" />
Because the beauty a child has,<br style="box-sizing: inherit;" />
And the beautiful things it learns before its birth,<br style="box-sizing: inherit;" />
Were shed, like moth-scales, from me.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;"><o:p> </o:p></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-365337135112848979.post-78353090516242500162023-01-14T10:55:00.003-08:002023-07-16T06:40:00.856-07:00Mariana Finochietto (General Belgrano, provincia de Buenos Aires, 1971) <p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhkaPko1AAItU_ls8e26179xRh7fyHQa6UXz0mQ7C1dAM25n7yXQz7k_ml-NnUVvNti488TtJTEebeo7hlHo--siHpY-5Nyn8zItDTaCdytueaQY-6veiCZkQWgtM9-mJ7Q1W25yEXn87upkn126pGqIHd9soPkJjBoJWX4Z1hYbzp8uXnTnmTM8iVU" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="171" data-original-width="295" height="185" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhkaPko1AAItU_ls8e26179xRh7fyHQa6UXz0mQ7C1dAM25n7yXQz7k_ml-NnUVvNti488TtJTEebeo7hlHo--siHpY-5Nyn8zItDTaCdytueaQY-6veiCZkQWgtM9-mJ7Q1W25yEXn87upkn126pGqIHd9soPkJjBoJWX4Z1hYbzp8uXnTnmTM8iVU" width="320" /></a></div><br /><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div></div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><b>Algunos
hombres</b></i><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">llevan<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">tan honda en
los huesos la tristeza<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">que no se
sabe<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">si alguna
vez<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">les ha
correspondido la felicidad<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">o están
hechos<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">para la
pena.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Conocí<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">a un hombre
que llevaba<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">entre las
manos<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">aguas
tristes.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Ríos mansos<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">caían de sus
dedos,<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">inundaban<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">la tierra.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">Sobre el
agua<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">su paso<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">se extendía<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">como el de
un pequeño rey<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">de una
patria salvaje<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">que ha
perdido<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">su reino<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">para
siempre.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><br /></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;"> </span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;">Observo</span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;"><br /></span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;">mi cuerpo,</span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;"><br /></span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;">la sombra de mi cuerpo extendida en la tierra,</span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;"><br /></span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;">esa porción de mundo</span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;"><br /></span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;">que no es mía y me apropio</span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;"><br /></span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;">tapando el sol.</span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;"> </span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;"><br /></span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;">Mi oscuridad es otra;</span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;"><br /></span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;">lo que espera en la calma del viento,</span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;"><br /></span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;">inasible</span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;"><br /></span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;">como el polvo suspendido en el aire.</span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;"> </span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;"><br /></span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;">Lo que hace hermosa la carne,</span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;"><br /></span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;">me digo,</span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;"><br /></span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;">es la fragilidad.</span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;"><br /></span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;">Mi cuerpo,</span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;"><br /></span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;">que aún huele a fruto devorado en la tarde,</span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;"><br /></span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><i><span lang="ES" style="color: #1f3864; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;">aprende a ser leve y fugaz.</span></i></p><p align="center" style="background-color: white; font-family: Calibri, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 0px; margin-top: 0px;"><span lang="ES" style="color: #002060; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 17.12px;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><o:p> </o:p></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-365337135112848979.post-40069672042162416652023-01-08T15:22:00.000-08:002023-01-08T15:22:09.102-08:00"La Pasión" de Pedro Mairal<p> </p><h3 class="post-title entry-title" itemprop="name" style="color: #cc6600; font-size: 18.2px; font-weight: normal; line-height: 1.4em; margin: 0.25em 0px 0px; padding: 0px 0px 4px;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiGbT5xgirpT_yLmYTpANvaKn79rDRp0dwtz4s4Fd0NitLulUHfjh_ZhVuYVssexWEfPORlCvuUjQ_r2zwta-h6Cq0pVW5Vkc0RgimT-X01tq4yzSPdLUA2-rwM10Y2z6JzJKP6NqBs9s3ndBwx1mMjofmc_CAsqIBmg-_ZWIyyexqD8TmhrwJBUGjx" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="223" data-original-width="226" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiGbT5xgirpT_yLmYTpANvaKn79rDRp0dwtz4s4Fd0NitLulUHfjh_ZhVuYVssexWEfPORlCvuUjQ_r2zwta-h6Cq0pVW5Vkc0RgimT-X01tq4yzSPdLUA2-rwM10Y2z6JzJKP6NqBs9s3ndBwx1mMjofmc_CAsqIBmg-_ZWIyyexqD8TmhrwJBUGjx" width="243" /></a></div><br /><br /></h3><div class="post-body entry-content" id="post-body-3076997662542614878" itemprop="description articleBody" style="line-height: 1.6em; margin: 0px 0px 0.75em;"><div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 13px; text-align: justify;"><br /></div><div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 13px; text-align: justify;"><br /></div><div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">Un médico al que no le gusta el fútbol está almorzando con dos matrimonios amigos, por Núñez, en una larga sobremesa de domingo. Uno de los amigos mira por debajo de la mesa su BlackBerry y dice: “¡Vamos! San Lorenzo metió un gol en el último minuto. Terminó el partido. Están jugando acá en River”. Los amigos del médico discuten sobre San Lorenzo. Uno es de San Lorenzo; el otro, de Boca. El los escucha cansado, mirándose con las esposas respectivas, hartos todos del tema, y se pone a argumentar contra el fútbol.</div><div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><br /></div><div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">Afuera hay unas corridas a la salida del estadio. Aconsejan en el restaurante esperar un poco, y cierran la puerta.</div><div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><br /></div><div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">Después salen. Hay un tumulto en la esquina. Se acercan. La gente pide un médico. Contra un poste de luz, ven a un hincha de San Lorenzo sentado sobre su propio charco de sangre. El médico duda, se acerca, lo revisa. El tipo le pregunta si se va a morir. El médico no le contesta. Le mira la herida, trata de frenar la hemorragia. Llama a una ambulancia y se arrodilla al lado de él. El hincha, otra vez, le pregunta si se va a morir. El médico le dice que puede ser. El hincha está en estado de gracia. Se ríe a carcajadas pero a la vez grita de dolor. El médico lo acompaña en su agonía.</div><div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><br /></div><div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">El hincha le pregunta: “¿De qué cuadro sos”. “No me gusta el fútbol”, dice el médico. “Entonces ahora sos de San Lorenzo”, le dice, se saca la bandera que lleva en los hombros y se la pone al médico. “Mi pasión ahora es tuya”, le dice. El médico se mira la bandera como bufanda colgada del cuello, la agarra y en ese momento el hincha le agarra las manos, se las aprieta y lo trae contra sí como si lo fuera a zamarrear o a decirle un secreto; no lo suelta. Es un tipo grandote y fuerte. Se aferra a la vida muriéndose, yéndose. Es un momento íntimo. Se escucha la respiración agónica. Finalmente, el hincha le dice al oído: “Aguantame los trapos”. Y se muere.</div><div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><br /></div><div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">Llegan otros barras corriendo. Lo empiezan a levantar. El médico les dice que ya no hay nada que hacer. Es mi hermano, dice uno. El médico le dice: “Me dio esto”, le quiere devolver la bandera. El hermano le mira la camisa blanca ensangrentada, las manos. Le dice: si te la dio, es tuya.</div><div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">Se lo llevan en andas. Llega la ambulancia. El médico queda ahí parado en medio de la gente que mira.</div><div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">Una semana después está dando una conferencia en Europa, en un congreso de medicina. Habla en inglés, lo aplauden. Se va a sentar para escuchar a otros, pero no puede dejar de mirar en su iPhone cómo va el marcador del partido de San Lorenzo. </div><div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 13px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><br /></div></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-365337135112848979.post-32332813788337881772023-01-07T12:28:00.000-08:002023-01-07T12:28:20.051-08:00Raul Tamargo (Buenos Aires ,1958 )<p><i><b> </b></i></p><p><i><b></b></i></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i><b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEh_mwNPykOz7vKR0wozODP-i4Wi22hQ1EwTRVSFGT9LjXSYrgYM9kfCaVcbnCd1ujh_xaJKs4mARMB_Z_ZeIorlLkgTOp5zEaGKRIHvfw8FOLEAwKLTunbt_Cr_pq0TdgsYkOthjEMSE-fI1bQZVp7PyfNJ-UTOJXzDmxUSyDDHiqMx4isLb0ajeOlA" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="226" data-original-width="223" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEh_mwNPykOz7vKR0wozODP-i4Wi22hQ1EwTRVSFGT9LjXSYrgYM9kfCaVcbnCd1ujh_xaJKs4mARMB_Z_ZeIorlLkgTOp5zEaGKRIHvfw8FOLEAwKLTunbt_Cr_pq0TdgsYkOthjEMSE-fI1bQZVp7PyfNJ-UTOJXzDmxUSyDDHiqMx4isLb0ajeOlA" width="237" /></a></b></i></div><i><b><br /><br /></b></i><p></p><p><i><b><br /></b></i></p><p><i><b>Las cosas</b></i></p><p>nos sentamos a mirar los cuerpos de los pájaros</p><p>sus trajines</p><p>sus volares</p><p>con un libro de aves en la mano</p><p>aún no podemos estar</p><p>sin conocer los nombres de las cosas</p><p><br /></p><p><b>Algarrobos</b></p><p>dicen que tiene unos doscientos años</p><p>tal vez más</p><p>tal vez menos</p><p>(nadie ve decrepitud en la vejez de un árbol)</p><p>quisiéramos envejecer igual que él</p><p>ser sombra en el verano</p><p>sobre la casa de los amigos</p><p>cobijo de sus juegos</p><p>mojón de los perdidos</p><p>con los brazos en alto</p><p>indiferentes a los cálculos humanos</p><p><br /></p><p><br /></p><p>entre los desperdicios de la obra</p><p>un algarrobo guacho</p><p>una ofrenda</p><p>una señal contra corriente</p><p>la vida de los montes da batalla</p><p>enseña al que tiene deseos de aprender</p><p>da luz sobre el secreto</p><p>(pensamos)</p><p>de resistir en fiesta</p><p><br /></p><p>algarrobito guacho</p><p>maestro mudo de la paciencia</p><p>vemos ahora tu intención</p><p>de levantar los brazos sobre el muro del sur</p><p>y saludar al algarrobo viejo</p><p>como nosotros lo hacemos</p><p>con nuestros amigos</p><p>cuando toman su sombra</p><p>mientras te riego</p><p>no pienso que ayudo a tu vitalidad o a tu salud</p><p>pienso que apuro el paso de tu compañía</p><p><br /></p><p><br /></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-365337135112848979.post-84381799240390934622022-12-04T08:26:00.004-08:002022-12-04T08:30:59.778-08:00Álvaro de Campos ( Heteronimo de Fernando Pessoa) (Lisboa, 1888-1935 )<p><br /></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhUQbNxRi28VqMZHnv0279PurngwgMqIvRrFnSECvfshQUcMAtgSwb3sVAWKltrv9nRdXkqNXUY4b8WO3J-A5J0WbKHdJhh4UhGAcuYorZnfsc9U_MmM9V8lNM6RJgh1rc0bvs6YuiRuJoWsY45RtzL5Uf4RlbEaliiuSIO_SezuA6XIr2N3dCYVHAT" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="500" data-original-width="353" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhUQbNxRi28VqMZHnv0279PurngwgMqIvRrFnSECvfshQUcMAtgSwb3sVAWKltrv9nRdXkqNXUY4b8WO3J-A5J0WbKHdJhh4UhGAcuYorZnfsc9U_MmM9V8lNM6RJgh1rc0bvs6YuiRuJoWsY45RtzL5Uf4RlbEaliiuSIO_SezuA6XIr2N3dCYVHAT" width="169" /></a></div><br /><br /></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><br /><p></p><p><br /></p><p> <i style="font-size: 15px; white-space: pre-wrap;"><b>Estoy cansado</b></i></p><div style="font-family: inherit;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;"><div class="x1iorvi4 x1pi30zi x1l90r2v x1swvt13" data-ad-comet-preview="message" data-ad-preview="message" id="jsc_c_d3" style="font-family: inherit; padding: 4px 16px 16px;"><div class="x78zum5 xdt5ytf xz62fqu x16ldp7u" style="display: flex; flex-direction: column; font-family: inherit; margin-bottom: -5px; margin-top: -5px;"><div class="xu06os2 x1ok221b" style="font-family: inherit; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px;"><span class="x193iq5w xeuugli x13faqbe x1vvkbs x1xmvt09 x1lliihq x1s928wv xhkezso x1gmr53x x1cpjm7i x1fgarty x1943h6x xudqn12 x3x7a5m x6prxxf xvq8zen xo1l8bm xzsf02u x1yc453h" color="var(--primary-text)" dir="auto" style="display: block; font-family: inherit; line-height: 1.3333; max-width: 100%; min-width: 0px; overflow-wrap: break-word; word-break: break-word;"><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="font-family: inherit; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; font-size: 0.9375rem;">Estoy cansado, claro,</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; font-size: 0.9375rem;">porque a estas alturas uno tiene que estar cansado.</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; font-size: 0.9375rem;">De qué estoy cansado, no lo sé;</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; font-size: 0.9375rem;">y de <span style="font-family: inherit;"><a style="color: #385898; cursor: pointer; font-family: inherit;" tabindex="-1"></a></span>nada serviría saberlo,</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; font-size: 0.9375rem;">pues el cansancio seguiría igual.</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; font-size: 0.9375rem;">La herida duele porque duele,</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; font-size: 0.9375rem;">no en función de la causa que la produjo.</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; font-size: 0.9375rem;">Sí, estoy cansado</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; font-size: 0.9375rem;">y un poco sonriente</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; font-size: 0.9375rem;">de que el cansancio sea sólo esto:</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; font-size: 0.9375rem;">ganas de dormir en el cuerpo,</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; font-size: 0.9375rem;">deseo de no pensar en el alma</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; font-size: 0.9375rem;">y por encima de todo una transparencia lúcida</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; font-size: 0.9375rem;">del entendimiento retrospectivo…</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; font-size: 0.9375rem;">¿Y la lujuria sin par de no tener ya esperanza?</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; font-size: 0.9375rem;">Soy inteligente: esto es todo.</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; font-size: 0.9375rem;">He visto mucho y he entendido mucho de lo que he visto,</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; font-size: 0.9375rem;">y hay un cierto placer en el cansancio que eso da:</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; font-size: 0.9375rem;">que al final la cabeza siempre sirve para algo.</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; font-size: 0.9375rem;"><br /></div><div dir="auto" style="font-family: inherit; font-size: 0.9375rem;"><span style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif;">Traduccion de José Antonio Llardent.</span></div><div dir="auto" style="font-family: inherit; font-size: 0.9375rem;"><br /></div><div dir="auto" style="font-family: inherit;"><h1 class="titulo-texto" style="font-family: Georgia, serif; margin: 0.3em 0em 1.2em; white-space: normal;"><span style="font-size: x-small;">Estou cansado, é claro,</span></h1><div class="texto-poesia" style="font-family: Georgia, serif; font-size: 14px; line-height: 1.2em; margin: 1.2em 0em 2.4em; white-space: normal;"><p style="height: auto !important; margin-bottom: 0em; margin-top: 0em; min-height: 1.2em; padding-left: 8em; text-indent: -8em;">Estou cansado, é claro,</p><p style="height: auto !important; margin-bottom: 0em; margin-top: 0em; min-height: 1.2em; padding-left: 8em; text-indent: -8em;">Porque, a certa altura, a gente tem que estar cansado.</p><p style="height: auto !important; margin-bottom: 0em; margin-top: 0em; min-height: 1.2em; padding-left: 8em; text-indent: -8em;">De que estou cansado, não sei:</p><p style="height: auto !important; margin-bottom: 0em; margin-top: 0em; min-height: 1.2em; padding-left: 8em; text-indent: -8em;">De nada me serviria sabê-lo,</p><p style="height: auto !important; margin-bottom: 0em; margin-top: 0em; min-height: 1.2em; padding-left: 8em; text-indent: -8em;">Pois o cansaço fica na mesma.</p><p style="height: auto !important; margin-bottom: 0em; margin-top: 0em; min-height: 1.2em; padding-left: 8em; text-indent: -8em;">A ferida dói como dói</p><p style="height: auto !important; margin-bottom: 0em; margin-top: 0em; min-height: 1.2em; padding-left: 8em; text-indent: -8em;">E não em função da causa que a produziu.</p><p style="height: auto !important; margin-bottom: 0em; margin-top: 0em; min-height: 1.2em; padding-left: 8em; text-indent: -8em;">Sim, estou cansado,</p><p style="height: auto !important; margin-bottom: 0em; margin-top: 0em; min-height: 1.2em; padding-left: 8em; text-indent: -8em;">E um pouco sorridente</p><p style="height: auto !important; margin-bottom: 0em; margin-top: 0em; min-height: 1.2em; padding-left: 8em; text-indent: -8em;">De o cansaço ser só isto —</p><p style="height: auto !important; margin-bottom: 0em; margin-top: 0em; min-height: 1.2em; padding-left: 8em; text-indent: -8em;">Uma vontade de sono no corpo,</p><p style="height: auto !important; margin-bottom: 0em; margin-top: 0em; min-height: 1.2em; padding-left: 8em; text-indent: -8em;">Um desejo de não pensar na alma,</p><p style="height: auto !important; margin-bottom: 0em; margin-top: 0em; min-height: 1.2em; padding-left: 8em; text-indent: -8em;">E por cima de tudo uma transparência lúcida</p><p style="height: auto !important; margin-bottom: 0em; margin-top: 0em; min-height: 1.2em; padding-left: 8em; text-indent: -8em;">Do entendimento retrospectivo...</p><p style="height: auto !important; margin-bottom: 0em; margin-top: 0em; min-height: 1.2em; padding-left: 8em; text-indent: -8em;"></p><p style="height: auto !important; margin-bottom: 0em; margin-top: 0em; min-height: 1.2em; padding-left: 8em; text-indent: -8em;">E a luxúria única de não ter já esperanças?</p><p style="height: auto !important; margin-bottom: 0em; margin-top: 0em; min-height: 1.2em; padding-left: 8em; text-indent: -8em;">Sou inteligente: eis tudo.</p><p style="height: auto !important; margin-bottom: 0em; margin-top: 0em; min-height: 1.2em; padding-left: 8em; text-indent: -8em;">Tenho visto muito e entendido muito o que tenho visto,</p><p style="height: auto !important; margin-bottom: 0em; margin-top: 0em; min-height: 1.2em; padding-left: 8em; text-indent: -8em;">E há um certo prazer até no cansaço que isto me dá,</p><p style="height: auto !important; margin-bottom: 0em; margin-top: 0em; min-height: 1.2em; padding-left: 8em; text-indent: -8em;">Que afinal a cabeça sempre serve para qualquer coisa.</p></div></div></div></span></div></div></div></div></div>Unknownnoreply@blogger.com0